Desprogramación del puertorriqueño hasta seis o media docena

Historia

Las relaciones interpersonales del ser humano son muy interesantes y motivo de estudios constantes. Durante las décadas del 1980 al 1990 Korean Airlines tuvo una serie de accidentes aéreos. En el libro, Outliers, Malcolm Gladwell analiza estos accidentes e indica que los accidentes de aviación no ocurren por un problema aislado, sino que son el resultado de una serie de eventos que van ocurriendo en secuencia y que no son atendidos hasta que es muy tarde para evitar que el avión se estrelle. Para esas décadas Korean Airlines era la línea aérea más peligrosa. Esos accidentes y otros de diferentes líneas aéreas fueron analizados incluyendo la conversación de los pilotos con la Torre de Control del aeropuerto. Para resolver este asunto Korean Airlines contrató un experto norteamericano. Seguidamente, se separaron los pilotos que no supieran comunicarse en inglés ya que todas las comunicaciones en aviación se conducen en inglés.

Para esa época se había descrito lo que se llama PDI (Power Distance Index) donde se describe la relación entreu n superior ysu ssubalterno s. Los países donde los pilotos tienen un PDI más alto son: Brasil, Corea del Sur, Moroco, Méjico y Filipinas. Los países con pilotos con el PDI más bajo son: Estados Unidos, Irlanda, Africa del Sur, Australia y Nueva Zelanda. Los accidentes de aviación correlacionan con los valores del PDI de los ocupantes de la cabina del avión.

Los ciudadanos de los países con PDI alto expresan un alto grado de deferencia hacia los ancianos y sus superiores. El copiloto e ingenieros de abordo expresan una gran admiración y respeto hacia el piloto y no se atreven cuestionar sus decisiones. Son formales, al extremo de que los pilotos de Corea del Sur hacen un acto de reverencia al piloto al comenzar los vuelos. El experto norteamericano desprogramó a los copilotos e ingenieros de vuelo para que fueran más asertivos, hasta irreverentes con el piloto mientras estaban en la cabina del avión. Además, tenían que ser explícitos en la comunicación con la Torre de Control, a no tenerle miedo al controlador aéreo, a no dejarse intimidar, a informarle la situación real de emergencia que confrontan al hacer el abordaje de aterrizar. Tienen que comprender que el que estrella es el piloto, los tripulantes y los pasajeros.

Después de implantar esas medidas correctivas Korean Airlines se convirtió en una de las líneas aéreas más seguras del mundo.

Desde el Tratado de Paris, pasando por la otorgación de la ciudadanía Americana, la creación del ELA y cuatro plebiscitos el Congreso norteamericano es el Controlador Aéreo de Puerto Rico. Nosotros los puertorriqueños le tenemos miedo al Congreso, nos dejamos intimidar. No nos atrevemos a lidiar con ellos como seres humanos con iguales derechos políticos. Pretenden que nosotros con más de cinco siglos de colonizados decidamos nuestro futuro político. Eso no ha ocurrido con cuatro plebiscitos y dudo que lo resolvamos con una Asamblea Constitucional de Status. La historia nos ha demostrado, y el Presidente Obama y el Congreso saben que los esclavos no se liberaron solos, los liberó el amo—los españoles liberaron a los esclavos de América y Lincoln liberó a los esclavos norteamericanos. Las formas de lidiar con el Congreso norteamericano son dos—violencia y negociación. La violencia la tratamos en marzo de 1954 y fracasó y al presente está descartada. El terrorismo en general no ha podido mejorar la situación económica y la libertad de las colonias liberadas, donde ha predominado la corrupción y las dictaduras. Tenemos que desprogramarnos mentalmente y ser asertivos y hasta irreverentes y negociar con el Congreso.

El error mayor de Estados Unidos fue otorgarnos la ciudadanía Americana en el 1917. El Congreso no sabe cómo resolver este embrollo. Debemos establecer la Asamblea Constitucional de Status y anticipo que tendremos dificultades para escoger una fórmula.

