¿Qué es el Caribe?

Caribeño por derecho propio

Hace muchos años, sobre 20, definí que era caribeño por derecho propio.  Es decir, no le pido permiso a nadie, y me defino del saque como alguien de la región, y en particular defino que soy de un pueblo del Caribe, llamado Puerto Rico.  Para mi ser caribeño es definirme a partir de una región que me determina.  Puerto Rico es solo un incidente dentro de la región a la cual pertenezco y con la cual me relaciono de forma cotidiana.

Y siendo del Caribe, me pregunto, ¿Cómo defino el Caribe? Para mi el Caribe es una relación entre la luz, la vegetación y mi mirada continua sobre la vida diaria.  Cuando estoy de viaje, no hay un solo día que no extrañe el Caribe, y donde los domingos son días únicos. En este sentido aprendí hace mucho tiempo a extrañar al Caribe.  A sentirlo, a olerlo, a recordarlo, a disfrutarlo a verlo cómo algo único.

Por eso, al pensarme como una persona que por derecho propio se reclama de la región, lo que quiero decir es que para mi el Caribe es un movimiento continuo entre mis ancestros, mis memorias, y más que nada las imágenes que me fundan: una abuela puertorriqueña ante un abuelo dominicano, un padre cubano y una madre dominicana. Es decir el Caribe para mi es una mezcla donde el cielo azul se mezcla con una vida diaria que está plagada de problemas, luchas y contradicciones; pero más que nada, plagado de espontaneidad y sentido de esperanza.

Daniel Nina

Caribe es el Carnaval en Dominicana con diablos cojuelos. Es el Festival de Cine en la Habana. Es Martinique en el teatro más lindo debajo del árbol, donde la gente responde. Es gente bailando y caminando en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Es la abuela que me regaló la dominicanía y el abuelo de Morovis que nunca se montó en un avión, pero que fue el más caribeño.

Pedro Adorno

El Gran Caribe: Un solo mar  y mucha  diversidad.

Hace muchos años que trato de dialogar con El Caribe. Soy caribeña de nacimiento; pues nací en un  barrio bullanguero de Río Piedras, Puerto Rico.  El Caribe es uno y son muchos. El Caribe ha sido dividido por sus idiomas, lenguas y culturas; pero sin embargo somos una misma nación caribeña. Somos exposición de lo humano. En mi caso particular, siento que el caribe está muy amarrado con el tambor de la negritud.  El Caribe es diversidad dentro de la unidad. Puerto Rico debería dialogar más con ese Caribe para lograr una mayor integración a éste. El Caribe es identidad; pero también es necesidad del pasaporte para el que sale de su lar.

El Caribe es mestizaje, mulataje, melaza, crisol de colores dentro de la unidad. El Caribe es Polifonía Caribeña, como titula en su nuevo libro, la ensayista caribeñista: Carmen Centeno. El Caribe es Mulata-Antilla como lo recita nuestro poeta negrista Luis  Palés Matos. El Caribe es un solo mar y doce premios nobel como titula su libro de ensayo el dominicano José Rafael Lantigua. El caribe es negritud, aroma de café, el cantar de los coquíes, tomar sombra bajo un árbol de Flamboyán rojo, violeta o amarillo. El caribe es hablar créol, inglés caribeño, “hablar español a lo puertorriqueño” como lo diría Luis Rafael Sánchez. Llegar a Trinidad Tobago y pensar que solo encontrarás trinitario, pero te encuentras con hindúes, vas a San Martín y la mitad de su gente,  habla holandés y lo otra mitad habla francés, o llegas a Barbados y crees que solo te comunicarás en inglés; pero tienes que hablar papiamento.

El Caribe son sus carnavales, la forma en que celebran la vida con: el gagá haitiano, el merengue ripiao, la plena, la bomba, la cumbia, la salsa, bolero y otros. El caribe son sus alimentos: boniato, arroz con habichuelas, la sopa de calalú, nuestros sabrosos pasteles, aguacate, papaya (fruta bomba en Cuba), jugo de parcha. Sus medicamentos naturales: el té de jengibre, yerbabuena, menta, el olor a pacholí, canela y albahaca sazonado con una buena parranda al son del pandero de plena en nuestros días navideños… En fin, el Caribe para mí es solidaridad. Por tanto, reciban todos y todas un fuerte abrazo, solicaribeño , de Marie la de Calabó.

Dra. Marie Ramos Rosado

El Caribe es una región conformada por el mar Caribe, sus islas y las costas que rodean a este mar.  El Caribe son las Antillas: muchas islas juntas, pero cada una con su propia identidad, su música, sus cantos, danzas, comida y cultura.

