En una isla encantada donde el silencio escondía el mapa de los tesoros, se encontraban piratas y reyes en búsqueda de aquellos valiosos amuletos desaparecidos en lugares donde las hormigas daban lecciones y los pájaros intentaban solucionar los problemas de las limitaciones de la mente.
Al principio sonaba a un caos para el mundo, pero con el pasar de las estaciones esta culminación era más anhelada que el mismo principio de la historia. Se soñaba con poder bañarse bajo los rayos de sol con la libertad que una jirafa toma agua de un rio, con pasear por los bosques más frondosos con la seguridad que un elefante pisa el suelo movedizo, se mira mas allá de lo que parece solo consumismo. Los invasores dejaban de ser invasores para convertirse en maestros gloriosos en un mundo sin educación y a lo que el azar respecta no había nada peor que temer, ya todo había sido descubierto en un mundo sin tabúes ni cajas de pandoras que abrir. Dándose cuenta de que hay cosas peores que la desinformación, como la pereza, la soledad y las pocas ganas de vivir. En ese preciso instante un nuevo comienzo intenta reaparecer sin importar las cerraduras que el lienzo de la imaginación puso allí.