El Abrazo de Charaña 37 años después

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En el Palacio de la Paz, sede de la Corte Internacional de Justicia en La Haya, en lugar de solo encontrarse las dos delegaciones sudamericanas, Chile y Perú, implicadas en el contencioso sobre límites maritímos, hay tres. Como era de esperarse, el Estado Plurinacional de Bolivia está siguiendo muy de cerca los alegatos de ambos países vecinos porque, como bien se recordará, el Presidente Evo Morales anunció en marzo de 2011 que su país estaba contemplando demandar a Chile en La Haya para obtener su tan preciada salida al Océano Pacífico que perdió en la llamada Guerra del Pacífico o del Guano y Salitre contra Chile (1879-1883).

Si bien en un principio la prensa chilena reaccionó entre escéptica y alarmada ante la presencia de los bolivianos, encabezados por el vicecanciller Juan Carlos Alurralde, luego de concluida la primera semana de la fase oral, se ha filtrado entre los círculos diplomáticos peruanos las reuniones que los chilenos han tenido con sus pares bolivianos para negociar una nueva oferta y zanjar el tema del acceso al Pacífico que tanto ha enfrentado a sus países. Alegadamente, esta nueva oferta se concretaría sobre el llamado triángulo terrestre que el Perú también solicita a la Corte y que comprende un área de desierto costero entre el llamado Hito 1 (actual punto de inicio del paralelo 18° 21’13” en contención, a más de 200 metros del borde terrestre), el Punto Concordia frente al oleaje (paralelo 18° 21’08” y que el Perú demanda sea el inicio de una línea límite equidistante sobre el área marítima en controversia) y el litoral.

El año 1975 es crucial para los bolivianos en su relación con Chile ya que se ventiló una oferta chilena para cederles un corredor soberano al Pacífico al norte de la ciudad de Arica (antes perteneciente al Perú). El encuentro entre los dictadores Augusto Pinochet (Chile) y Hugo Banzer (Bolivia) se perpetuó en la historia como el Abrazo de Charaña. Sin embargo, la contentura duró poco y los criterios irreconciliables entre las partes llevaron a la ruptura de relaciones diplomáticas que perdura hasta hoy.

Pero 37 años después de Charaña, en el segundo día de las argumentaciones chilenas en La Haya, se mencionó el Abrazo. Para la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima (DIREMAR) de Bolivia, la inclusión de este capítulo de la historia desmiente la reiterada postura de La Moneda de que “no hay temas pendientes con Bolivia”. En un comunicado emitido la semana pasada, la DIREMAR resaltó que “Chile recordó que concedería a Bolivia un corredor al norte de Arica, declaración que se constituye en un reconocimiento explícito ante la Corte de la existencia de un diferendo y del derecho de Bolivia a una salida soberana al Océano Pacífico".

Las conversaciones entre bolivianos y chilenos para una salida al mar sobre el territorio en disputa ante La Haya, serían parte de una estrategia de Santiago para mantener el status quo fronterizo (triángulo terrestre en manos chilenas para supuestamente concedérselo a Bolivia) y marítimo (delimitación a partir del paralelo proyectado del Hito 1) ante un eventual fallo adverso. De ser así, el apoyo que el Perú naturalmente buscaría en Bolivia (ambos países fueron aliados durante la Guerra del Pacífico) para presionar a Chile a acatar una sentencia incómoda se vería torpedeada ab initio por esta zanahoria chilena. Una vez más el Perú se quedaría solo para negociar con Chile, un escenario que necesariamente traería ecos de la Batalla del Alto de la Alianza de 1880, cuando el Ejército Boliviano se desbandó ante la derrota aliada y se retiró de la guerra, abandonando así al Perú.