Se trata de la película más exitosa en la historia del cine dominicano en venta de taquillas: Sanky Panky 2 (Dir. José E. Pintor, República Dominicana 2013). Es una formula, toda vez que la primera parte, Sanky Panky logró en su momento (2007) romper todos los records de venta de boletos en dominicana. En esta nueva versión han logrado establecer otros records: abrir en casi todas las salas de un cine de la capital dominicana (siete salas de un total de ocho); iniciar la exhibición de la película simultáneamente en República Dominicana, Puerto Rico y varias ciudades de los EE.UU.
La fórmula de esta película, estriba en su sencillez. Se trata de una trama sencilla, en la cual uno se puede relacionar con mucha facilidad (el Caribe contado de una forma ocurrente), y sobre todo con artistas que se han consagrado como caras conocidas del cine y la televisión dominicana. Ante esto, la trama se desarrolla imponiendo mucho más en lo que es un cine medio de ocurrencias, donde los actores dan a lucir sus dotes innatos de comediantes.
En esta versión, los personajes originales de la primera parte de este filme Genaro, Chelo y Carlitos (Fausto Mata, Tony Pascual y Aquiles Matta, respectivamente) se encuentran en el aeropuerto de Puerto Plata donde los dos últimos regresaban luego de haberse ido a “enfriarse” en los EE.UU. A partir el encuentro se inserta en un tema central de la película que es la ocurrencia de Genero (Fausto Matta) quien trabajaba en un hotel de la ciudad, como “muchacho de mandados”, mientras cultivaba relaciones amorosas con las huéspedes, y mantenía una relación de amor y compromiso con la Morena (Alina Vargas). Todo era normal en esta vida, con la anuencia y entendido de la Morena, hasta que en el mismo vuelo de Chelo y Carlitos llegara la americana Martha. (Zdeka Kalina).
Pues bien. Hasta ahí la película era sumamente cómica y ocurrente. Luego, los guionistas (José E. Pintor y Miguel Alcántara) le introduce otro elemento mayor a la trama donde incorpora a unos italianos y un asunto de la mafia siciliana. En fin, un mangú revoloteado.
Creo que con este cuadro, usted debe ir a ver la película sin prejuicio alguno. Es una película técnicamente bien realizada, donde los actores se destacaron en lo mejor que saben hacer: la comedia improvisada y de ocurrencia. En este sentido vaya a ver esta película bien relajado. En particular, porque la cultura dominicana maneja temas de manera mucho más complejas, como por ejemplo lo racial. El filme es un manifiesto de relaciones inter-raciales donde el eje afro-descendiente y mulato, se presenta de forma dominante, normal y sin complejos.
De igual forma el tema de las relaciones promiscuas, un fuerte estereotipo de la cultura del turismo y los hoteles todo incluido de la Republica Dominicana, se presenta en esta película sin prejuicios y de forma normal. Usted podrá tener reservas, pero la película lo presenta de forma no-problemática. Incluyendo el nombre de la película, que hace referencia al que baja, remueve o saca la ropa interior femenina (saca el panty…) se presenta de forma no problemática en la película.
Me parece la película una interesante apuesta de cine de masas para el Caribe. La lógica de ver a Puerto Rico y la República Dominicana como un solo mercado es un acierto de los dominicanos y no así de los puertorriqueños.
En fin. Este domingo vaya a verla. Compre unos chocolatitos, refresco y unas palomitas de maíz. En fin, disfrútela sin reparos.