Soy boricua,

lo sabes,

Soy Boricua

Soy Boricua
Tú los sabes

Marvin Santiago

 

Soy puertorriqueño. No tengo dudas. Mi identidad está grabada en mi genoma, lo registra mi árbol genealógico y me la enseñaron mis mayores. La identidad se aprende. El sentido identitario es un proceso social que requiere de una estrecha colaboración entre la familia, la escuela y la sociedad en general.

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Hace 30 años recorría la calle Corrientes de Buenos Aires cuando en la librería Gandhi -sin relación con las librerías del mismo nombre que me recomendó José Luis González en México- encontré un tesoro: la colección completa de la legendaria revista literaria Orígenes que codirigió José Lezama Lima en La Habana desde 1940 a 1956. Las 42 ediciones estaban en siete tomos impresos por dos editoriales de Madrid y México.

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Este asombroso documental indaga en la triste vida de Björn Andrésen, el adolescente sueco que Visconti descubrió para su ‘Muerte en Venecia’.

Era un adolescente tímido y retraído. Una belleza de otro planeta. Tenía 15 años cuando su abuela lo empujó a un casting. 'El hombre más guapo del universo'. Pero la película iba a ser una experiencia aterradora que le dio una fama que destruiría su vida.

Visconti necesitaba encontrar al ángel de la muerte de la novela de Thomas Mann y la belleza de Andrésen no respondía solo a unos rasgos perfectos. La historia de un músico alemán, Gustav von Ashenbach —inspirado en Mahler y el propio Mann e interpretado por Dirk Bogarde—, que se refugia en una Venecia decadente y crepuscular, infectada de cólera, al descubrir allí a un inalcanzable adolescente polaco, Tadzio, le servía al cineasta italiano para desafiar una vez más al mundo con su poderoso refinamiento. “La belleza absoluta existe, pero todo el mundo sabe que mirarla de frente es mirar a la muerte”, afirmaba Visconti al hablar de la película. El sofisticado aristócrata del norte de Italia, comunista y homosexual, el director que había encumbrado a Helmut Berger, “el hombre más guapo del universo”, según acuñó.

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El 11 de julio de 2021 en Cuba hubo manifestaciones callejeras en contra del gobierno. Los participantes pedían la renuncia de Miguel Díaz Canel, presidente de la isla caribeña. Ya había antecedentes de inconformidad con ciertas decisiones gubernamentales que se plasmaron en el surgimiento del Movimiento San Isidro en el 2019 que agrupa a artistas e intelectuales, miembros de la comunidad LGBT y periodistas independientes. No se puede negar que la disidencia existe en Cuba y que hay que expandir el respeto a los derechos humanos, situación que se agrava con las tensiones que ocasiona el embargo económico de Estados Unidos a Cuba. Este mantiene en constante alerta a los cubanos.

