Viajando a la creatividad junto al Oneronauta: entrevista al escritor David Caleb Acevedo, ganador del Premio Nacional de Cuento ICP-2013

Crítica literaria
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“De repente, un libro centellea a lo lejos, en el cuarto piso, repisa tercera a la derecha, tras el cuerpo flotante de un duende que andaba como espirituado con los versos místicos del y el Vaishnava. Me elevo encerrado en mi burbuja de fuego azul. No es un libro en el mejor sentido de la palabra…”

El Oneronauta, David Caleb Acevedo.

“Me llena de mucha ilusión el que, con este premio, se me haya permitido aportar al cada vez más creciente acervo puertorriqueño de ciencia ficción (que comenzó con libros como La rebelión de los átomos, de Washington Lloréns, Los impoderes, de Joel Feliciano, y Eterno (Giant), de Rey Mercado) y de fantasía. Es hermoso.”  Nos confiesa David Caleb Acevedo quien recientemente fue galardonado con el Premio Nacional en la categoría de libros de cuentos por el Instituto de Cultura de Puerto Rico (ICP), en una ceremonia celebrada el 15 de mayo de 2014. Además recibió premio del Pen Club de Puerto Rico en diciembre de 2013 por su libro Diario de una puta humilde, publicado por la editorial Erizo.

Nacido en 1980, se ha destacado como escritor, traductor, tallerista, pintor y luchador por la igualdad de género. David Caleb Acevedo publicó dos poemarios: Bestiario en nomenclatura binomial (Ed. Aventis) y Empírea o la Saga de la Nueva ciudad (Erizo Ed.); un libro de memorias de sexo Diario de una puta humilde (Erizo Editorial), el poemario Hustler Rave XXX: Poetry of the Eternal Survivor (Lethe Press), junto a Charlie Vázquez, y su novela El Oneronauta (Boreales). Actualmente se encuentra editando Felina: antología para gatos, junto a Cindy Jiménez-Vera. También ha publicado en diversas antologías y revistas literarias y poemarios artesanales.

              “Cuando atisbo los aguijones un pensamiento me asalta mientras toda forma de

esperanza escapa de mi cuerpo: la peste a muerte es como el aire caliente y las

oraciones. También se eleva”.

                                     (“Entomofobia”, del libro de cuentos ðēsôngbərd)

Y como noticia de próxima publicación, fuentes fidedignas indican que en otoño de 2014 saldrá su libro de cuentos ðēsôngbərd, que según el propio Caleb nos indica es la fonética para “the song bird”. Este libro lo trabajó durante seis años con mucho cuidado y amor, depurando cada cuento, cada intención, cargado de emociones, lirismos, otros mundos y el propio nuestro. Nos explica David Caleb:

“Y es un libro de minorías y lo que llaman “literatura de género” (whatever that means). A mí me hace mucha ilusión que un libro que tan abiertamente es de fantasía y ciencia ficción, así como querer, se haya ganado el Premio Nacional de Cuento 2013 del ICP. Cuando pienso en cómo todavía no tenemos un acervo de fantasía y ciencia ficción en Puerto Rico, este premio cobra aún más importancia. Asimismo, pienso en mis estudiantes y cómo este premio le sube la moral a cualquiera que se encuentre trabajando el género, porque representa un visto bueno de la institución nacional cultural más importante, una validación de que lo que estamos haciendo lo estamos haciendo bien y es literatura tan seria como la de cualquier otro tema”.

Y es que en nuestro compartir cotidiano-laboral, aprendo cada día mucho más de este también poeta e incansable luchador de por la igualdad de derechos civiles, le pregunté esta mañana luego de leer nuevos comentarios de un político mediocre de derechas: ¿crees que en P.R. hay posibilidad de crecer y evolucionar como pueblo hacia la tolerancia y la igualdad?

