Nosotros el pueblo: ¿Cómo reestructurar un sistema de retiro de forma democrática?

Política

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El preámbulo de la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico comienza a partir de ese combinado de palabras que constituye la piedra fundacional de todo diálogo político: Nosotros el Pueblo. En la teoría política esto constituye el poder soberano, herramienta de uso práctico por el cual las relaciones sociales con el estado se deben dejar llegar.

Es decir, el estado actúa de forma independiente en sus decisiones, aunque guiado en todo momento por la voluntad popular, que más allá de los procesos electorales, determina la senda a seguir.

Ayer fue el primer día de cuestionamiento y confrontación entre el gobierno y nosotros el pueblo. Un pueblo uniforme, no definible, no racional, no mayoritario, pero y a pesar de esto, el pueblo. El gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, ha propuesto una fórmula para reformar el Sistema de Retiro de los Maestros (SRM). No es un plan fácil, pero ante la incapacidad del estado de satisfacer la demanda en el año 2020, tienen hoy que modificar varios aspectos y controlar mejor este sistema. En resumen, que a partir de hoy se establecería una pensión mínima de $500.00 (la actual es de $400.00); se fijaría la pensión promedio en $1562.00 (la actual es $1375.00); la aportación de los maestros y maestras cambiaría de 9% de su salario a 10%; la edad mínima para acogerse al retiro sube de 50 años a 55 años, y se mantiene en 30 años de servicio.

Todo indica que los representantes diversos del pueblo, no estando conformes con la propuesta del gobierno, tomaron ayer el hemiciclo del Senado de Puerto Rico y formaron una intensa algarabía. Hubo daño a la propiedad pública, hubo incidentes muy lamentables, y los senadores se reunieron en otro salón en ausencia del público que normalmente participa de los procesos.

Es un hecho claro que Puerto Rico como proyecto económico, está quebrado. El gobierno no tiene mucho espacio para maniobrar, y su capacidad económica y de recaudos, ante una perdida poblacional y de negocios, está muy menguada. Entonces, todos y todas necesitamos estar bien, y no hay dinero ni capacidad de producirlos al corto alcance. La pregunta es, ¿nos debe esto llevar a la confrontación? Posiblemente sí. Pero tal vez el lugar correcto no era ante las senadoras de Puerto Rico. Posiblemente un lugar más correcto sería ir a las casas acreditadoras, por ejemplo Moody´s, esas que nos degradan el crédito y nos exigen honrar los pagos a los bonitas, y exigirles que nos liberen de la presión que nos imponen.

Como señalamos hace unos días, lo importante sería utilizar toda la energía existente de momento, todo nuestro mal humor y falta de alegría ante la presente situación económica, e iniciar un nuevo acercamiento de mayor profundidad. En particular, modificar la constitución del Estado Libre Asociado, mediante un referéndum, en específico el Artículo 6, sección 8, y cambiar la fórmula de pago. En la actualidad primero les pagamos a los bonistas y prestamistas del estado, y luego vemos como cumplimos con las responsabilidades nacionales. Cambiemos la formula, que siempre los y las boricuas podamos estar bien, antes que los especuladores.

Demos paso a la Enmienda 6/8.