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Manuel S. Almeida (San Juan, Puerto Rico, 1979-) es docente e investigador en la
Universidad Ana G. Méndez. Almeida tiene una maestría (M.A., 2005) y un
doctorado (Ph.D., 2006) en Ciencia Política en la Universidad de Massachusetts-
Amherst. Su grado es en Sociología (B.A., 2001), de la Universidad de Puerto
Rico. Sus temas de investigación son: Historia del pensamiento político,
pensamiento político antiguo, marxismo, teoría crítica, la obra de Antonio Gramsci
y teoría democrática. Manuel es traductor y editor de Los otros escritos
carcelarios: antología de las Cartas desde la cárcel, de Antonio Gramsci (2021), y
editor de La formación de voluntades colectivas. Breve antología de los Cuadernos
de la cárcel, de Antonio Gramsci (2018). Es autor de Dirigentes y dirigidos: para
leer los Cuadernos de la cárcel de Antonio Gramsci (2010, 2017) y de Ese idiota
llamado Sócrates: teoría política, crítica, democracia (2014). Hemos tenido
oportunidad de intercambiar unas palabras por escrito con él sobre el tema del
status y la descolonización de Puerto Rico. Son para ser compartidas con todos
vosotros.
1.1 Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) – ¿Es hora de exigir el fin del
colonialismo y comenzar una conversación sobre reparaciones económicas? ¿Por
qué?
1.2 Manuel S. Almeida (MSA, en adelante) – Primero, muchas gracias por la
invitación a la entrevista. Segundo, ya al respecto de la pregunta, hace tiempo,
muchísimo tiempo, que deberíamos y, preferiblemente, en concertación y de
manera consensuada, que deberíamos haber exigido la descolonización de Puerto
Rico por alguna de las vías reconocidas para ello por el derecho internacional: la
integración o anexión/estadidad (para decir en puertorriqueño) o la independencia,
sea en su modalidad de soberanía plena o a través de una libre asociación entre
dos jurisdicciones realmente soberanas. Por otro lado, reclamar descolonización
por una de las dos vías reconocidas, pero plantearlo como un asunto
explícitamente de “reparaciones” me parece que abre la puerta a mayor enredo y
mayor confusión.
¿Por qué hablar de “reparaciones” (reparations), en vez de posibles vías de
ajusticiamiento o de resarcir agravios? Sin entrar en preciosismos etimológicos o
lingüísticos, aunque la expresión de reparations puede hacer referencia a una
multiplicidad de circunstancias o situaciones de opresión o explotación, en la
historia reciente –y particularmente referente a los Estados Unidos–, las
reparations en términos de vocabulario de cultura política popular remite en la
práctica a posible remuneración económica a los grupos afro-americanos en los
Estados Unidos por el legado de la historia de la esclavitud.

Por un lado, me parece en términos prácticos, un error táctico hablar de asuntos
de ajusticiamiento por el legado colonial de los EUA sobre PR con el asunto de
reparations. Por otro lado, en términos conceptuales, me parece que es un
preciosismo que más oscurece que lo que pudiera aclarar al respecto. Es decir,
usar reparations como vía para ajusticiar la cuestión colonial en Puerto Rico lo que
hace es borrar las diferencias, matices y particularidades de la explotación de los
afroamericanos en los EUA vis a vis la explotación en PR por motivo de su
coloniaje. Me parece que tanto teórica como políticamente, esa borradura de las
especificidades de los tipos de relación de poder y explotación es sumamente
problemática.
Finalmente, hay gente en PR, e igual que líderes políticos del PPD como Nadal
Power y otros, que TODAVÍA favorecen el ELA tal cual o dizque mejorado.
Es decir, que no se crea que hay una especie de consenso general que piensa
que el Estado Libre Asociado o no es colonial o no está requetemuerto.
2.1 WRS – ¿Qué relación si alguna ves entre la migración de los puertorriqueños a
los Estados Unidos y las innumerables oportunidades desarrolladas por el
Congreso de los Estados Unidos para que las corporaciones estadounidenses
exploten a Puerto Rico?
2.2 MSA – Mis disculpas, pero me parece que algunas de estas preguntas están
planteadas de manera un poco imprecisas. Es decir, ¿cuál de las migraciones
boricuas a los EUA? ¿La que comenzó de manera masiva en los 1930s, la que fue
incluso promovida por parte del gobierno de PR a finales de los 1940s y durante
los 1950s? ¿Las migraciones masivas más recientes posterior al comienzo formal
de la crisis económica en PR a partir del 2005-2006?
Por un lado, hay que recordar que el phase out de las llamadas corporaciones 936
finiquitó en el 2006; y que dicho sea de paso, al haber sido estas en su mayoría
empresas de alta composición orgánica de capital, en su mejor momento eran
responsables de proveer los empleos más que del 10% aproximado de la
población con trabajo. Por otro lado, en la medida de que en PR no se ha
desarrollado una estructura de desarrollo económico sustentable desde los 1940s
hasta hoy (por lo que el gobierno local promocionó abiertamente la migración de
los hijos de esta tierra), no hay forma de que nos sorprendamos de que la gente
siga migrando de manera masiva, particularmente durante los últimos 15 años de
reagudización de la crisis económica. Ante la ausencia de una manera de
absorber la potencial fuerza de trabajo a partir de salarios y condiciones materiales
de existencia decentes, ¿cómo no evitar el migrar a los EUA u otros países en
búsqueda de mejor fortuna?
Si acaso ha habido algún despunte económico en el tiempo post-huracán María,
tiene que ver con el complejo de actividades asociadas al llamado disaster
capitalism, o capitalismo del desastre atado a su vez a una posible industria de la
deuda emparejada a la implementación de la Junta de Supervisión (Control)
Fiscal, que re-significa y reconfirma (para aquellos que tenían alguna duda aún)
nuestra relación colonial.

