Los Faros… la soberanía más allá del territorio: ¿nostalgia de la buena?

Cine caribe

altSonia Fritz es hoy por hoy la cineasta más productiva en Puerto Rico. Este pronunciamiento, lejos de provocar animosidad, debe provocar un reconocimiento a una persona que le ha dedicado sobre 30 años de su vida a residir en nuestro país, tomando en cuenta al hecho de que su nación de origen lo fue México. 

Pero sin lugar a dudas ha sido Puerto Rico, donde ella se ha desarrollado como directora de cine, productora, guionista y como gestora cultural.  Teniendo por lo menos 14 títulos fílmicos realizados y exhibidos, entre el corto metraje, el largometraje tanto en ficción como en documental, Fritz es hoy por hoy, un referente en la industria.

 

Recientemente participé en una exhibición universitaria de su más reciente largometraje en el género documental, titulado Los Faros (Dir. Sonia Fritz, Puerto Rico, 2015) de Puerto Rico.  Dicho documental, exhibido en la Facultad de Ciencias Sociales Graduada de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras, atrajo a una gran cantidad de público que ante el evento gratuito, dijeron presente. También dijo presente Sonia Fritz, quien como entusiasta del cine, como cineasta comprometida,  fue a explicar y analizar su filme.

 

Los Faros es una inusual contribución fílmica a nuestro pasado.  Se da un diálogo con la nostalgia de otro tiempo, el cual ya dejo de ser.  Ojo, sin lugar a dudas, los faros, iniciados desde mediados del Siglo 19 por el gobierno español en la isla, dieron también paso a una sociología del trabajo, de la vida, y de la familia, que Fritz documentó con mucha agilidad en la película.

 

Ahora bien, recorrer los 15 faros de la isla, los aún existentes como los que han sido opacados por el pasar del tiempo es un asunto que merece nuestro reconocimiento. Como nos recuerda el comediante, ¿En verdad en verdad, se había usted preocupado de los faros?  El filme de Fritz es un recordatorio de la contribución histórica que hicieron esas pequeñas fortalezas, que con luz extendían la jurisdicción nacional hasta fronteras marítimas insospechadas.

 

Pero los faros son también el pasar del tiempo, donde el cambio de soberanía en el 1898, nos recordó también que los faros cumplían una función en la geopolítica isleña, y donde tanto los españoles como los EE.UU. necesitaron de ésta infraestructura para tener acceso al mar. Lo que es curioso es que aún hoy las agencias de seguridad del nuevo poder político en la isla, los EE.UU. ven muchos de los faros de una reliquia que aun guarda una función. Aunque sea simbólica, pero guarda una función.

 

Ahora bien, el problema de los faros es que en términos de tecnología la misma es una que ya no tiene función de ser. Los instrumentos de precisión, las cartas náuticas, y la tecnología digital, nos permiten navegar sin prestarle atención a esa luz que cruza los mares.  No obstante, los mismos dan una seguridad a los que vivimos en la tierra firme, de que el horizonte tiene luz.

 

Y si, es esa la parte que más me fascino del filme.  Este combinó documental, narrativa fílmica y dibujos animados que nos hicieron sentir, el valor de esa luz a la distancia. Hay un poco de homenaje a Albert Einstein en la teoría de la relatividad de 1905, y el valor de la luz  y su rapidez. Pero esa luz a la distancia, desde la tierra firme es posiblemente el valor de este filme y su contribución a entendernos mejor como país y como pueblo.  La luz, que nos acompaña y origina en la tierra firme, se extiende al infinito para decir, que aquí estamos nosotros, en Puerto Rico, estamos los boricuas.

 

La película interrelaciona los testimonios de los residentes en los faros, con algunos pescadores. La voz femenina, sobre todo de las viudas o infantes, ahora adultos mayores que aun están vivas, le da un valor a la historia y a la nostalgia de la película.


Dicho lo anterior, el documental pudo haber explorado lo político, lo soberano, de esa luz llamado faro. Un elemento que los miembros de la Guardia Costanera de los EE.UU. que participaron en el filme, lo reconocen. ¿Por qué ellos tienen que controlar nuestros faros hoy, y no lo hacemos nosotros?

 

Lo racial, sobre todo en los testimonios del Puerto Rico profundo entre los Siglos 19 y 20, no se logra recoger.  Sobre todo la función de las poblaciones esclavizadas que participaron en esta etapa de la vida boricua, se pierde.

 

Dicho lo anterior, Los Faros es un documental muy lindo, tierno y con una mirada femenina de nuestro pasado e historia que merece ser visto con mucha atención.  En la consistencia del trabajo de Sonia Fritz, de contarnos nuestra vida como es, pero a un ritmo suave, como lo hizo en America (Dir. Sonia Fritz, Puerto Rico, 2011), la directora vuelva a repetir una formula exitosa.

 

Adelante, Sonia Fritz, adelante. Continúe usted documentando las “esquinas olvidadas” de nuestra historia.