Jame Bond, Spectre y la cultura del bien dirigida por los buenos

Cine caribe

Jame Bond vuelve, luego de 23 películas. La casa productora Eon Productions, con base en Inglaterra, es propietaria de las 22 novelas de Ian Flemming que inmortalizaron al personaje del agente secreto más famoso del mundo. Al día de hoy, no existe serie de cine que haya producido tantas secuencias, las cuales se entremezclan de forma arbitraria unas con otras. Es, sin lugar a dudas, la franquicia cinematográfica de guión más taquillera en la historia de la humanidad. Su última puesta en escena, Spectre (Dir. Sam Mendes, EE. UU., 2015), es al día de hoy la película más taquillera de la temporada.

En esta ocasión, un ya muy adulto y cansado agente 007, Jame Bond (Daniel Craig), es víctima de los procesos de reestructuración de las agencias de seguridad de su país de origen: el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda. Así las cosas, Bond descubre, gracias a M (Judi Dench), que había un complot internacional contra todas las agencias de seguridad el mundo. M, quien en el filme anterior Skyfall (Dir. Sam Mendes, EE. UU., 2012) fue asesinada por el sicario Raoul Silva (Javier Bardem). Ahora, Bond, se entera de lo que realmente está pasando y promete vengar a M, y, sobre todo, devolverle la credibilidad a su maltrecha agencia de seguridad de Estado, el MI6.

La película, muy inteligentemente dirigida por Mendes, abre en un apoteósico comienzo en México, en la celebración del Día de los Muertos. A partir de ahí, la película continúa la trama, de forma interesante, amena y, sobre todo, bajo las contradicciones humanas de Bond, a través de lugares como Inglaterra, Italia y Marruecos.

Bond descubre la red de mafiosos internacionales que tienen la capacidad para controlar a los Estados y pone de manifiesto sus habilidades, tanto en la cama como en las artes marciales o con armas de fuego, para controlar a estos. Es, sin lugar a dudas, un gesto impresionante la forma en que Bond, contando siempre que ya está a punto de retirarse y lleno de problemas emocionales, producto de que su padre de crianza no lo quiso tanto como quiso a su hermano, también de crianza, e hijo de dicho padre. En fin, que Bond necesita un poco de psicoanálisis del tipo lacaniano.

La película, la cual junto a Skyfall no han estado basadas en las novelas de Ian Flemming, y ambas han sido dirigidas por Sam Mendes, va camino a convertirse en la segunda película más taquillera de la historia del personaje Bond. La primera fue precisamente Skyfall, que produjo en ingresos sobre $1 mil millones de dólares. Spectre al día de hoy luego de haber sido lanzada el pasado 25 de octubre de 2015, ya ha logrado recaudar cerca de $700 millones de dólares. En fin, que la serie sin Flemming y con Mendes dirigiendo produce mucho dinero.