El problema de status político de Puerto Rico parece no tener solución a corto o mediano plazo. Llevamos 116 años como territorio no incorporado de Estados Unidos. Los tres partidos principales han fallado en educar al pueblo sobre lo que significa cada una de las ideologías políticas. Aunque la estadidad y la independencia son muy fácilmente definibles, en realidad existe mucha confusión con respecto al idioma español y otros aspectos culturales. La estadidad jíbara de don Luis Ferré, la estadidad para los pobres que pregonaba Carlos Romero Barceló y el que el español no está en discusión bajo la estadidad según decía Pedro Rosselló han sido estribillos políticos de desinformación. Los populares no han podido definir el Estado Libre Asociado--hablan de soberanía sin educar al pueblo sobre cómo alcanzarla.

En tiempos recientes se han celebrado tres plebiscitos sin compromiso alguno del Congreso de Estados Unidos de honrar la decisión del pueblo de Puerto Rico. Un cuarto plebiscito fue celebrado durante las elecciones de noviembre de 2012. El Estado Libre Asociado fue rechazado por 54 % de los votantes. La independencia idealizada, romántica, del siglo 19 ya no existe y es rechazada por el pueblo.

Puerto Rico debe aspirar a asociarse libremente a los Estados Unidos. Si logramos un status similar al Tratado de las Islas Marshall o al pacto de las 27 naciones libres, de la Unión Europea, asociadas entre sí, el más complacido sería el Congreso norteamericano que no sabe qué hacer con Puerto Rico. El problema fue creado por los mismos Estados Unidos al tomarnos como botín de guerra en el 1898 y luego darnos la ciudadanía americana en el 1917 sin compromiso o promesa de que eventualmente seríamos un estado de la federación de estados norteamericanos.

Si llegamos a realizar un pacto parecido al de la Unión Europea, con moneda, ciudadanía y defensa común y libre tránsito entre Puerto Rico y Estados Unidos pero con soberanía, habremos superado los obstáculos para obtener representación en los organismos internacionales. Firmaríamos un pacto con Estados Unidos en el que tendríamos un presidente y un parlamento. La corte federal permanecería en Puerto Rico sólo para dilucidar los asuntos o pugnas entre los dos países. Todos los otros problemas legales serían atendidos en las cortes nacionales. El nuevo pacto tendría una vigencia de 20 años. Durante ese tiempo Estados Unidos nos ayudaría por medio de un fideicomiso para que superemos nuestra desventaja económica y que los incrédulos logren confiar en sí mismos y comprender que al finalizar el tiempo pactado podremos valernos por nuestro propio esfuerzo

Tengamos presente que si Puerto Rico se apartara de ser un gobierno democrático o se convirtiera en una amenaza para Estados Unidos, de seguro nos invadirían nuevamente como han hecho en múltiples ocasiones en el Caribe y otras regiones del mundo.

Para resolver el problema necesitamos la ayuda del Presidente Barack Obama. Si la Asamblea Constitucional de Status no resuelve entonces se deberá designar una Comisión con representación de norteamericanos y puertorriqueños y un representante de la Organización de las Naciones Unidas para que se reúnan y propongan una solución razonable y viable para resolver nuestro status. La opción recomendada sería sometida a votación ante el pueblo y luego referida al Congreso norteamericano.

Puerto Rico entraría a la Federación de Estados Unidos de Norteamérica como una Nación Libre Asociada. Retendríamos nuestra herencia, costumbres, tradiciones y nuestro lenguaje. Entonces tendríamos un status digno, viable y económicamente neutral para Estados Unidos a largo plazo y dejaríamos de ser mendigos profesionales. Hay que perder el miedo y atrevernos a crear un nuevo Puerto Rico.

Tras su resucitación, a Lázaro se le preguntó cuál era la diferencia entre estar vivo y estar muerto. Lázaro contestó: “seis o media docena”, significando que no había diferencia entre estar vivo o estar muerto.

Si logramos un pacto de Nación Libre Asociada con Estados Unidos, habremos logrado un status en el que no hay gran diferencia entre estadidad, independencia o estadolibrismo: seis o media docena. Se armonizarían las ventajas de cada una de las opciones en un nuevo status de centro, adoptando lo mejor de cada uno. Los simpatizantes de las tres opciones quedarían satisfechos.

La única opción digna y viable es educar al pueblo y dirigirnos por consenso a solicitarle al Congreso de Estados Unidos el status de Nación Libre Asociada.

“Tenemos que aspirar a un mundo donde nadie le tenga miedo a otro ser humano” Montesquieu.


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