Hollywood es una máquina de hacer imágenes y, de paso, dinero. La creatividad para dicha marca de producción es ilimitada. El nuevo filme de acción y comedia, dirigido al mercado de verano, lo es Spy (Dir. Paul Feig, EE. UU., 2015). Se trata de un ocurrente guion escrito por el también director Feig, el cual nos provoca risa a partir de la heroicidad de la históricamente marginada: una asistente administrativa, cuyo físico no es similar al del espía sofisticado que ha promovido por más de 50 años la franquicia de James Bond 007.
El personaje de Susan Cooper (Melissa McCarthy) está sumamente bien pensado y actuado para esta película que integra a muchos buenos actores, que pese a no ser iconos dominantes, saben hacer su trabajo. Entre otros, destacamos a Jude Law, Jason Statham, Rose Byrne, y el cubano-puertorriqueño Carlos Ponce. Dicho lo anterior, la película la controlan, la trama y sus secuencias entre McCarthy, Byrne, Law y Statham. Entre los cuatro dan muy buenas actuaciones para el género: acción con comedia.
La película se desarrolla entre Virginia, EE. UU., desde los cuarteles generales de la CIA, Francia, Italia y Bulgaria. Se trata del interés de la CIA de prevenir la venta de una bomba atómica de pequeña escala, y como los espías y contraespías participan para hacer efectiva o no la venta. En el proceso, la CIA permite que las mujeres no bellas, se conviertan en agentes internacionales y aquí es que se inicia la mejor parte del filme. Cuando la pequeña, gordita y poco diestra (en apariencia) agente Susan Cooper, toma control de la acción de la película.
Este filme hay que verlo. Es muy cómico y ocurrente. No es ofensivo. Es muy reconciliador en cuanto al tema de la belleza se refiere, y más que nada es un filme ligero. Usted lo ve, se ríe y luego se siente alegre y en paz. Vamos, un filme de verano para toda la familia.