El Caribe es el sol que nos resplandece cada mañana, más allá de sus playas, aquí en el trópico se puede disfrutar mucho más.

¡El Caribe es maravilloso!

Yeishla Seda

El Caribe es mucho más que playa, gente bonita, piñas coladas, Hoteles All Inclusive o los Pirates of Caribbean. El Caribe tiene un trasfondo cultural/histórico, de muchas luchas y empeños por construir su identidad, su propia idiosincrasia regional enmarcada en uno de los mares más calurosos del planeta. Por mantener su unidad relativa, con una particularidad diferenciada (sin que implique oposición) de las marcadas por el Viejo y Nuevo Continente, y de las particularidades de Centroamérica y Sudamérica en parte, regiones con las que hermana en sus raíces latinoamericanas.

El Caribe, esta región geopolíticamente tan bien ubicada, representa, precisamente por ser un punto de cruce entre varios mares y océanos y pueblos, representa los cuentros de multilenguajes, de ancestros indígenas, mezclados con españoles, africanos, estadounidenses, latinoamericanos, es un remix de culturas, de diversidades, de fusiones que ha potenciado una hibridez con una energía tan fuerte como el sol que se esplaya en esta zona.

No ha sido necesariamente plácida como una playa, la historia del Caribe. Somos sobrevivientes de invasiones europeas y norteamericanas, de exterminios, de ciudades arrasadas y quemadas. Somos sobrevivientes en costumbres y lenguas a los directos procesos de transculturización a las que nos han sometido. Mantenemos nuestra herencia, nuestra personalidad, e identidad y muchas de sus islas son independientes -casi un milagro-, pues siendo el ombligo del las americas. En el Caribe, el español, por ejemplo vibra y “esta vivito y coleando” y ni que decir la música -salsa, rock alternativo- por ejemplo y otras tradiciones.

Las relativas distancias nos separan, pero con los avances de la globalización, por medio en parte del Internet, las migraciones entre antillas traen el chip de las raíces de cada país, y con esto acercamos a sus acontecimientos, y su gente. Esto lo hace Caribe dinámico, no lineal.

El Caribe, especialmente en Puerto Rico, hay que romper los espejos que en ocasiones nos rodean y mirar a la izquierda, derecha y el sur, aliarnos a nuestros vecinos, participar en eventos como CARICOM, y tener una postura más firme de rechazar las leyes de cabotaje, que nos distancian del comercio antillano.

Seguir siendo un Caribe Globalizado, un Gran Caribe,  que exporte su literatura, los conocimientos, su cine.  Y de manera utópica dejar de ser el puente, derribar el puente, bloquear las vías de las drogas que tanto daño hacen a la región y a todas las Antillas., tomando medidas estratégicas para construir puentes que miren alrededor, olvidándonos del insularismo, y de los prejuicios sociales.

Mauricio Planchart Navia

El Caribe para mi es esperanza materializada en un espacio geográfico. Esperanza es la palabra que viene a mi mente para mejor describir la fuente de energía que nuestro antepasados tuvieron que utilizar para sobrevivir y superar los distintos eventos que han ocurrido en nuestra historia (colonización , esclavitud, explotación, etc) y en mi opinión continua siendo lo que nos motiva hoy en día a seguir luchando por una vida mejor y justa con una sonrisa en nuestros labios y alegría en nuestro corazón y  en nuestra forma de ser.

El Caribe es alegre no por sus playas, su comida, su música sino por su gente.  Es esa esperanza y alegría lo que permite a todos los caribeños tener resiliencia ante la adversidad y una capacidad adaptiva admirable, cualidades que a mi parecer dan paso a la constante evolución y desarrollo.

Lourdes Lamboy Morales

El Caribe es:

Diversidad hecha cultura,

pluralismo lleno de alegría,

de dolor,

de rebeldía, pobreza y riqueza.

De colonialismo... ¡de libertad!

Es mestizaje y negritud,

baile, música, sabor.

Es intensidad, belleza, pasión.

Imagino el Caribe tal como lo he descrito, pero con mayor respeto ante la misma diversidad que nos caracteriza. Imagino un Caribe que se reconoce en su historia, pero más que nada en su actualidad. Un Caribe que no solo comparta la zona geográfica, más bien que sea solidario, respetuoso, justo y equitativo; inmerso en un diálogo intenso y permanente.

Un Caribe lleno de luz que me haga sentir diariamente Antillana.

Camille Machado Miranda