Me responde Caleb: “más que tolerancia, prefiero aceptación y respeto. Y sí, puede darse, pero la campaña de educación tiene que ser masiva y debe manifestarse a través de todos los foros, esferas y referentes. Cada persona debe aportar al discurso. Es más, debe haber pluralidad de discursos, porque no somos una misma persona. La igualdad es de derechos y ante la ley, pero no somos iguales ni pensamos igual”.

“Asimismo, cada persona debe finalmente entender que su visibilidad está en sus manos. Yo, por ejemplo, camino solo en las marchas LGBTT. No me pego a ninguna organización. Soy un “realengo”. Eso me deja solo, pero me otorga mucha legitimidad. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad, no, el deber de representarse a sí mismo, de que la sociedad vea su existencia. Si nadie te ve, jamás sabrán qué aceptar y respetar. Es imperativo ponerle rostros a las luchas”.

              “En el justo momento del orgasmo compartido, entienden que el ébola, como la muerte, sólo                

necesita un pequeño momento de intimidad”.

                        (del cuento “Ebola”, de ðēsôngbərd)

Justo en el momento que menos lo esperaba, David Caleb Acevedo recibió un sobre del Instituto de Cultura Puertorriqueña invitándolo a asistir a la premiación que se llevaría a cabo en el Teatro Francisco Arriví de Santurce. Como trabajamos ambos en el Tribunal Supremo de Puerto Rico, el autor y buen amigo bajó a mi oficina  “Ana María, mira lo que me llegó, ¿qué hago?” Pues mi querido colega, creo que pueden ser buenas noticias y debes ir. Jamás pensó Caleb al asistir con su compañero Joey, que escucharía tan merecido laudo (aquí reproducimos una parte):

“El Jurado del Certamen del Instituto de Cultura Puertorriqueña en la categoría de Cuento, compuesto por la escritora e investigadora, Dra. Helena Méndez Medina, la investigadora y caribeñista, Dra. Sheila Barrios Rosario y la escritora y profesora de Escritura Creativa, Yolanda Arroyo Pizarro, ha decidido de manera unánime declarar Ganador del Primer Lugar, Premio Nacional de este certamen, al manuscrito Desongbard. El libro es todo un hallazgo que ha sido bellamente construido, que exuda originalidad, una destacada imaginación y una creatividad sin límites. La persona narradora recrea de manera singular una miríada de mundos alternos, distopías y ucronías cual navaja de Ockham, con claras influencias de la ciencia ficción, la literatura fantástica y el realismo sucio. Para ello, nos permite atisbar desde la ventana escénica la vanguardia más extrema e hiperreal de la literatura puertorriqueña de tiempos actuales, con una manifiesta muestra de perturbadora hibridez. Los cuentos de Desongbard se escudan en la mejor tradición del cómic, la novela gráfica y la cinematografía HD. Además, compiten con un universo apalabrado y metaforizado por lo onírico. Toda la prosa del corpus se muestra en vez de ser dicha; hay rupturas de fondo y forma, alternalidades, rescate de la otredad, transgresiones y denuncias filosóficas, como las demostradas cuando toca la temática de las masacres históricas de Nanking, o del holocausto alemán, o como cuando invierte la lógica opresora de las diferentes épocas esclavistas que han demarcado a la humanidad. Desongbard intercala una atípica erudición que intertextualizar con la Ilíada, la Biblia y el Gilgamesh y se extasía en una artesanía del lenguaje concreto y del lenguaje semiótico. Utiliza ágiles coordenadas para guiar a la persona lectora por el mapa de neologismos, poliglotismos, voces arcaicas o futurísticas, y criaturas míticas que construyen distintivos personajes entre los que se encuentran dragonas, elfos y deidades anti ortodoxas. [...]”

Aprovechamos para felicitar también a los escritores Premios Nacionales del ICP: Jocelyn Pimentel Rodríguez y su poemario Veintiún regresos, Manuel Martínez Maldonado y su novela El imperialista ausente, y Carlos Manuel Rivera y su ensayo Para que se nos olvide. Próximamente serán entrevistados para El Post Antillano.

