No sin alegría, aunque con mucha cautela en no abrigar falsas esperanzas, hemos recibido la noticia del inicio de una tregua en el conflicto armado que en los pasados cinco años azota al pueblo sirio. Bajo términos que no han sido hechos públicos en su totalidad, y claro, por lo mismo se especula demasiado sobre que los portavoces de los gobiernos de Estados Unidos y la Federación Rusa han anunciado el cese provisional de hostilidades entre las diversas facciones que hoy se enfrentan al gobierno sirio y sus aliados en la guerra civil interna que vive el país a raíz del azuzamiento de los gobiernos de la Unión Europea y Estados Unidos contra el gobierno constitucional sirio encabezado por el Presidente Bashar al- Asaad.
Desde hace ya varias décadas, las potencias occidentales tienen puesta la mirilla apuntando en dirección al derrocamiento del gobierno legítimamente electo en Siria. Primero fue víctima de intentos de destrucción del Estado sirio el padre del actual presidente, cuando Estados Unidos pasó a calificar al gobierno sirio como uno de los ¨ejes del mal¨ en la región del Medio Oriente y más adelante, con el actual gobierno. Para ello ha sido instrumental Israel y Arabia Saudita, al los cuales se les suman otros países de la región como son el Reino de Jordania, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, y otros Estados y gobiernos musulmanes afines a los intereses de la Unión Europea y estadounidense en la región.
Las consecuencias de esta política imperial de parte de Occidente ha sido revertir los procesos nacionalistas llevados a cabo en estos países del Medio Oriente, que en un momento adoptaron una política más rebelde y contestataria frente a las potencias imperialistas occidentales, como fueron los casos de Líbano, Iraq y Siria en el Medio Oriente; o como fue el caso más reciente de Libia en el Norte de África. La situación en Iraq y Siria se complica con el intento por parte de sectores fundamentalistas suníes que han propuesto forzar la creación de un califato entre los límites territoriales de ambos países, al que han llamado Estado Islámico de Iraq y Levante, también conocido por sus siglas en inglés, ISIS.
La guerra interna en Siria ha tenido consecuencias desastrosas para el país. Entidades que proveen información sobre el desarrollo del conflicto armado, como es el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, proveen unos datos, que de ser ciertos, dan una idea de los alcances que ha tenido esta guerra civil en Siria. Con una población que apenas alcanzaba los 19 millones de habitantes al comienzo del conflicto, hoy Siria cuenta con un total de 301,781 personas fallecidas como resultado del conflicto interno junto con dos millones de heridos.
Del total de fallecidos, se estima 86,692 eran civiles, entre los cuales se hallaban 13,099 menores de edad y 10,018 mujeres. Entre los fallecido se encuentran 48,766 combatientes provenientes de facciones rebeldes sirias y de las Fuerzas de Sira Democrática, una facción que integra a la población kurda; 52,031 efectivos internacionales vinculados con ISIS, el Frente Al Nusra (actual Frente para la conquista de Levante), del Ejército Islámico de Turkmenistán, combatientes de Al Aspa y otros agrupaciones.
Entre los fallecidos se encuentran 59,006 efectivos regulares de la Fuerzas Armadas de Siria; 41,564 milicianos pro gubernamentales, 1,321 combatientes provenientes de las milicias libanesas del Partido de Dios (Hezbolá); 5,163 combatientes chiitas de los cuales un gran número son voluntarios provenientes de la República Islámica de Irán; y 3,645 de identidad desconocida.
Como parte de los efectos directos del conflicto debe sumarse, además, de los dos millones de heridos, unos 11 millones de refugiados y desplazados.
La tregua alcanzada con la intervención de la Federación Rusa como contra balance a la intervención de la Unión Europea y Estados Unidos en el conflicto viene a significar un nuevo escalón en la búsqueda de una salida. Gracias a la intervención de la Federación Rusa a raíz de la solicitud hecha por el gobierno oficial de Siria, particularmente mediante el apoyo aéreo que ha permitido afectar sustancialmente a ISIS en su infraestructura económica y armamentista, así como el despliegue de unidades de tierra mediante fuerzas especiales; junto con el apoyo dado por Hezbolá y la República Islámica de Irán, las fuerzas armadas sirias han retomado la iniciativa. Con nuevo armamento, que incluye unidades blindadas, artillería y equipos de combate moderno; con la instrucción directa en los escenarios de combate por parte de oficiales rusos; con nuevos medios aéreos y pilotos de combate entrenados en la Federación Rusa para el reforzamiento de la fuerza aérea siria; y con nuevos y modernos sistemas de defensa y protección del espacio aéreo sirio, la correlación de fuerzas comienza a cambiar aceleradamente.
Partes de prensa ya dan por sentado la ocupación por parte de tropas de combate de la Federación Rusa del importante acceso a Alepo, ubicada en la porción norte del país, aún en control de los rebeldes. También se ha circulado información en torno al reforzamiento por parte del gobierno sirio de la frontera Sur, en la inmediaciones con las Alturas del Golán, territorio sirio ocupado por Israel desde la Guerra de los Seis días librada en 1967. El nuevo giro tomado por el conflicto ha llevado a muchos combatientes jihadistas a deponer las armas, aunque otros, se niegan a ello.
La situación no deja de ser tensa en dicha frontera sur con Israel, la cual se ha convertido en sostén de aquellas milicias que luchan contra el gobierno de Assad. Se informa por parte del gobierno sirio del derribo de un avión de combate israelí sobre el espacio aéreo de Siria, así como el derribo de un avión no tripulado en funciones de espionaje sobre territorio sirio. Israel ha mantenido ataques continuos sobre suelo sirio en las pasadas semanas luego de que varios proyectiles sirios impactaran territorio que hoy Israel ocupa de Siria en las Alturas de Golán. Allí opera el Ejército de la Conquista, una milicia afín con el Frente Al Nusra, que en Siria constituye la filial de Al Qaeda. Se indica que Israel ha provisto ayuda médica en sus hospitales a unos dos mil heridos, la mayoría hombres entre las edades de 20 a 40 años.
La prolongación de la tregua por espacio de siete días no supone el cese absoluto de las operaciones militares en Siria ya que la actual ofensiva iniciada y en proceso por parte tropas sirias con el apoyo de tropas rusas para recapturar Alepo, no está incluida. De hecho, el presidente sirio ha hecho manifestaciones claras a los fines de que su gobierno ¨está determinado a recuperar todas las regiones en manos de los terroristas y restablecer la seguridad.¨
La toma de la carretera que conduce a Alepo permitirá la creación de una especie de zona desmilitarizada por la cual se podrá enviar ayuda humanitaria a esta ciudad, a la vez que establecer un corredor de seguridad para aquellos que ya no deseen continuar la guerra contra el gobierno, depongan sus armas y se desmovilicen.
La esperanza es que la tregua contribuya a restablecer las condiciones para reanudar las conversaciones formales de paz, iniciadas previamente en Ginebra entre al Gobierno y la Oposición, pero dejadas en suspenso la pasada primavera luego de violaciones a la tregua que entonces había sido acordada. Acciones como las llevadas a cabo por Israel al violar el espacio aéreo sirio para bombardear objetivos en Siria; como también pequeñas escaramuzas entre las partes beligerantes, bien podrían volver a descarrilar un proceso de paz tan necesario para el pueblo sirio.