La economía sin trabajadores y su alternativa

Economia Solidaria

El capitalismo del siglo XXI es un capitalismo sin trabajadores. Esa es parte de las conclusiones a las que llega el economista francés Thomas Piketty en su libro Capitalismo en el siglo XXI. La afirmación de Piketty es mucha más compleja, obviamente, de lo que suena. El capitalismo del siglo XXI es más parecido al capitalismo de finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX que al capitalismo del siglo XX. El capital se conforma, a finales del siglo XVIII, de un capital de rentas, es decir que las inversiones son las que producen las riquezas de los capitalistas.

Esas inversiones se sostienen con mano de obra esclava, mientras menor inversión mayores las ganancias. El autor utiliza ejemplos de la literatura inglesa, como las novelas de Jane Austen, para explicar cómo es que el capital se conforma de rentas o inversiones, sobre todo en el Caribe, y no de trabajo. De hecho el autor explica que en la medida en que el trabajo pierde valor esas inversiones son cada vez más productivas. Esta es la tendencia del capitalismo del siglo XXI, un capital sin trabajadores. Si no se puede salir de los trabajadores al menos se buscará devaluar lo más posible su productividad.

En Puerto Rico esto es lo que está pasando. Tenemos que acabar de entender que el capitalismo es un sistema internacional, global, que no depende de las acciones de tal o cual partido en la isla. La estructura del capital se define por tendencias internacionales que se nos escapan de control pues asumimos, en algún momento en nuestra historia, que insertarnos al capitalismo global era una obligación. Este problema fue identificado adecuadamente por el más insospechado actor político de Puerto Rico. En el 1979 Rafael Hernández Colón presentó la Nueva Tesis al pueblo de Puerto Rico. Contrario a la idea generalizada de que se trata de una propuesta de estatus realmente la Nueva Tesis es mucha más compleja. Luego de realizar un análisis, no siempre certero, de la realidad puertorriqueña Hernández Colón propone alternativas de estatus, económicas y sociales. Las alternativas de estatus están basadas en el Nuevo Pacto que se comenzó a estructurar a partir de 1967. Ese Nuevo Pacto tiene una conexión importante, aunque no se ha reconocido, con el proyecto de Estado Asociado aprobado para el Caribe Británico en el 1967. La propuesta económica de Rafael Hernández Colón si tenía visos de novedad.

En la Nueva Tesis Hernández Colón propuso un proyecto económico que nos hiciera autosuficientes. Mientras que denuncia a los que creen que convertirnos en un arrabal de los Estados Unidos es un destino adecuado para la isla, Hernández Colón, propone un sistema de sustitución de importaciones que provea un proyecto económico autosuficiente. Esta autosuficiencia se manifiesta en la propuesta de tener un desarrollo económico primordialmente financiado y controlado por puertorriqueños. Interesantemente esta propuesta de desarrollo es muy parecida a la tercera vía propuesta por Eric Williams en su libro “De Colón a Castro”, de 1969. En dicho libro Eric Williams termina explicando que en el Caribe existen dos alternativas de desarrollo, por un lado Cuba, una alternativa radical, según Williams, y Puerto Rico el cual, según el autor, estaba destinado a terminar integrado definitivamente a Estados Unidos. Ante esas dos alternativas Williams propone una tercera vía, el desarrollo autónomo que propicie una mayor independencia económica y un fortalecimiento de una identidad cultural fuerte.

Eric Williams propone un proyecto económico que impulse la creación de una economía regional, fuerte e independiente fundamentada en la identidad caribeña. Rafael Hernández Colón propone un desarrollo económico fundamentado en una menor dependencia del exterior y una mayor confianza en sí mismo y en los recursos de la isla. La reforma social de Puerto Rico, según Hernández Colón, se debe fundamentar en una mayor independencia económica y una productividad dirigida a fortalecer la identidad cultural de los puertorriqueños. Las propuestas de Williams y Hernández Colón van de la mano con una contra propuesta ante la identidad del capitalismo del siglo XXI. No necesitamos un capitalismo que dependa de las inversiones y las rentas sino un capitalismo productivo que descanse en capital local y el aumento del valor del trabajo de los obreros. La dirección debe ser, entonces, ir hacia un capitalismo con trabajadores y de los trabajadores, llámele como quiera llamarle, socialismo, capitalismo, cooperativismo. Lo que es inevitable es el valor del trabajador.

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