La negritud en tiempos de crisis: un diálogo entre Tego y Maelo

Voces Emergentes

altImaginemos por un momento una conversación profunda entre “El Sonero Mayor” Ismael Rivera (Maelo) y “El Abayarde” Tego Calderón (Tego). ¿Qué tendrían que decir sobre la crisis actual que vive la Isla? ¿Cuáles serían las propuestas de ambos frente a dicha situación? ¿Cómo pensarían la música en relación a ello?

El siguiente ensayo es un intento por poner a dialogar a estos dos artistas de diferentes generaciones, pero que comparten una visión de mundo y una perspectiva étnica similar.

Maelo y Tego nacieron en Santurce. Nacidos en el seno de una familia humilde, los dos tuvieron contacto con la música desde muy temprana edad. Fueron llevados a la fama y se convirtieron en ídolos populares más por sus historias de vida que por su propia producción musical. El constante contacto con el pueblo los hizo famosos en la Isla y fuera de ella. Ismael y Tego son las imágenes de Puerto Rico exportadas al mundo.

Sentados, quizás, en alguna parte del municipio de Loíza o del pueblo negro de Santurce, estos dos afrodescendientes tendrían mucho que hablar. Sin embargo, ambos coincidirían en el hecho de que aún se vive un racismo en Puerto Rico y que la cultura de “los negritos” sigue siendo discriminada por las instituciones. Ahora bien, para enlazar dicha conversación con el tema en discusión, tomemos como ejemplo dos canciones: “Witinila de Maelo y “Loíza” de Tego. Una de de las estrofas de la primera dice:

“Witinila clamaba por Libertad,

por eso pal monte se fue a parar.

Witinila en el monte está sonando un tambo’”

En esta canción Ismael Rivera rescata la figura del cimarrón. Recordemos que el cimarrón era un “inadaptado” y un rebelde frente al sistema esclavista. Formas pasivas, como el desgano en el trabajo, la destrucción de los instrumentos de labor y la desobediencia colectiva, fueron alguna de sus expresiones.

Es muy probable que bajo la forma de desobediencia civil o colectiva, Tego y Maelo se detuvieran para abundar sobre ello. No tan solo esta sería una herramienta para combatir la crisis actual, sino que es la forma más depurada del cimarronaje. Por su parte, en la canción “Loíza” Tego afirma:

“Nunca va haber justicia sin igualdad

Maldita maldad que destruye la humanidad

Porque protesta, va a quitarme la libertad

Si yo no pertenezco a tu sociedad”

Como se puede apreciar, ambas canciones son la expresión de un sentir rebelde. La idea de pertenecer a otro lugar, de hacer algo diferente a lo establecido y que responda a los reclamos de la gente aparecen en ambas canciones. Curiosamente, el negro Maelo y el afrodescendiente Tego son músicos y sus metodologías se basan en el canto y el toque de instrumentos como formas de liberación. Ahí tenemos un vínculo intergeneracional que no se agota solo en lo artístico, sino que toca las fibras de lo social y lo cultural.

La crisis económica que vive Puerto Rico hoy es una gran hidra que nos afecta a diario. Para el tiempo de Maelo, las cosas eran diferentes. El Estado Libre Asociado estaba en su apogeo, “funcionaba” de maravilla, y en relación a la esclavitud los tiempos eran “mejores”.  En el tema “Carimbo”, Ismael se refiere a este “cambio” cuando dice:

“Pero los tiempos ya están cambiando bastante 
que así que puedes descansar en paz negrito Carimbó 
la marca infame que te infligió el mayoral 
ya no se inflige más, Carimbó.”

No obstante, hoy se sabe que el ELA es falacia más hipócrita que nos impusieron a los puertorriqueños. El racismo de hoy es peor que en los tiempos de la esclavitud ya que se oculta detrás de las esferas de poder y se utiliza la cultura como una cortina de humo que no deja ver las verdaderas formas de discrimen. La canción “Loíza” de Tego denuncia esto cuando el cantante dice:

“Y el que no brega con Loíza

(No, ¡no brega!)