3.1 WRS – ¿Cuál debería ser el rol de la academia y de la sociedad civil
puertorriqueña dentro de los Estados Unidos en la descolonización de Puerto
Rico, si alguno? ¿Qué deberían hacer?
3.2 MSA – Nuevamente, una apreciación conceptual importante. Desde finales de
los 1980s y principios de los 1990s en Puerto Rico (y, de hecho, los EUA también),
hubo una especie de boom resignificando la ‘sociedad civil’ como un espacio
desde donde pudieran surgir soluciones maravillosas, dizque no maculadas por
relaciones de poder político. No obstante, aquellos que somos marxistas, y
particularmente gramscianos, sabemos que la llamada ‘sociedad civil’, a diferencia
de lo que pretendería el liberalismo político, no es ese bálsamo de paz y de esfera
social carente de relaciones de poder, sino que es otra esfera del llamado ‘Estado
integral’ según Gramsci; es decir, es otra esfera más en donde se hilvanan
relaciones de poder a través de las cuales, a pesar de sus complejidades y
escenificación de negociaciones y renegociaciones, se ayudan a reproducir los
intereses de las clases y capas dominantes, locales y en los EUA.
Segundo, ni la llamada academia ni la llamada sociedad civil puertorriqueña en los
EUA constituyen un bloque homogéneo de voces. Hay múltiples diferenciaciones
internas a esos grupos. Incluso, hay sectores en la academia en los EUA en
donde, de manera consciente o inconsciente, hay puertorriqueños que se
encuentran haciendo carrera (muy exitosas y lucrativas, de hecho) a partir de los
desastres en PR de las últimas décadas. Una especie de disaster capitalism
académico, si se quiere, por más que a veces se vista de ropaje y/o lenguaje
pseudo-radical.
Haciendo constancia de lo anterior, como poco, podrían ayudar en promover
perspectivas más educadas e informadas sobre la situación de PR, y posibles vías
verosímiles para ayudarnos.
4.1 WRS – ¿Cómo la Comisionada Residente de Puerto Rico en el Congreso de
los Estados Unidos y los congresistas de origen puertorriqueño podrían ayudar a
resolver los problemas económico-sociales creados por la explotación de los
Estados Unidos en Puerto Rico?
4.2 MSA – Primeramente, y dejando de lado el intento de sacar ventaja político-
partidista y/o electoral por los jugadores específicamente envueltos al momento,
siempre pueden ayudar en adelantar la extensión de la mayor cantidad de ayudas
federales a PR. En el mismo ánimo, podrían servir como vehículos de educación
política en torno a PR. No obstante, en la práctica, esto último e incluso lo anterior
usualmente se ve tronchado por la política partidista local. Por ejemplo, uno
pensaría que la relativa popularidad mediática de la congresista Alexandria
Ocasio-Cortez, hasta tiempos recientes una piccola superstar que además es de
las simpatías de muchos de nosotros por ser abiertamente progresista y de
izquierda, podría sernos de gran ayuda para adelantar nuestras agendas
apremiantes. Pero en la medida en que es interceptada por las agendas del PPD,
otros congresistas comprometidos con el PPD o el melonismo boricua como Nydia
Velázquez, etc., igual en vez de ayudarnos realmente se pueden tornar en artífices
para seguir confundiendo y promoviendo el inmovilismo.

