La constante más distintiva de la poesía de Fernando Cros es el singular acierto como confluyen la Intuición filosófica y la emoción lírica en un original lenguaje poético. Intuición filosófica que se adentra en el misterio de una realidad siempre fugaz que se hace inasible tanto por el recuerdo como por la palabra, y de la que sólo podemos rastrear, a lo más, la huella de su efímero pasado. Ante este planteamiento metafísico –de por sí inquietante–, el yo poético se enfrenta, sin embargo, en una contenida actitud lírica impregnada emocionalmente por el reposado sosiego y por la sabia aceptación –“ataraxia”– de las exigencias inherentes a la existencia misma. Y, no obstante las distintas variantes poemáticas, la voz que se oye es siempre la misma: una voz cuyo tono coloquialmente reflexivo y ritmo serenamente acompasado constituyen el lenguaje poético más adecuado a la actitud y a los contenidos expresados.
Otro aspecto estilístico predominante en su poesía es el que hace de Fernando Cros un maestro de la descripción. Más no se trata de un cuadro realista –como todo buen poeta, se limita a sugerir–, sino de la visión que, por penetrar en el misterio que subyace en la realidad externa –distintivo de una genuina poesía lírica–, transforma –no deforma– sus elementos mediante el uso novedoso y muy suyo de diversas figuras –adjetivaciones, prosopopeyas, metáforas, símiles, sinestesias… –mayormente de índole impresionista; en algunas ocasiones incluso, parece que, en consonancia con el fluir de la realidad y el vacío que deja la impotencia de rescatarla, las imágenes visuales van difuminándose en una gama de tonos sombríos y contornos diluidos propios de un cuadro abstracto. Visión de lo plástico e intuición lírica son, pues, factores que se conjugan creativamente en la poesía de Cros, lo que es posible gracias a la mirada escudriñadora del crítico de arte atento a interpretar códigos pictóricos y al oficio del poeta que sabe domeñar la emoción a una selectiva elaboración del lenguaje poético.
No hay duda de que los poemarios de Fernando Cros: Crónica del hombre solo (1997), Fragmentos del habla (2009), Sobre la huella (2014) y Signos (próximo a publicarse también póstumamente, constituyen hitos decisivos en la historiografía de la poesía puertorriqueña de nuestro tiempo.