Ana María Fuster: [Luego de felicitarlo mil veces, por teléfono, por Facebook, en persona y hasta con un bizcocho sorpresa en su escritorio, llegamos a la entrevista] ¿Y qué expectativas tienes con este libro de cuentos ganador?

David Caleb Acevedo: “Mi mayor expectativa con este libro es conectar la hermosa literatura de mi país con la mundial y permitir que corrientes alternas alimenten el canon de mi isla. Los lectores encontrarán en ðēsôngbərd cuentos futurísticos sobre insectos que se comen a la gente, o tierras lejanas en el futuro en donde la gente vive sin sonido, cuentos de revisión histórica en los que historiadores despiadados borran los horrores de los Holocaustos, o cuentos donde se invierte la historia para crear mundos alternos. Asimismo, los lectores encontrarán un libro que rinde homenaje a todos los amores, no solo el gay (dado que soy gay), sino el heterosexual, y muy importante, el bisexual. Es un libro, por todos lados, inclusivo”.

AMF: En cuanto a temáticas, estilos, estructura, ¿dónde sitúas tu libro?

DCA: “ðēsôngbərd, como mencioné, es un libro de cuentos que contiene representaciones de todos los géneros temáticos “menores”, eso es, alta fantasía, fantasía urbana, realismo mágico, realismo macabro, realismo grotesco, terror, ciencia ficción, ucronía, distopía y literatura queer. Es un libro que reúne todos los márgenes temáticos y habla desde el margen sobre una literatura posible, rica y plena desde ese margen. Pero, como se puede observar, ese margen, en mi libro, se amplía hacia posibilidades insospechadas, porque ahora no hablo tanto de un margen social, sino de uno literario, de literaturas que por décadas no se han considerado “serias” o de suficiente contenido literario (lo que yo llamo “literoplasma”)”.

AMF: ¿En qué puedes diferenciar esta obra de tus otros libros?

DCA: “En ðēsôngbərd comienzo a hablar de otras realidades, ya no la mía y mis experiencias, sino de cuentos que he encontrado en lo que yo llamo “el camino onírico humano”. Se trata de historias que han nacido de lo más profundo del subconsciente y que llegaron para gritarme a toda boca que las escribiera, lo que a veces me hace pensar que, aunque hace falta mucho oficio en este trabajo, el de escribir (diría que el oficio es un 99%), hace falta también esa chispa que siempre fluye (lo único que debe hacer el escritor o la escritora es estar siempre pendiente de esa chispa, tener “la oreja pará”, las antenas arriba…). Es esa pluralidad de experiencias lo que hace que este libro sea especial, puesto que aun cuando las experiencias de las que hablo se den en el registro de la ciencia ficción o la fantasía improbable, se sienten aterradoramente cercanas y humanas”.

“Vagar por los sueños de un muerto se compara a caminar por las dunas del Sahara sin el castigo del sol o la falta de agua.

En estos casos, el tiempo lo marca la sed…”

   El Oneronauta.

Caleb se encuentra en un momento de brillantez y productividad creativa, además de ðēsôngbərd publicó recientemente su primera novela El Oneronauta, bajo el sello Boreales. La presentación será el 12 de junio de 2014, a las 7:00 p.m. en Libros AC. Habrá una presentación informal a cargo del escritor Max Chárriez, así como una lectura de varios segmentos del libro, y un compartir. No pueden perdérsela.

AMF: ¿Qué significó para ti el proceso creativo de El Oneronauta?

DCA: “Con cada uno de mis libros me gusta darle, de alguna forma, una vuelta a esa niñez perdida en la secta cristiana en la que crecí. Cada nuevo libro es una revelación de todo lo que me robaron en esa niñez: desde que me prohibieran celebrar Navidad hasta que me obligaran a explicarles a mis maestros o compañeros de clase por qué no podía celebrarla. El proceso creativo de esta novela me llevó a enfrentarme duramente a los procesos de lavado de cerebro de esa secta en particular, y sus efectos en mí. Escribir esta obra me llevó a romper con los pocos resabios que me quedaban de mi niñez como Testigo de Jehová”.

