Eugenio María de Hostos: prócer de próceres

Cultura

Hoy celebramos en Puerto Rico el natalacio del “gran ciudadano de las Américas”, Eugenio María de Hostos, un puertorriqueño que siempre soñó con la independencia de su patria y a la misma vez fue un educador y sociólogo de primer orden. 

Nació en la ciudad de Mayaguez el 11 de enero de 1839, y se educó tanto en Puerto Rico como en España. Estudió leyes, filosofía y letras en la Universidad Complutense de Madrid hasta que España redactara una Constitución y negara la independencia a Puerto Rico, una de sus colonias en el Caribe. Es en 1863 que escribe su principal obra literaria, La peregrinación de Bayoán, en la que el protagonista va en un viaje en barco que lo convence de la necesidad de luchar por la independencia de las Antillas.

Se trasladó a Estados Unidos donde se incorporó al Comité Revolucionario Cubano, donde primero abogó por una confederación antillana, un sueño que también adoptaron Ramón Emeterio Betances y Segundo Ruiz Belvis, otros patriotas puertorriqueños. Hostos viajó a través del hemisferio abogando por su sueño de la confederación antillana. Se frustró ante la posición de algunos líderes que querían que Puerto Rico siguiese como una provincia o instrumentalidad de España. Igualmente, varios líderes cubanos querían que su país se incorporase a Estados Unidos.

Hostos se radicó en Chile de 1870 a 1873, donde enseño en la Universidad de Chile. Allí abogó por qué las mujeres tuviesen acceso a la educación universitaria. De Chile, se trasladó a Argentina. Llega entonces a Santo Domingo en 1875, donde fundó la Escuela Normal para maestros, adoptando sus principios positivistas y krausianos. Sus métodos educativos fueron combatidos por la Iglesia Católica, ya que Hostos se oponía a la enseñanza católica.

Se casó en Venezuela con Betilia Otilia de Ayala, y la madrina de su boda fue la poeta, abolicionista, independentista y feminista, Lola Rodríguez de Tió. Retornó entonces a República Dominicana, donde estableció una segunda Escuela Normal (para maestros) en 1879 en la ciudad de Santiago de los Caballeros.

Después de la Guerra Hispanoamericana volvió a Nueva York y Puerto Rico con grandes esperanzas de que Estados Unidos le diese la independencia a los puertorriqueños. Su frustración lo llevó de nuevo a República Dominicana, donde murió en 1903. Hostos dejó varios volúmenes de escritos sobre educación, filosofía, psicología y sociología, entre otros asuntos. Se le reconoce, además, como pionero en los derechos de las mujeres. Hostos, el “gran ciudadano de América” fue un hombre de avanzada que surge solo una vez en una generación.

Crédito foto: Osvaldo Torres AKA Cruzacalles, Wikimedia Commons, bajo licencia de Creative Commons (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/deed.en)