Ave perseguidora

Crítica literaria
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Hay pájaros de color azufre y horribles intestinos colgando de las puertas de las casas que odio, hay dentaduras olvidadas en una cafetera, hay espejos que debieran haber llorado de vergüenza y espanto, hay paraguas en todas partes, y venenos y ombligos.

Walking Around ‘ Pablo Neruda

Animales fantasmas – puede tratarse del espíritu benigno de una mascota querida. Sin embargo también han sido vistas extrañas y malévolas bestias espectrales.

Por donde quiera que se movía le perseguía el canto de aquella ave. La podía recordar en su niñez, caminando por las calles de su ciudad natal. ¿Cómo era posible que pudiera escucharla entre tanta estridencia?

Luego en sus años mozos, de camino a la universidad podía oír su ya fantasmal canto en los arboles del campus, en los salones y hasta en su mochila. Su estrepitoso himno, salía de la fuente de agua, del urinal del baño, de todas partes a donde se movía. Cuando se acercaba a conquistar a una posible pareja allí estaba el ave. Maldito impertinente. Aun así, nunca logro apagar su pasión, por la vida.

Así paso los anos, entre libros, amantes, ron y alguno que otro animal silvestre. Como en uno de esos dulces hojaldrados, de los que se van preparando en capas sucesivas. Se presento entonces la adultez compuesta de ingredientes sociales y heterogéneos. Podía mirar atreves de las cicatrices abiertas de su pasado. Esas marcas que llevan todos los humanos. Sentía un malestar profundo.

Lejos de alcanzar la edad en la que los seres se inmunizan a los encantos del sexo. Narraba sus conquistas en un juego interminable. Pero allí estaba el ave congelando sus ánimos. El pájaro nunca envejeció. Por el contrario, su canto era cada vez más agudo, más claro, más alucinante. Concierto intimo que escuchaba en soledad.

No pudo más. Como un fantasma animal se deicidio a hablar con el espectro de la voladora bestia, que durante años le siguió a todas partes. Un día se lleno del valor necesario para interrogar al perverso polizonte. – aja, oye tu- en campos en ciudades, en compañía , en soledad.

¿Hasta cuándo maldita ave me has de acompañar? - entonces el pájaro mirándolo fijamente, emitió un graznido indescifrable, volvió su cara y se echo a volar.

Crédito foto: Alquiler de Coches, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)