A nadie que tenga un familiar con problemas de memoria y habla, le recomiendo que lo lleve a un home. Porque no será con palabras que te digan lo que le pasó… El cuidado que deben recibir pacientes de este tipo debe ser uno de mucho e inmenso amor, gran paciencia y atención especializada. Muchas veces hay que entrar en sus juegos mentales, seguirles la corriente, no contradecir lo que dicen para que no sufran. Las uñas de los y las cuidadoras deben estar recortadas lo más cortas posibles y los alimentos no deben llevarse calientes a la mesa, mucho menos si son líquidos.

Mamá ya está con su familia y si le preguntan cómo está ella contesta: ¡Muy feliz!

Ya puedo dormir tranquila.

Me veías con los ojos de alma perdida
hermosa, como una Babilonia tropical,
acostada y delicadamente desnuda.
…Envuelta en tu presente,
deforestada te gusto más
con huesos falsos y varillas oxidadas,
con un afán despiadado
de calles panorámicas y expresos.

Leer más...

A Esteban Charpentier

Ya

he pisado el umbral de la tristeza

(evoco todo lo vivido)

Ya

dialogo con el cuervo, lo elemental

aquello con un algo de belleza

audaz y gatuna que rectifica el labio de un saludo.

Leer más...

Hoy, 11 de septiembre de 2021, confieso que llueve a cántaros, con rayos y centellas. En la montaña, el día amaneció oscuro y triste, quizás recordando que hace veinte años, miles de personas inocentes murieron por la ineptitud de los líderes de un imperio, que se ha autoproclamado el salvador del planeta.

Leer más...

A nadie que tenga un familiar con problemas de memoria y habla, le recomiendo que lo lleve a un home. Porque no será con palabras que te digan lo que le pasó… El cuidado que deben recibir pacientes de este tipo debe ser uno de mucho e inmenso amor, gran paciencia y atención especializada. Muchas veces hay que entrar en sus juegos mentales, seguirles la corriente, no contradecir lo que dicen para que no sufran. Las uñas de los y las cuidadoras deben estar recortadas lo más cortas posibles y los alimentos no deben llevarse calientes a la mesa, mucho menos si son líquidos.

Mamá ya está con su familia y si le preguntan cómo está ella contesta: ¡Muy feliz!

Ya puedo dormir tranquila.

 

Estos son los primeros rayitos de sol tomados desde mi balcón esta mañana como a las 7:30 am. Llevo semanas tratando de capturar un amanecer puro y las nubes no me lo permiten. Es el invierno veraneado de mi Puerto Rico que hace que nos despertemos más tarde y que muchas personas asocien las celebraciones navideñas con un estado anímico particular y algunos hasta se depriman. El resto del año es diferente, el sol nos despierta y somos más productivos. Esto me lleva a preguntarme, ¿será que hay un cierto determinismo lumínico que afecta el ánimo de las personas?

Leer más...

Siempre que me llega ese olor a pluma de gallo mojado;
avanzo por las callejuelas de Arecibo
y me acerco a mi tío gallero, a mi primo construido de madera y espuelas.
Por ahí se acomoda Raco, mi padre, el hijo del suicida,
el militar de ojos celestes.
Recapacito junto a los transeúntes
y vuelvo a ser el pobre diablo de mi barrio.

 

Vivíamos en una casa de madera grande, que se impregnaba de un rico olor a habichuelas guisadas, cada vez que mi abuela las preparaba. Su ritual consistía en dejarlas en agua la noche anterior, para que se ablandaran. Luego, Mamy Naty, iba al patio a recoger culantro, chincha, orégano fresco, ajíes dulces que, junto a los ajos y cebolla, machacaba en el pilón de madera, que tanto había usado. El sofrito para los puertorriqueños es parte de su tradición gastronómica. No podemos imaginar una comida sin el sofrito y sus aromas.

Leer más...

Más artículos...