Una boda en Castañer… bájale dos para que te rías un rato

Cine caribe

La última apuesta del cine puertorriqueño, Una boda en Castañer (Dir. Raúl García, Puerto Rico, 2015), es una idea interesante, con un presupuesto adecuado, y que por momentos nos hace reír de forma sana y alegre. Es una buena idea, sobre todo que nos lleva a confrontarnos con temas sociales, como el racismo, que aún son prevalecientes en Puerto Rico. No obstante, el problema central de la película es que se sostiene por momentos y por otros no lo logra hacer.

La idea detrás de la película, más que original, es relevante para Puerto Rico 2015. Es decir, una hija de un médico rural, del poblado de Castañer en Lares, regresa de terminar sus estudios en República Dominicana. Al regresar, Mariana (Jazmín Caratini) le informa a su familia que se va a casar con su novio, el joven, afrodescendiente, hijo de madre dominicana, estudiante de medicina y residente del pueblo pobre de Cataño, Ender (Michael Stuart).

Como es una boda en un pueblo chiquito, todo se sale de proporción. Entre otras historias, la vida del pasado de los personajes, en particular el padre de Mariana, el Dr. Zalduondo (Braulio Castillo, hijo) y su esposa Wilma (Sara Pastor). En fin que la trama es la que no les puedo contar, pues aquí le va la vida a la película.

Pese a que la película por momentos pierde fuerza y consistencia, el manejar el tema del racismo, el clasismo, y otras identidades, hace de la película una refrescante. Se trata de un buen esfuerzo, que visto así, le podemos perdonar o excusar muchos desperfectos.

Hay que verla. Usted decide. Yo por lo pronto lo pasé bien por momentos. Pero sea lo que sea, al final de la misma, sentí ganas de ir a Castañer. Pues que así sea. Apoyemos esta película sin condiciones. Adelante a la tribu de Raúl García.