Hoteles perdiendo batalla de máquinas de juego, dice reportaje

Economia Solidaria

Un reportaje de un semanario de negocios arroja luz sobre las tribulaciones de los casinos de los hoteles, que al parecer enfrentan fuerte competencia de las máquinas de juego, muchas de ellas ilegales, que se han regado en pequeños negocios en Puerto Rico.

 Además del cierre de casinos en el Caribe Hilton, el Diamond Palace y el Radisson Plaza en la zona turística del Condado, los casinos del Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín, el Hotel Conquistador en Fajardo, El Gran Meliá en Ponce y un centro de convenciones en Guayanilla han tenido que cerrar recientemente, resultando en la pérdida de 200 empleos directos y 300 indirectos, dijo en su edición más reciente el semanario de negocios Caribbean Business. En total, los ingresos de los casinos han bajado 19 por ciento en los primeros dos meses de 2014, siguiendo una trayectoria bajista que comenzó en 2007.

El problema de casinos perdidos podría resultar en el cierre de hoteles importantes, de acuerdo al semanario. Su falta de ganancias sigue afectando a hospederías de clase, tales como el Intercontinental, el San Juan Hotel en Isla Verde y el Condado Plaza, que todavía conservan sus casinos.

Los impuestos a los casinos oficiales están destinados a varias entidades, incluyendo al sistema de la Universidad de Puerto Rico. Pero una economía pésima ha afectado a la industria del juego en general. Los hoteles se quejan de que el Gobierno va a permitir la operación de varias máquinas de juego, conocidas como tragamonedas, en el sector de juego hípico, permitiendo estas máquinas en el Hipódromo el Camarero y agencias hípicas.

Si uno entra a varios tipos de negocios, incluyendo billares y panaderías, se puede ver gente jugando furiosamente en estas máquinas. El gran embuste de estos negocios es que estas no pagan premios, lo cual no se lo cree nadie. Cuando el Gobierno se mete en apuros, se idea un juego nuevo de lotería. Pensemos en la Loto y el Pega Tres, entre otros. Hay un anuncio nuevo en la televisión promoviendo la Loto. Para comenzar, me pregunto si ese anuncio hace falta. Una jugada de Loto cuesta meramente un dólar y los puertorriqueños se ponen en fila para jugar su billetito.

Hay un cabildeo intenso para que la mayor parte de las máquinas tragamonedas se legalicen y paguen impuestos al Gobierno. La industria de juegos que tradicionalmente ha sido de casinos no es la misma de años de antaño. Los clientes ya no son en su mayoría turistas, muchos de los cuales vienen de áreas en los Estados Unidos donde no se puede jugar. Hoy en día existen allá más casinos. Piense en Atlantic City y los casinos en las reservaciones indígenas en Norteamérica. Los que restan son los jugadores locales, muchos de los cuales dejan su cheque (de seguro social o el de pensión) en la tragamáquina. No es que todos los que jueguen lastragamonedas sean unos viciosos, pero vamos a dejarnos de cosas. ¿este es el Puerto Rico que queremos: un Puerto Rico en que el juego sea el rey, sea de tragamonedas o la Loto?

No culpo a los hoteles por defender los suyo, pero los tiempos en que los casinos cargaban a los hoteles están quedando atrás. Parece que la industria hotelera va a tener que cambiar con la economía. Tampoco culpo a aquellos en el Gobierno que quieren legalizar a todas las tragamonedas para que lleguen más ingresos al fisco.

¿Pero no se debe incentivar más el trabajo? La capacidad de este para allegar ingresos a una familia es innegable. Lo demás es suerte, y yo soy de los que pienso que de suerte no vive la mayor parte de la humanidad.

Crédito foto: Crédito foto: Jeff Kubina, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/deed.es)