Me quiere hacer pensar

Que soy parte de una trilogía racial

Donde to' el mundo es igual, sin trato especial”

Podríamos argumentar incluso que Tego ha vivido una esclavitud con respecto a las disqueras, con la presión e invasión del “American way” y el “bling bling”. La represión la ha vivido en sus letras, con sus patrocinadores, con la censura y la doble moral. En ese sentido, la negritud es la misma; ahora se presenta en forma de riqueza cultural y se disfraza en el desarrollo económico de las “minorías”. Sin embargo, Tego y Maelo han sido capaces de mover mayorías. Visibilizan la diferencia, hacen escándalo con su estilo.

Ahora bien, volviendo a la música. Quizás en medio de la conversación imaginada, Maelo le diga a Tego: “Oye, la música hoy no es lo mismo que en mis tiempos, toda esa cuestión del internet y las redes no dejan al mundo mirarse a los ojos de verdad”, y Tego le replicaría: “Mira, Maelo, yo a ti te bailé, te escuché y admiré y hoy soy quien soy en parte gracias a ti... somos los mismos en tiempos distintos, y para eso no tuvimos que vernos a los ojos sino en los sueños”.

Inevitablemente pasarían a hablar sobre la aparición del reggaetón y el impacto que ha tenido sobre el mundo. Sobre lo difícil que se le hace a un artista entrar en el mercado cuando hoy todo esta digitalizado y se encuentra por internet. Además, hoy la fusión de géneros es algo común y muchas veces las raíces de lo que fue la salsa, por ejemplo, se hallan acuarteladas.

En ese sentido, Maelo quizás pueda reprocharle a Tego el uso de muchas estrofas en sus canciones. Ejemplo de ello es la frase “Mi música no queda ni a derecha ni a la izquierda” que aparece en la canción de Ismael “Mi música” y Tego la retoma en su tema “Importante en el juego”. Más allá de esto, quienes han seguido la trayectoria musical de Tego, saben que Ismael Rivera es una gran inspiración para él. En su canción “Mi entierro”, el cantante declara:

“Que al son de Maelo despidan mi duelo

Porque yo soy negrito bueno y ando sin miedo

Pa' mi la muerte es una vida vivida

Y la vida es una muerte que viene”

En definitiva, Tego y Maelo estarían orgullosos de sí mismos. Ambos han representado la subalternidad en diferentes épocas pero que en esencia es la misma: la historia del negro y el afrodescendiente en Puerto Rico. Y no tan solo eso, sino como ese sujeto racializado ve a la sociedad a la cual pertenece, pero no forma parte de. Ya lo cantaba Maelo en su famoso tema, compuesto por Tite Curet, “Las Caras Lindas”:

“Las caras lindas de mi raza prieta

tienen de llanto, de pena y dolor

son las verdades, que la vida reta

pero que llevan dentro mucho amor.”

La reivindicación de una identidad contestaría ha sido parte integral de la música que Tego e Ismael han compuesto. Quienes han padecido más agudamente la crisis que vive Puerto Rico hoy, son los marginados, negros en su mayoría. En su tema “Mil cosas”, Tego plasma ésta realidad con las siguientes palabras:

“Porque el centavo es el que vale menos

Porque en los barrios pobres se vende veneno

Como llegó aquí, quienes lo trajeron

No sabemos, nosotros la hecha no tenemos”

A mi entender, una conversación entre Tego y Maelo sería sumamente fascinante. Cumpliendo con su rol de músicos populares, sus letras son extractos de la cosa que ven y como las ven. Estando junto al pueblo, junto a las caras que sufren, es que se pueden relatar cuestiones cotidianas, del día a día. Por eso, estos dos afroboricuas, tendrían un sinnúmero de afinidades que transgreden el tiempo para corresponderse en el presente.

Con una visión crítica sobre su etnicidad, ellos han cantado sobre aquello que no se quiso y no se quiere ver. En fin, la rumba que se formaría después de este encuentro intergaláctico, le cambiaría las coordenadas a la Isla y la esperanza por la libertad se multiplicaría por todos sus mares. Sus motivos, sus deseos, sus sueños al respecto, serían reproducidos en miles de radios, llevando no solo mensajes de vida, sino modos de relacionarse a través de la música y el cuerpo.