La oligarquía en Panamá

Historia

altEl término oligarquía se refiere a un grupo social que se caracteriza por ser una pequeña clase privilegiada que domina el gobierno, el comercio, la agricultura, las empresas productivas y en general la producción en un determinado país. 

La mayoría de las veces, sus miembros se casan entre sí para retener su fortuna y mantener su dominio sobre la propiedad.  Es por esta razón que Panamá ha venido a conocerse como la “República de los primos”.  Algunos de los apellidos de las familias que componen esta oligarquía son Alemán, Arias, Arosemena, Varela, Cardóse, Fábregas, Espinoza, Chíari, Robles, Esquivel, Armago y otros.  El pueblo panameño llama “rabiblancos” a esta clase social.

La oligarquía panameña se beneficia de contratos multimillonarios con el gobierno.  Luego de revertidas las áreas canaleras, los oligárquicos han comprado a precios de quemazón múltiples lotes que el gobierno ha subvalorado para beneficiar a esta clase social.  Es el grupo panameño más relacionado con la corrupción pública y privada en Panamá.  Ellos son los que controlan el sector financiero y el de servicios en Panamá.  Todas las grandes fortunas de Panamá se hicieron con fondos timados al tesoro público.

En la mayoría de las ocasiones no pagan los impuestos correspondientes. Con pocas excepciones (época de Torrijos), Panamá ha sido gobernada por una oligarquía que no sólo domina y controla los medios de producción, el sector financiero y el comercio exterior, si no que es una clase antinacional que mira hacia fuera y denigra lo de adentro.  Alrededor de cien familias integran la oligarquía en Panamá y podemos trazar sus apellidos hacia la época de independencia en 1903.  La oligarquía panameña, con raras excepciones, ha aumentado y acumulado su riqueza a base del escarnio de los fondos públicos y gubernamentales.  Sus actuaciones corruptas han llegado a ser la norma y no la excepción.  Es común entre ellos el lavado de dinero y las transacciones financieras fraudulentas de origen dudoso.

Aunque en ocasiones parecen diferir en algún asunto particular, siempre prevalecen sus intereses de clase. Son pocas las familias que constituyen esta clase social en Panamá, pero obtienen el 90% de la riqueza de país.  El restante 10% se distribuye al resto de la población del país.

Esta realidad económica y social, hace que Panamá sea una de las naciones con más desigualdad en América latina y que ocupe uno de los primeros lugares en el Mundo entero. Esta desigualdad se evidencia en lo ingresos económicos, donde prevalecen diferencias abismales.  Mientras los oligarcas reciben muchos millones de dólares, hay familias campesinas e indígenas que apenas se sostienen con $5 o menos diariamente.

El neoliberalismo impuesto desde la invasión estadounidense a Panamá como ideología de gobierno, ha propulsado que cada año, los ricos se hagan más ricos y los pobres se hagan más pobres.  El dominio de esta ideología junto a la globalización del mercado y los procesos de producción han creado en Panamá unas condiciones muy adversas.

El Canal revertido a finales de 1999, no ha estado en beneficio de otras clases sociales, si no de la oligarquía panameña.  Esta clase social al principio estuvo opuesta a esta devolución pero luego se apropió de sus enormes ganancias.

Los servicios educativos son muy diferentes, los hijos de los señores oligarcas estudian sus grados escolares en colegios privados en Panamá, donde inclusive aprenden varios idiomas. Luego cursan sus estudios universitarios en Estados Unidos o Europa. El resto de los educando recibe una educación muy pobre del sistema público de enseñanza.  En las comarcas indígenas el promedio de grados de educación es muy bajo.  Esta situación educativa no promueve la movilidad social, más bien reproduce las desigualdades.

Los servicios de salud van en plena decadencia. La oligarquía tiene acceso a hospitales y médicos privados de gran excelencia.  En algunos casos viajan a Estados Unidos a recibir servicios de salud en los mejores hospitales de esta nación. Los presupuestos asignados al renglón de la salud son muy exiguos. Han aparecido en el país enfermedades previamente erradicadas. La Caja de Seguro Social, con ingerencias directas en el sector de la salud, ha sufrido numerosos problemas administrativos durante los últimos años.

Por otro lado persiste una grave diferencia entre los recursos de salud en las zonas urbanas vs. las zonas rurales.  Los servicios de salud son casi inexistentes en las comarcas indígenas y muy pobres en las zonas rurales.  Por otra parte existe una escasez de especialistas que puedan tratar ciertas enfermedades.