"Temporal, temporal, allá viene el temporal"

Historia

Uno de los factores que define el desarrollo histórico, social y cultural de un pueblo es el relacionado a su ámbito geográfico. La influencia que este puede tener motiva a los habitantes de determinado lugar a entrar en un proceso evolutivo donde se busca establecer las condiciones idóneas para su supervivencia. 

Recordemos que el ser humano es un ente en continua adaptación, que es llevado a sobrepasar cualquier obstáculo que la propia naturaleza le imponga. Dentro de ese proceso de adaptación se establecen las pautas para la planificación de las peculiaridades de la vida diaria, lo que incluyen la modificación de viviendas, consumo y uso del tiempo. 

En nuestro caso, como habitantes del archipiélago antillano, ubicado en la zona tropical, vivimos en un área donde estamos vulnerables a dos eventos naturales de gran envergadura: los terremotos y los huracanes. Siendo el segundo el más común de ellos y el que es presentado en la obra de Luis Caldera, Historia de los ciclones y huracanes tropicales en Puerto Rico, Lajas, Editorial Akelarre, 2014.

El autor narra y analiza los huracanes que han pasado por Puerto Rico y su efecto sobre sus habitantes. En la obra se puede ver un esfuerzo investigativo de gran envergadura que nos presenta una visión contemporánea y con sentido científico, que explica con detalles cada uno de estos fenómenos y las consecuencias que hubo sobre la Isla. No solamente se basa en descripciones de fuentes secundarias, sino que el investigador revisa los archivos históricos: Archivo Histórico Nacional en Madrid, el Archivo de Indias en Sevilla, el Archivo General de Puerto Rico en San Juan, el Archivo Histórico de Ponce y las colecciones Francisco Lluch Mora y Monseñor Vicente Murga, ambas en la Pontificia Universidad Católica de Ponce; en búsqueda de la información plasmada en los informes oficiales y las crónicas individuales.

De manera historiográfica, el tema de los huracanes y su relación con Puerto Rico, fue presentado por primera vez por Benito Vinez, en una obra titulada Apuntes Relativos a los Huracanes de las Antillas: En Septiembre y Octubre de 1875, publicada en la Habana en 1877. Este primer intento analítico fue seguido por el de Vicente Fontan y Mera, quien un año después publica La Memorable Noche de San Narciso y los temblores de tierra. Ambos escritos, pueden ser considerados fuentes primarias, tienen la particularidad de realizarse como obras de imprenta independiente. Siguiendo este mismo patrón, en 1905 sale a luz pública otro libro titulado Descripción del Ciclón de San Ciriaco, escrito por Aruez y Fernando.

No debemos olvidar que dos de nuestros grandes historiadores, Cayetano Coll y Toste y José Julián Acosta habían redactado listas de huracanes, que nos demuestran la importancia de estos en la vida puertorriqueña.

En el 1932 se publica lo que podemos considerar como la primera obra dedicada exclusivamente al tema, Los Huracanes en Puerto Rico de Rafael Ramírez. En 1950, Luis Salivia, presenta una actualización muy pertinente, cuyo título es Historia de los Temporales en Puerto Rico. Cuarenta y cinco años más tarde, en 1995, Edwin Miner presenta la obra Historia de los Huracanes en Puerto Rico.

Por último, pero no menos importante debemos mencionar dos artículos que abordan el tema de manera investigativa y específica para algunos periodos: el primero, de Pío Medrano, “Angustia, Destrucción, Pobreza y Muerte: Los Huracanes de 1615 y 1642 en Puerto Rico”, de 2008 y que se puede encontrar en formato digital en internet; y el de Stuart Schwarts, Los Huracanes y la Formación de las Sociedades Circumcaribeñas, publicado en la revista Op. Cit, en el número 19, de 2009-2010, páginas 13-46. Ambos artículos demuestran el potencial de estudio que tienen los ciclones tropicales.

No obstante, la obra del profesor Luis Caldera Ortiz es pertinente y necesaria en el sentido que este tema requiere actualizaciones constantes y explicaciones que sean sustentadas con elementos y bases científicas.