Sigamos rogando que llueva y que todo mejore

Caribe Imaginado

altUn nuevo año escolar ha comenzado con sobresaltos y preocupaciones por doquier por la sequía, por la condición de las escuelas públicas, por el alza en el costo de la vida y el IVU, por la criminalidad y por tantas cosas más. Es preocupante que además de cortarles las horas de estudio, les hayan cortado un día completo de su educación.

¿Cómo van a desarrollar en ellos sus ideas, cómo se reflejará el recorte de tiempo en las pruebas, cómo se prepararán para tomar los exámenes  de ingreso a la universidad? Han tomado previsiones, pero de seguro, sacrificarán conocimientos básicos y necesarios.

Me ocupan sus mentes y nuestro futuro. La siembra de nubes parece estar dando resultados o el clima mejorando. En Bayamón, donde vivo con mi madre, estamos escuchando la orquesta nocturna de coquíes con mucha alegría. Quien o quienes pensaron en esa descabellada idea, son personas muy especiales, que de seguro no recibieron el apoyo de sus compañeros en algún momento, pero hubo maestros sabios que los escucharon y el proyecto se logró con práctica, experimentación y mucho compromiso.

Nuestros niños son también talentosos, creativos, buenos imaginando, creando y explorando a partir de sus propios sueños. La sabiduría es un arte en constante revisión que supone acercarse a la intuición y a los sueños, encontrarlos, probarlos, ejecutarlos y disfrutar de todo aquello que brindan en todas sus etapas hacia el conocimiento futuro establecido. Así como una vez el hombre imaginaba y soñaba con llegar a la luna y lo escribió en miles de historias (la más famosa la de Julio Verne), hubo quienes trabajaron esa estructura básica, quienes la mejoraron para concretar el viaje en el que finalmente hubo valientes que arriesgaron sus vidas sin saber si regresarían vivos o no. Por esto es importante la educación que sabe escuchar y sacar lo mejor de sus participantes, porque saber escuchar antes de enjuiciar ideas es lo mejor que le pueda suceder a un estudiante creativo.

Recuerdo una vez que alguien me contó de una madre que llevaba a su pequeño al sicólogo porque pintaba caballos verdes y no la obedecía. Lo bonito del caso es que el sicólogo terminó refiriendo a la madre a terapia y al futuro artista lo dio de alta. Las ideas más increíbles pueden convertirse en inventos o experiencias que añaden color y sabiduría a la vida.

Toca a los padres y encargados: reforzar el material de estudio, supervisar que cumplan con la cantidad de trabajo escolar que les asignan, controlar la adicción a los juegos sedentarios y enfatizar en estructuras de hábito de estudio para que este potencial, su potencial de imaginar y de crear no se vea opacado con la inactividad de su modernidad tecnológica. Hay que atesorar la inteligencia del futuro y darles un espacio motivado y asertivo para su desarrollo. A los niños no hay que pasarles la negatividad del día a día. Antes debemos transformarla en momentos de reflexión y positivismo porque no hay cosa peor que heredarles el “No lo vas a lograr porque en este país nada funciona.”

En aquellas escuelas donde el arte y la música han sido eliminados, los maestros deben de hacer un esfuerzo mayor, al igual que los padres, para educar el desarrollo del pensamiento y su capacidad de interpretación y análisis.

Me ocupan tanto sus mentes, - y el cómo llegan a la universidad con tantas lagunas, lagos, océanos-,  y que lleguen con cuentos de que sus maestros faltaban mucho, que solo les llenaban la pizarra para que la copiaran en la libreta y otras historias de terror pedagógico. Ya en este punto solo respondo que un maestro así solo debe provocarte a ser un mejor estudiante y a encontrar las respuestas por tu cuenta porque tus estudios son lo más importante. Ellos forman parte de tu futuro, de quien serás.

De momento, sigamos rogando que llueva y llueva y que todo mejore.