Un grupo de funcionarios del gobierno de los EE.UU llegó en el día de ayer a Puerto Rico para sostener reuniones de trabajo, en cuanto a la adecuada utilización de los fondos públicos de origen federal en Puerto Rico. Esta reunión se da ante la soberana deuda que tiene el gobierno de Puerto Rico de sobre $70 mil millones de dólares, principalmente ante los llamados bonistas que han prestado dinero al gobierno, y esperan los tiempos de vencimiento para poder cobrar su inversión.
En la actualidad el presupuesto operacional del gobierno de Puerto Rico es de $9400 mil millones de dólares. En adición a esta cantidad, el pueblo de Puerto Rico recibe de forma anual $6500 mil millones de dólares en transferencias federales a Puerto Rico. A pesar de capturar de forma combinada sobre $15 mil millones de dólares la economía de Puerto Rico sostiene en los pasados siete años un crecimiento económico en negativo. Sobre 500 mil personas han migrado, lo cual ha dejado al país en una pérdida neta de sobre 100 mil personas que ya no viven en Puerto Rico. La pérdida población no crea esperanza ni posibilidad de vida y desarrollo en la isla. Esto constituye la mayor preocupación de todas las personas que se quedaron en la isla.
Dicho lo anterior, donde erra la apreciación de los gobernantes de Washington es en el hecho de la mala distribución de la riqueza en Puerto Rico, asunto al cual no le prestan atención. Lo cierto es que a pesar de todo, los indicadores económicos en la isla, para algunos sectores están muy en positivo. Este es el caso de los dos principales conglomerados bancarios del país, Banco Popular de Puerto Rico y First Bank, los cuales en el último trimestre (a 30 de septiembre) ambos declararon ganancias. En otras palabras, a alguien le está yendo bien en la presente crisis económica en Puerto Rico. Sin lugar a dudas no es al pueblo.
En fin, que una canción al ritmo de los sectores obreros de la década de 1920, canta “mamá llegó el obispo de Roma, que cosa linda que cosa mona”. Algo así tiene esta visita de los funcionarios del gobierno de Obama en Puerto Rico. Son una cosa, llegada del cielo que vienen a nuestro “rescate”. Si es para repensar la distribución de la riqueza en Puerto Rico, tienen mi apoyo. Es más, me quedo en el país y no migro.