París- Organizaciones empresariales y sindicales francesas enfrentan hoy la recta final de un proceso de negociaciones encaminadas a una reforma en el mercado laboral para combatir el desempleo, que afecta a más de tres millones de personas.
De acuerdo con representantes gremiales, en la jornada precedente se avanzó con mucha lentitud en algunos aspectos y aún están lejos de alcanzar un acuerdo en los temas más importantes.
El jueves las partes alcanzaron un consenso y eliminaron el llamado contrato por obra, que pretendía imponer el Movimiento de Empresas de Francia (Medef) para reclutar personal en tareas determinadas por un tiempo mínimo de nueve meses y luego romper toda vinculación.
Los patronos también aceptaron ampliar los servicios complementarios de salud, que son aquellos no cubiertos por la seguridad social, para quienes tengan al menos tres años cumplidos de trabajo.
Este viernes debe negociarse el asunto más complejo, la modalidad de contratación de personal, considerado por los sindicatos como la piedra angular en la reforma del empleo.
De cada 10 contratos firmados en la actualidad en Francia, ocho son temporales, incluso de muy breve duración, y solo dos tienen carácter permanente.
La propuesta del sector gremial es crear un impuesto para las empresas que se excedan en el uso del trabajo a tiempo parcial con el objetivo de estimular la estabilidad en el empleo y los salarios de la mayoría de familias.
El Mefed rechaza este tributo y demanda que en períodos de crisis económica se permita a las empresas con dificultades aplicar jornadas laborales reducidas y pagar salarios menores a sus empleados con el propósito de bajar sus costos de operación.
También proponen generalizar el denominado contrato intermitente, es decir ofrecer empleos fijos por temporadas, como ocurre en la actualidad en algunas instalaciones abiertas solo durante determinadas épocas del año, como los hoteles y estaciones de invierno.
Stéphane Lardy, representante de la organización Fuerza Obrera, reclamó que las negociaciones no deben ser ocasión para enterrar el Código de Trabajo y las garantías conquistadas por los asalariados.
Por su parte, el secretario general de la Confederación General del Trabajo, Bernard Thibault, llamó a todos los afiliados a permanecer movilizados y aseguró que no es el Mefed quien legisla en Francia.
Si la reunión finaliza sin acuerdos, el Gobierno advirtió que impondrá la reforma laboral por medio de una ley específica, la cual será discutida en la Asamblea Nacional y el Senado.