Instrucciones para el retrato de un poeta puertorriqueño

Caribe Imaginado

altEntrada la noche. Reina de las Flores, el umbral. Che Melendes sostiene la corteza de un papiro eucalipto que despliega su hojaldre. Al fondo, Río Piedras. Laberinto de calles tiesas cancelando edificios.

Puentes hechos para ver el pueblo desde afuera sin entenderlo, sin que se entienda tan siquiera para qué se mira tanto, qué es lo que se busca allá lejos del acá adentro. Oscuridad de estacionamiento soterrado. Es un trozo de laberinto lo que admira el poeta.

Puentes irreales como los de las sucias ciudades del futuro. Solo un peatón los cruza: él mismo, multiplicado. Si se delata el Minotauro se traiciona. El umbral del árbol, La casa de la forma. El libro la casa, la ciudad, el laberinto, el manuscrito que nos descifra, indescifrable, lo que nos ensoberbece. Encuentros. Extravíos. En lugar de escribir, Che se entrega a la talla de un pilar que JorgeRito (escultor nativo) recogió del mar. .. “[M]i siudá fue siempre, ab orijen, abstraxión: fue la experiensia de ‘lo otro’ qe soi, el lo otro restrinjido, íntimo; entre la material, lo soolójico, I aí lo ombre. Es desir, mi siudá ya era el mundo i la consiensia; la distansia; mi sensasión, la sercanía: mi barrio.”

Hila conciencia Che a solas con su plano. Después de todo para eso son los laberintos, para dejarnos a solas en el espacio perdido. La caverna de los encuentros traga entera la perspectiva. La ciudad rupestre (Río Piedras) en que acaba de romperse la transparencia. Luchas en el cruce de lo vertical con lo horizontal cuestionan la inspiración. Gana la ambigüedad opaca. La secuencialidad es engañosa para el poeta. “La unidá es trasendente a su propia detensión”. “La palabra es un SER. El poema es encontrar la solusión” y que se nos rompa la transparencia…

Artista Gabo MartzFotógrafo John BetancourtÂÂ