Kill them softly

Creativo

Brad Pitt dice que el capitalismo se puede regular.  Más aún, explica que todavía sus hijos (seis en total) son muy pequeños para entender el mensaje de la última película en la cual el participa: Kill them softly (Dir. Andrew Dominik, USA, 2012). La película plantea una idea novel: ¿cuán ético es el capital legal, frente al capital ilegal?  Sin lugar a dudas, el capitalismo es regulable, pero hay un problema de doble moral, cuando un padre explica que sus hijos no pueden entender una película, sobre la cual ha hecho una defensa incondicional – el capitalismo mejor que cualquier sistema según el actor.

La película transcurre en un período interesante de la historia de los EE.UU, durante el momento de la transición política entre el el presidente saliente George W. Bush y el presidente entrante Barak Obama, en el 2008.  De fondo, la película va presentando los discursos radiales y conferencias de prensa que en ese momento dieron ambos presidentes, para que uno llegue a la conclusión que desee.  Pero al final del día, uno se da cuenta que el capitalismo racional administrado por el estado, aparenta ser menos agresivo y destructivo que el capitalismo ilegal.

Es aquí donde encuentro una razón por la cual Pitt tiene problemas con explicarles esta película a sus hijos. Algo me hace pensar que la razón por la cual no le puede explicar a sus hijos el contenido ¨positivo¨ de esta película, estriba en la complejidad de su discurso: el capitalismo, ética y moralmente acumula igual cuando es ilegal que cuando es legal.  La diferencia estriba, según la película, que cuando es legal se debe circunscribir a unas reglas de acumulación que el estado desarrolla.  Cuando es ilegal, se circunscribe a las reglas de acumulación que la calle define.

En este sentido, para mi Kill them softly es un filme complicado, y para mi gusto ético, de dudosa reputación.  Llega un punto que uno desea defender al capitalismo legal, pues por lo pronto conozco sus leyes, sus reglas, y sobre todo que el estado los monitorea.  Por otro lado, el capitalismo salvaje de las ilegalidades, se auto regula de formas arbitrarias y discrecionales y muchas veces termina asesinando como forma de regular el orden que creo.

Si no tiene nada más que hacer, vaya a verla. Pero si puede, prescinda de esta película.