AMF: Observó cierta conversación entre el Diario de una Puta Humilde y El Oneronauta. ¿Cómo lograste ese balance perfecto entre la ciencia ficción y la historia real (con matices biográficos) de tu protagonista?

DCA: “Más que ciencia ficción, prefiero leer el Oneronauta como una obra propiamente surrealista. Sucede que los estímulos externos del niño se manifiestan en su mundo de los sueños (Espléndor), pero la cosa también se da al revés, y es en ese reverso que se crea una especie de mundo lúcido, de vigilia… un locus alucinari (invento mío) o espacio de alucinación. Mi contribución al surrealismo es ese espacio.

“Asimismo, hay mucho de biográfico en esta novela. Grandes elementos saltan a la vista: las violaciones, la precocidad sexual e intelectual, los brincos de grado en la escuela, el casi campeonato de ajedrez…  y el primer amor. Muy temprano en la escritura, sin embargo, decidí que esta historia se merecía todo el espacio que la ficción podía darme, que no me otorgó la no-ficción con el Diario de una puta humilde. Hay una continuidad, claro. Más que nada, se trata de una continuidad de propuesta, en la que 1) continúo explorando los sutiles espacios de poder que se dan en las relaciones de sexo entre dos o más personas, y 2) me mantengo en la doctrina personal de que las escenas de sexo deben ser tratadas con la misma naturalidad que una escena, digamos, de un desayuno familiar. No hay que huirle a la pornografía. De hecho, parte de mi propuesta literaria es que la pornografía puede revelar lo peor y lo mejor de nosotros”.

Con la mente ocupada en mis estudios, regreso a Espléndor doce años después.

Todas las tierras han cambiado, e inclusive, muchos países se han añadido a lo largo de los años. Shangrihla, sin embargo, sigue siendo el punto más alto de

Esplendor, y la biblioteca de Girondelle ahora tiene 19 pisos.

El Oneronauta me encuentra en el piso 10”.

AMF: Espléndor, ese otro lugar, esa posibilidad, otro mundo o dimensión, ¿qué significa para ti?

DCA: “Significa una realidad que se esfuma con la adultez. Por eso detesto la adultez, porque me roba la posibilidad de volver a Espléndor. ¿Sabes? Espléndor es parte del elemento biográfico de esta novela. La fantasía tiene que existir necesariamente, como posibilidad de escape. Por eso, siempre he dicho que la fantasía es la doble metáfora. La más metáfora de todas las metáforas. Es el escape dentro del escape, porque la literatura misma, en todos sus géneros, provee un escape. Pienso en qué me hubiera convertido si hubiese tenido que sobrevivir mi niñez sin Espléndor. No me gustan las posibilidades. En ninguna de ellas soy escritor”.

AMF: ¿Construyes el personaje a partir de ti mismo?

DCA: “Todos mis personajes son posibilidades de mí mismo. DC soy yo, pero la madre también soy yo, o sería yo, si diera rienda suelta a mis instintos de “control freak”. El padre también soy yo en mis momentos de absoluta comemierdería. Los compañeros de clase también soy yo cuando no entienden por qué no celebraba la Navidad. De adulto se me hace difícil entender todo lo que es estúpido o aparenta serlo. Entonces, todos los personajes nacen de mí, aun los villanos, aun el “Hermano Fanta”, mi violador. Ese sería yo si creyera el mito de que las víctimas de violación tienen grandes probabilidades de convertirse en violadores ellos mismos y repetir el ciclo”.

AMF: El Oneronauta, ya está dando de provocando reacciones en los lectores. ¿Qué comentarios has recibido de estos?

