En momentos difíciles, ¿las actividades deportivas, son motor económico?

Economia Solidaria

Es curioso, pero este verano se ve afectado por un evento deportivo internacional: la Copa Mundo FIFA 2014. A la luz de este evento, todo un mundo económico se abrió, fundamentalmente a beneficio de Brasil, pero de igual forma aunque con distintos matices para los países que reproducen la imagen televisiva de espectáculo deportivo. Aquí, como allá hablamos de fútbol.

Aquí como allá las grandes marcas venden y promocionan este evento, y nosotros con el entusiasmo participamos. ¿Pero a quién le pertenece ese dinero? Sin lugar a dudas le pertenece de forma limitada a los sectores medios y bajos de la economía. Le pertenece de forma amplia a los llamados grandes intereses, que de forma corporativa reproducen su riqueza.

Tomando por base el deporte, transitemos al verano en Puerto Rico, y en otras instancias del Caribe, como la República Dominicana, y exploremos cómo les va a las ligas profesionales de baloncesto. Una cosa es hablar de un jugador en Puerto Rico, quien podría ganar hasta $300 mil por jugar una temporada, pero nunca nos preguntamos cuántos viven de ese juego, jugador, y franquicia, que generan otros empleos directos y que los mismos sí son rentables para las personas que viven de esta industria. En otras palabras, un equipo de baloncesto profesional en Puerto Rico, equivale a 24 empleos directos, cuando se toma en consideración los 15 jugadores y el personal de la dirección técnica,

En esta medida, participando y observando los juegos de las series de cuarto de final y semifinal del Baloncesto Superior Nacional, es interesante observar cómo las mismas se nutren de una serie de empleos relacionados a la industria, que generan riqueza y productos. En particular, observaba como en cada juego hay siete técnicos de estadísticas, adscritos a la Federación de Baloncesto de Puerto Rico, todos uniformados, quienes van produciendo al instante durante un juego, las estadísticas del juego por equipo y sus jugadores.

A los anteriores funcionarios técnicos, se suman, todos los periodistas de distintos medios tanto corporativos tradicionales como no tradicionales, que participan en estos juegos. En este momento particular de la historia, se van dando transmisiones simultáneas tanto por televisión, radio, e internet. Cada medio exige su propio personal técnico, lo cual convierte el evento de un juego de baloncesto, en un acto de producción y administración de contenido.

Finalmente, y no menos importante, son los vendedores y vendedoras de las cantinas y los que transitan pregonando dentro de las gradas. A estos se le suman los administradores de las facilidades deportivas, como a su vez el personal de apoyo de las distintas instancias de gobierno, como seguridad, emergencias médicas y otros.

En fin, que ir a ver un juego de baloncesto en Puerto Rico, equivale a participar de un evento en el cual trabajan sobre 150 personas, las cuales de una forma u otra están generando riqueza para nuestra economía. El BSN es una liga parcialmente subsidiada por el gobierno, central y municipal, y parcialmente subsidiada por auspiciadores y el público que ingresa a las facilidades pagando un importe.

Si el BSN es bueno para nuestra economía de verano, ¿no deberíamos todos y todas aún apoyarlos más? Lo que está en juego son muchos empleos directos, que han ayudado a mantener la economía de algunos municipios corriendo aún en estos difíciles días de verano. ¡Apoya lo nuestro!

Crédito foto: bossa67, Wikimedia Commons, bajo licencia de Creative Commons (http://creativecommons.org/licenses/by/2.0/deed.en)