5.1 WRS – ¿Por qué los movimientos de estadidad no han sido capaces de
confrontar al imperialismo estadounidense en Puerto Rico y los Estados Unidos?
¿Qué deberían hacer?
5.2 MSA – La pregunta que me haces está viciada. El movimiento en PR que
favorece la integración/anexión/estadidad, que no se reduce al PNP (como no se
reduce el también multifacético independentismo al PIP), ha confrontado al
imperialismo estadounidense con el mismo éxito o falta de éxito que el
independentismo. Es cierto que gran parte del liderato del PNP ha actuado para
que este partido en la práctica sea para todos los efectos como igualmente
colonialista que el PPD. No obstante, incluso si nos fuéramos a circunscribir al
PNP (y no tendríamos por qué hacerlo necesariamente), ha habido momentos de
confrontación directa y abierta. Aún recuerdo el notorio “Don’t push it”, del doctor
Pedro Rosselló en las vistas congresionales en torno a la ocupación por la marina
de los EUA de la isla-municipio de Vieques. Por no hablar de sus múltiples
acciones en busca de la estadidad casi siempre tronchadas por las fuerzas
inmovilistas melonas y populares del país.
Aprovecho y recuerdo –una vez más, para quien necesite escucharlo
nuevamente– que la matriz política de izquierda y derecha no tiene nada que ver
necesariamente con si se favorece una de las dos fórmulas descolonizadoras
reconocidas internacionalmente, la integración/anexión o la independencia (en
libre asociación o no), de manera que uno bien puede ser de derecha e
independentista o de izquierda y anexionista, y al revés. (Sobre la distinción de
izquierda y derecha, ver el libro fundamental de Norberto Bobbio, Derecha e
izquierda).
6.1 WRS – ¿Qué ha hecho, si algo, la presidencia de los Estados Unidos, y los
dos partidos políticos dominantes dentro de los Estados Unidos, el demócrata y el
republicano, para mitigar el desastre que ellos y los estadounidenses ayudaron a
crear dentro de Puerto Rico?
6.2 MSA – Pues esta respuesta (igual que todas las demás) necesitaría mucho
espacio de elaboración y tiempo para elaborar (que este servidor no tiene en estos
momentos), pero digamos que aunque nunca se ha salido de la
sobredeterminación de la relación colonial, sí el colonialismo bajo los EUA –que
nunca ha sido de tipo tradicional sino de tipo digamos hegemónico– extendió
desde el mismo principio derechos y libertades a las que no se tenían bajo
España, desde el derecho a la sindicalización de los trabajadores, el ajuste de la
jornada laboral a ocho horas, la extensión de ciertos derechos civiles y políticos
(por ejemplo, el divorcio), la entrada en masa de la mujer en mundo del trabajo, la
expansión de la educación pública, la fundación de las primeras universidades,
etc. También, con adelantos y retrocesos –así como la criminalización y
persecución de los sectores independentistas más combativos–, expandió
mayores formas de autogobierno y de derechos, incluyendo la extensión de la
ciudadanía (que eventualmente será refigurada para, con todo y sus determinadas
limitaciones, que se nos consideren como natural born citizens a partir de los
1940s), la progresiva extensión de mayores poderes autónomos, culminando en el
ELA, entre otras cosas. Es decir, cuando decimos que el colonialismo de los EUA