DCA: “El Oneronauta ha desatado reacciones sumamente adversas: desde erecciones hasta lágrimas y coraje. Varios lectores se me han acercado a través de mi página de Facebook para decirme que no pueden creer lo injusta que fue la vida con ese niño, DC. Siempre les contesto que gran parte de esa injusticia fue real, y que como ese niño, muchos la sufrimos a diario. La literatura sí puede servir para impedir daños. Después de todo, la literatura nos da herramientas decisionales de vida, porque descubrimos la belleza y nos apegaremos a ella, y porque aprender sobre las decisiones que toman los personajes nos hace posible predecir cómo terminan todas las historias de la vida, las cuales se reducen a solo 20 tramas”.

AMF: Sobre la ciencia ficción tema que trabajas con fluidez, ¿hay en P.R. una trayectoria de autores que trabajan la ciencia ficción?

DCA: “No. No la hay todavía. Está comenzando y va muy bien, pero para lograr un buen acervo de ciencia ficción, se necesitan más de 50 obras publicadas relacionadas al tema. De otra manera, no se puede decir que en Puerto Rico se trabaja el tema con seriedad”.

AMF: ¿Qué autores de ciencia ficción puedes recomendarnos? ¿Cuáles son los temas?

DCA: “Ursula K. Le Guin es mi favorita, con The Left Hand of Darkness. Se trata de una novela en la que una raza de humanos puede cambiarse de sexo para adaptarse a ciertas dificultades. También me gusta mucho Greg Bear, particularmente con su novela, Blood Music, en la que a un hombre le inyectan nanorobots para curarle el cáncer, pero los robots terminan creando una mentalidad de colmena que se apodera de su personalidad. Cabe mencionar que sigo pensando que el Oneronauta no es ciencia ficción, aunque conozco autores respetados, entre ellos tú, que han decidido darle esa lectura partiendo de definiciones de ese género que respeto”.

AMF: Y sobre los talleres que estás impartiendo, ¿cómo estos talleres también te han abierto nuevas visiones creativas, si es que esto ha ocurrido?

DCA: “Ofrecer talleres de creación literaria me ha ayudado mucho a renovar mi visión de lo que es ser un fiebrú de la literatura. El primer taller que impartí, el Taller Mitovanguardista, duró cerca de un año. De este taller salieron tres o cuatro libros de dos talleristas. Del Taller La Memoria del Itinerante, salió una hermosa memoria que el tallerista publicará en su debido tiempo. Del tercer taller que impartí, de fantasía, La vida secreta de los gnomos, salieron varios libros casi terminados, una novela comenzada y varios libros que se están trabajando en el taller de ciencia ficción, Astronautas, como libros híbridos de fantasía y ciencia ficción.

“Me hace sentir bien dar talleres, porque me gusta la idea de dejarle todos mis secretos y las cosas que me han enseñado y he aprendido por mi cuenta a lo largo de esta corta carrera a otra persona, y que esa persona perfeccione tanto la técnica que cuando sea hora de que esa persona pase la batuta, el nuevo estudiante comience en “level 100”. Me hace mucha ilusión también enseñar lo que se está haciendo fuera de Puerto rico, y fuera de la estreñida y restringida región del canon hispanoamericano. Como meta, tengo que lograr que nuestra literatura no tenga nada que envidiarle a la literatura mundial”.

AMF: Antes de despedirnos, por el momento, que nuevos proyectos quieres anticipar a tus lectores…

DCA: “Viene mucha “alta fantasía”, “fantasía urbana”, terror y ciencia ficción, repartidas en libros de cuentos, novelas y 13 o 14 poemarios. Vienen varias antologías: Felina: antología para gatos, coeditada con Cindy Jiménez-Vera, y Hadoken, antología de literatura sobre videojuegos. Y si todo sale como espero, en diciembre viene una editorial dedicada exclusivamente a la fantasía, la ciencia ficción y el terror escritos en Puerto Rico”.