París- El reforzamiento de las tropas francesas en Malí y las últimas declaraciones de los dirigentes políticos auguran hoy que la intervención gala en el país africano será larga y el conflicto podría empantanarse.
"La gente me ha preguntado muchas veces cuánto va a durar esta operación y respondo que durará el tiempo necesario para disipar la amenaza terrorista en esa zona", afirmó este fin de semana el presidente François Hollande.
Francia decidió hace 10 días de manera sorpresiva involucrarse en la guerra en su antigua colonia y reforzar la presencia de tropas y medios bélicos.
Las autoridades galas justifican la intervención con la necesidad de enfrentar a grupos extremistas en el norte del territorio.
En estos momentos el país galo tiene allí dos mil militares, pero, según el ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, el número podría elevarse hasta cuatro mil, similar al de Afganistán.
"Se anunció al principio dos mil 500 soldados, pero es muy posible que esa cifra se exceda", dijo Le Drian.
Además de los efectivos, en el teatro de operaciones hay 60 vehículos blindados y 12 aviones cazas del tipo Rafale, Mirage 2000 y Mirage F1, así como otros medios bélicos.
El ministro de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, aseguró que "si la decisión de intervenir no hubiese sido tomada, Malí no existiría" y desestimó las críticas que ya comienzan a aflorar sobre la improvisación de las operaciones, el aislamiento de Francia o el motivo imperialista de la intervención.
Para el ex canciller Alain Juppé resulta "extremadamente riesgosa" la presencia de tropas galas en ese país. "Estamos en una espiral que será difícil de controlar", dijo.
Mientras la ex candidata presidencial del partido Europa Ecología los Verdes, Eva Joly, habla "de un remedio potencialmente peor que la enfermedad".
El gobierno galo afirma que los tres objetivos de la operación Serval son "detener la agresión terrorista", "asegurar Bamako" y permitir que Malí preserve su "integridad territorial".
Pero varios analistas políticos coinciden en que la intervención revive actitudes colonialistas y el gobierno galo intenta aumentar su popularidad y defender intereses económicos en esa región.
Malí es el tercer productor de oro en África y sus explotaciones son controladas sobre todo por firmas de la exmetrópoli.
La nación del Sahel posee también una de las mayores reservas de uranio a nivel mundial y es estratégica para Francia porque de ahí se extraen las materias primas para las centrales nucleares galas.