Esperando la degradación de la deuda de Puerto Rico: o la llegada del cuco

Economia Solidaria

altAnte la recién llamada “amenaza de degradación inminente” de la deuda del gobierno de Puerto Rico por parte de Standard & Poor’s (S&P), las casas de corretaje en la Isla cumplieron la semana pasada, con lo que probablemente en su lógica capitalista fue el deber moral de advertir a la sociedad civil, sobre la baja en los precios de los bonos y otras nefastas posibilidades financieras que se avecinarán. Esto en mi opinión, algo más en el ámbito de la especulación que de una historia económica. No obstante, estas predicciones han creado un pánico innecesario y no saludable para nuestra economía, que aspira a salir de la Gran Recesión y donde los inversores están sucumbiendo al pánico; trayendo recuerdos de como personas en la Isla, a principios de esta década, perdieron cientos de miles dólares de sus ahorros en un período de días. El problema es complejo y requiere que el gobierno piense fuera de los moldes del pasado, que sea creativo y hasta, digámoslo, revolucionarios. De lo contrario, seguir el mismo curso de las últimas décadas refuerza el pesimismo y eso hasta un niño sabe que es la receta para decrecimiento económico.

La semana pasada, el periódico financiero The Wall Street Journal publicó una noticia de que la economía de los Estados Unidos había crecido en un 13% ¿Y por qué rayos la economía de Puerto Rico no acaba de salir de la Gran Recesión? La respuesta está en el período de “gap” o lapso que normalmente ocurre entre la economía de tierra firme y la colonia, donde la última estará años de atraso, por su aislamiento territorial, problemáticas en la implementación de leyes y distancia en las redes de comunicación y/o transportación. Nada nuevo para Puerto Rico, que ha vivido por más de 500 años como una colonia. No obstante, cercano a nosotros hay otros países, repúblicas que cuentan otra historia. Tenemos por ejemplo a Dominicana, que reporta grandes aumentos en su economía, a pesar de ser un líder munidial en violaciones de derechos humanos y en tasas desempleo, pero eso es otro tema. También tenemos a Bermuda y otras islas que le va muy bien. Pero más significativo, tenemos a una Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), que en su pleno declaró su deseo de incluir a Puerto Rico como miembro. En este sentido, en el período de la mundialización y de las economías emergentes, la CELAC es una buena alternativa para salir de la dependencia económica que nos dirige, según pronostican los capitalistas de la Isla, a la bancarrota.

En medio de este dilema, es interesante analizar cómo hay una relación económica entre la dependencia económica a los Estados Unidos y el estancamiento económico y viceversa. En otras palabras, que actualmente en medio de la Gran Recesión, mientras un país menos dependa de los Estados Unidos su economía crecerá más. En este sentido, existen cientos de alternativas y/o vías económicas para el desarrollo económico, alejadas de los intereses capitalistas de los Estados Unidos. Para decir un ejemplo, que ha sido la obsesión compulsiva de la Asociación de Industriales de Puerto Rico y de pasados gobiernos como del PNP, el alto costo de la electricidad en la Isla. Pues, si Puerto Rico fueses miembro de la CELAC podría pertenecer a Petro Caribe y comprar el combustible a préstamo y repagarlo con plátanos, arroz, tabaco, café u otro producto que entiendan podría ser canjeable.

La inevitable no es inevitable en este caso para Puerto Rico. Es cierto, que nuestra historia económica de codependencia con los Estados Unidos y la desidia por parte del Congreso de los Estados Unidos son unas recetas para el desastre. No obstante, existiendo otras vías diferentes, no hay razón por lo cual el gobierno no actué revolucionariamente.

En nuestro entender, por la condición especial político-jurídica que tiene la Isla de Puerto Rico no hay impedimento constitucionales ni en el Derecho Internacional que prohíban la inmediata incorporación de Puerto Rico a la CELAC, y librarse de las garras de los capitalistas estadounidenses. Un cambio en esta dirección sería sin duda de beneficio económico.