PUERTO RICO EN LA ENCRUCIJADA ECONÓMICA

Caribe Hoy

Puerto Rico es la isla más pequeña de las Antillas mayores. Está localizada en el Mar Caribe. Por más de 117 años ha sido sometida al colonialismo de Estados Unidos. Borinquen, como la llamaron los taínos, su pueblo originario, continúa su lucha por su herencia hispánica, su identidad latinoamericana, su idioma español frente al inglés, el cual quiere ser impuesto por Estados Unidos y por su liberación nacional y su independencia.

El supuesto “Estado Libre Asociado” tiene autonomía fiscal de parte de Estados Unidos. Éste hecho ha permitido que pueda emitir bonos en el mercado de valores. Los diferentes gobiernos de Puerto Rico, lo han justificado para hacer obras públicas pero, en no pocas ocasiones se utilizaron para abonar a la deuda extranjera o pagar la enorme nómina gubernamental la cual se paga con intereses. Esta situación ha causado que por los últimos 20 años sus sucesivos gobiernos irresponsablemente, hayan tomado prestado demasiado dinero. Como comprenderá el lector, esta deuda llegó este año a la astronómica cifra de $75,000 millones de dólares. Aunque parezca increíble, Puerto Rico tiene una deuda mayor que cualquier país latinoamericano. Esta situación ha creado un aumento de la pobreza extrema de sus habitantes, una emigración masiva a Estados Unidos y una merma considerable en el sector industrial y el comercio. Tal parece que el país pronto caerá en una profunda resección económica y fiscal.

  • Frente a ésta situación, el Gobernador de Puerto Rico, licenciado Alejandro García Padilla y la Legislatura, controlada por su Partido Popular Democrático, han tomado fuertes medidas neoliberales que han impactado negativamente a la clase media y trabajadora. Primero impusieron fuertes impuestos a la gasolina y otros derivados del petróleo, elevaron los impuestos a las bebidas alcohólicas, a las gaseosas y otros renglones. En segundo lugar han contratado asesores gubernamentales especializados en restauración administrativa, a los que están pagando contratos multimillonarios como en el caso de la Autoridad de Energía Eléctrica. El contrato de estos asesores externos ha sangrado mucho el presupuesto gubernamental. La mayoría de estos “expertos” han recomendado la venta de las Corporaciones Públicas, una reducción de gastos y de los beneficios marginales para los trabajadores. También recomiendan la eliminación del bono de navidad a los trabajadores, la reducción del gasto público y la privatización de ciertos servicios públicos. Como si fuera poco, el gobierno impuso un nuevo impuesto sobre el consumo por la extraordinaria cifra de 11.5%.  Este nuevo impuesto comenzó el día 1ro de julio, cuando comenzó el año fiscal. Hasta ahora el gobierno no ha tocado las grandes corporaciones ni la banca del país. Esto significa que los pobres se harán más pobres y los ricos se harán más ricos.

Entre los asesores contratados están la expresidenta del Fondo Monetario Internacional y un importante juez de quiebras que actuó en el  caso económico de la ciudad de Detroit.

La protección económica que reciben las grandes empresas extranjeras en Puerto Rico es monumental. Se le conceden 15, 20, o 25 años de excepción contributiva dependiendo del lugar donde se establezcan. El gobierno le construye los edificios en los cuales operan y no tributan por la repatriación de sus  ganancias. También se les paga el costo de adiestramiento de sus empleados. Estas corporaciones, en su mayoría subsidiarias de empresas multinacionales, ganan en Puerto Rico muchos millones de dólares al año. El gobierno las considera sus “Vacas Sagradas”. Todas las medidas tomadas no han dado ningún resultado para obtener el dinero necesario para abonar lo correspondiente este año a la deuda pública. EL pago de este año de la deuda pública corresponde al 15% del presupuesto nacional. Frente a esta situación económica, el presidente de Estados Unidos Barak Obama, afirmó que ese país no ayudará en nada para resolver la grave condición económica de Puerto Rico.

Por otra parte, el Gobernador de Puerto Rico, entrevistado por periodistas del New York Time, dijo que la deuda de Puerto Rico es “impagable.” (Fidel Castro lo dijo hace décadas: “la deuda latinoamericana es impagable”).  Este comentario trajo como resultado una caída vertiginosa en el valor de los bonos de Puerto Rico. Con sus comentarios, estos bonos perdieron el 20% de su valor en el mercado.  Entre los inversionistas que compraron estos bonos, están miles de jubilados puertorriqueños. Los mismos invirtieron todos los ahorros de su vida, incluyendo el costo de su jubilación. Esto significa que perdieron la pensión con que vivirían el resto de sus vidas.