Noche sin noche
luz oscurecida canto que claudica
voz, las pocas palabras agrestes
un descielo yerto de luceros
porque amar es acto de claridades
calcina la herida del tiempo la fe
Noche sin noche
luz oscurecida canto que claudica
voz, las pocas palabras agrestes
un descielo yerto de luceros
porque amar es acto de claridades
calcina la herida del tiempo la fe
Soy puertorriqueña, caribeña y latinoamericana; una sopa de piedras
de gente de casi todas partes del mundo.
Eso dicen mis genes.
Me dieron la cara pálida
y para equilibrar la cosa tengo caderas nigerianas.
Con nostalgia recuerdo, que cuando era adolescente, me aumentaba la edad porque quería ser grande. Ahora que soy grande, descubrí que llegué a esa edad, donde las citas dejaron de ser amorosas para convertirse en médicas.
(San Juan, 9:00 a.m.)
Libro gordo de pensamiento y reflexión.
El cielo está nublado,
pero se percibe la banalidad de la existencia.