Cuando leí a Lillian Valle Rivera, quien es una escritora creativa, y nos comparte un libro de sonetos en el Siglo XXI, me pregunté por su relevancia. Pensaba, que este género propio del siglo 13 en Italia, y del Siglo 14, en España había quedado olvidado con la muerte de su precursor Iñigo López de Mendoza alla en el 1458. Pero no. Descubro en el trabajo de Valle Rivera, que el soneto está vivo, y que su creación es compleja y muy díficil de crear.
En particular, porque El soneto se distribuye en catorce versos endecasílabos (esto es once sílabas). Una ves usted compone esto, se distribuyen en dos cuartetos y dos tercetos. Luego ustede tiene que armar que cada uno de los cuartetos rimen el primer verso con el cuarto, y el segundo con el tercero. En fin una pasada componer un soneto. Por lo tanto me confieso que no tengo la capacidad, salvo que como la compañera Valle Rivera, profesora de literatura en la Universidad Interamericana de Ponce, me siente con calma, tiempo, pero más que nada mucha pasión por algo a componer 40 sonetos.
Es en este último punto, donde la obra de Lilliam Valle Rivera cobra un valor emocional muy particular. Sus 40 sonetos están dedicados a contar una historia de amor. Pero no se trata de cualquier amor. El amor particular que nos comparte la escritora es uno que se traduce en su amor por la patria. Esto hace del libro uno muy valioso, a pesar de lo complejo y tedioso que debe ser componer un soneto, pues hay que cumplir con muchas reglas trazadas en el Siglo 13 en Italia. La gracia de la obra yace en su amor por la patria, Puerto Rico.
Celebro este libro y lo comparto, como literatura necesaria para entender los entre-tiempos históricos y sobre todo, darle valor al género del soneto en el Siglo XXI. En hora buena, Lilliam Valle Rivera.
Domingos
En tu Parque, patria, de las Palomas,
Conocí a una niña piel de veranos:
Brazos y piernas, en volar, ufanos
Exhalando ultrajes… fisgando aromas…
En tu Parque, patria, de las Palomas,
Revoloteaban las tiernas manos
entre risas… y entre arpegios lejanos
que interceptaban de mi alma las tomas.
¡Hola, expresé en dominical saludo.
Ella corría, se alzaba, reía…
¡Hola!, reitero. ¡Juguemos! ¿No quieres?
Y entre labios rotos, el grito mudo
Vibra en los ecos de arcana homilía:
¿Que eres mi mamá?... Y a que mi ángel eres…
Puerto Rico madreperla: 40 sonetos para contar una historia de amor. De Lillian Valle Rivera (Isla Negra Editores, Puerto Rico, 2013).