sobre PR ha sido uno de índole hegemónico, y nunca tradicional, en gran medida
tiene que ver con la búsqueda de su consolidación a través del cultivo continuo del
consentimiento activo o al menos pasivo de los gobernados.
Por otro lado, esta pregunta hace caso omiso de la complicidad de sectores
económicos y políticos en Puerto Rico, así como de manera opositora siempre ha
habido sectores de la izquierda en los EUA pendiente a adelantar la causa de PR.
7.1 WRS – ¿Cuál sería la forma de que los puertorriqueños rompan con este ciclo
de abuso del colonialismo estadounidense dentro de Puerto Rico? ¿Debería
Puerto Rico y los puertorriqueños ser reparados económicamente por Estados
Unidos?
7.2 MSA – Primero, y nuevamente, ver alguna respuesta mía previa en torno a la
posible problematización de hablar de nuestro ajusticiamiento de la condición
colonial como un asunto de reparations. Segundo, por supuesto que a los EUA le
correspondería proveernos ayudas económicas y de otros tipos, no sólo como
mera forma de retribución por la explotación colonial, sino como además ayuda
para mejor enfrentar un futuro post-colonial, sea a través de la integración/anexión
o a través de la independencia en una de sus dos posible modalidades. Al
respecto de la anexión, esa ha sido la práctica acostumbrada del gobierno federal
de los EUA cuando ha admitido como estado a sus territorios de un tiempo a esta
parte, brindándole determinadas ayudas, en algunos casos excepcionales, para
ayudar en la transición a los nuevos estados admitidos.
8.1 WRS – El economista francés Thomas Piketty considera que Francia debería
reparar en más de 28 mil millones de dólares americanos a Haití. ¿En cuánto
debería Estados Unidos reparar económicamente a Puerto Rico y a los
puertorriqueños?
8.2 MSA – Esto requiere mucha elaboración y tiempo para responder. Por lo
pronto digamos que, primero, cuando se logra la liberación de Haití, la primera
república negra del mundo, estábamos en una etapa previa del capitalismo como
modo de producción global, y un tipo de colonialismo bien distinto que el
practicado por los EUA sobre PR. Además, el asunto de las reparations, de ser el
mecanismo adoptado, yo preferiría que no fuera a modo de dar a cada individuo
una cantidad de dinero determinada, sino a manera de inversión estructural para
mejores servicios de salud, educación, inversión en estrategias de desarrollo
económico sustentable, etc., etc. Dar una cantidad de dinero no recurrente a los
individuos me parece problemático y, de hecho, fue un asunto atendido
críticamente por uno de los mejores comediantes modernos y contemporáneos en
los EUA, Dave Chappelle en el 2003, en un sketch de su Chappelle’s Show.
9.1 WRS – Muchos puertorriqueños viven en la diáspora, bien en Estados Unidos
como fuera de los Estados Unidos. Otros puertorriqueños han sido y son
partícipes del saqueo estadounidense dentro de Puerto Rico. Todos, los primeros
y los segundos son estadounidenses. ¿Por qué deben ser o no ser
recompensados? ¿Son todos los puertorriqueños sujetos coloniales a los que se
les ha robado su futuro en su propia tierra? ¿Se les debe devolver su futuro estén
donde estén, sean quienes sean?

9.2 MSA – Ver la respuesta anterior y otras previas. Esta pregunta precisamente
plantea lo potencialmente problemático de asumir un resarcir los agravios
coloniales a través de las llamadas reparations. Ignora las especificidades de la
relación de poder colonial de los EUA sobre PR.
10.1 WRS – Dos congresistas de origen puertorriqueño, Alexandría Ocasio-Cortez
y Nydia Velázquez, acaban de presentar un proyecto de ley para la
descolonización de Puerto Rico. ¿Qué le falta a ese proyecto de ley? ¿Qué
defectos le ves a ese proyecto de ley? ¿Por qué Ocasio-Cortez y Velázquez
merecen algo mejor?

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Algo me dice que nuestra condición colonial ha sido determinada por una vida llena de violencias.  Es decir, que la violencia relacionada al día inicial de la colonización, sea el 19 de noviembre de 1493 o el 25 de julio de 1898, nos marcó como un país donde la violencia se ve como algo normal. Se ha normalizado, y la entendemos como parte de nuestro diario vivir.

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El estreno de “Banksy” en la que Harvey Kietel interpreta al gangster Meyer Lansky que Wikipedia nos recuerda que estuvo tres décadas asociado a Fulgencio Batista en Cuba, construyendo entre ambos el Habana Riviera y controlando también el Hotel Nacional, Montmartre, Sans Souci, el Sevilla Biltmore, el Comodoro, el Deauville y el Hotel Capri, que compartía con el actor y gangster George Raft, de cuyas ganancias Batista enviaba al “hombre del maletín” que todas las semanas recogía sus cuotas.

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