Beatriz Navia y el encuentro total de las estaciones

Crítica literaria
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

altBeatriz Navia y el encuentro total de las estaciones

Llorar, mujer. Sí, tu salpicar de aguas saladas

está llegando a mí como aroma de lluvia sobre la tierra.

El baile de Cristina

Beatriz Navia

(Des)amores

Estación Praga. Año 1904. “El Círculo de Praga” era una realidad en la rúbrica de cuatro jóvenes con un escenario de letras caminando la imaginación. Cuatro nombres que caben con su hermosa y antigua luz en estas primeras líneas; Oskar Baum, Max Brod, Félix Weltsch y Franz Kafka. Praga era un entramado tupido de cenáculos y asociaciones literarias, y ellos, buscaban ser la suma a una buena novedad. El ruedo de las artes en los amaneceres del Siglo XX ofrecía una intensa diversidad de expresiones y estilos. Si bien en una periferia existía la inflamada rivalidad entre los poetas Hugo Salus y Friedrich Adler, Rainer María Rilke leía, por esa misma época en La Sala de los Espejos de la Casa Alemana con su voz meliflua y encantadora un poema que me hizo su lector impostergable “De vez en cuando un elefante blanco” retrato eterno de un tiovivo repleto de niños en un jardín de Luxemburgo, París antes de la eclosión de violencia que ahora silencia todas las armonías. Como hervidero cultural Praga recibía todas esas corrientes y el joven Kafka en su búsqueda de respuestas y paradigmas.

Ya Irene Sofía-de regreso al Siglo XXI-había tocado con sus ojos la pequeña casa donde creció Kafka antes de su enlace con Max Brod su salvador personal. De ahí Irene Sofía derroca su armazón intelectual, deductivo, cónsono al conocimiento y se lanza al aprendizaje de un nuevo idioma incierto; su trama del corazón con Jaroslav. Tal vez, los idiomas poseen encerronas que la piel resuelve luminosamente. ¿Cuánto? ¿Cómo? Nadie apuesta una simbiosis con lógica pero tan solo este cuento podría el pórtico a la temática expuesta por Beatriz Navia en su nueva entrega de narrativa (Des)amores plasmado por la Editorial A Propósito(2015). Libro Objeto, mapa objeto donde aficionados geógrafos-los lectores-trazan su alma intérprete cruzando la multiplicidad de una frontera que solo la buena y acertada lectura nos oficia. 7 relatos-cábala de hierofantes-donde cada personaje es habitado en la magnitud de una vida, en horario estelar y horario de sombra como si fuera una balada de Frank Sinatra donde el alma, la memoria, el amor, la cotidianidad, la vida por la vida y la voluntad, junto a los sentidos, se visitan, se abandonan, se derraman y coexisten. 7 relatos, cada uno con su esplendor escogido, cada uno con su modo de llorar, de contemplar la soledad hasta desde otra dimensión tan cerca y a la vez tan muda como es el caso de Marcelo, el militante y pensador asesinado por la dictadura en “El baile de Cristina” Marcelo deambula desde su otra muerte-la que traspasa la primera pero es más pura-para contemplar a Cristina allegándose con ella, al dictamen de la justicia. Ahí, como en teatro de cámara, una poesía se atreve a cruzar la mudez, el negro raso y doliente que supuestamente toda muerte brinda-aunque Juana de Arco escuchaba coros y otras especies musicales-y se expresa como una nueva vida, junto al amor, subtema potente en el relato.

“Bajad la voz que España está ahora mismo repartiendo la energía entre el reino animal, las florecillas, los cometas y los hombres”. ¿Quién no lo recuerda? Rostro adusto, demoledor a la luz, entre suave y pesaroso, ese era César Vallejo, poeta invicto, poeta universal. Georgette, su otra tierra del alma. El alma ya madura entre tantos golpes, en aquellos días delgados en París donde la memoria hace su juego, y fortalece su único abrazo: el de la desaparición con el elegido. “Georgette y él” es un cuento extraordinario donde el lector, no importa la altura de su viaje, o de lo que conozca de la poesía, o los asuntos de progenie, se subleva ante cualquier ley de gravedad, y camina con el poeta y el personaje ensimismado que le descubre en ese café parisino habitado por todos los vientos, a techumbre de silencio. La trama se hace única-no encuentro otra palabra-cuando poeta y el discreto empleado del consulado intercambian códigos, y entre ellos Georgette en la lucha por la salvación poética de su marido; papeles inacabables, trazos de otros poemas desorientados, epístolas, correspondencia esencial, etc. La Segunda Guerra Mundial entraba aun en las salas más blindadas y silenciosas. La invasión a Francia por parte del Tercer Reich era inminente y de sangre. Así fue, pero Georgette, la otra parte de César Vallejo, impone su voluntad de salvación y ya en la vorágine en pleno saqueo de la gran ciudad de Theophile Gautier, rescata el alma, ya por si inmortal, de la poesía que ha hecho curso y pálpito de nuestra Literatura Hispanoamericana.

Nos comenta Beatriz Navia, escritora, profesora universitaria, promotora de derechos humanos, gestora cultural, viajera y fotógrafa aficionada, que este libro es “una original propuesta, en forma y fondo, que invita a leer, con entera libertad, el contenido de una caja de madera pino artesanal donde están dispuestas siete historias impresas en una editorial moderna que trabaja papeles reciclados y de delicadas texturas. Se trata de siete relatos de amor/desamor, vida/muerte, opresión/libertad, sensualidad, arte y otros temas socioculturales, lingüísticos y arquitectónicos que acontecen en más de diez ciudades y escenarios transfronterizos de nuestra época global”. Y sin faltar el encanto dentro de la voz de la memoria. Y sin faltar, que el lector lleva a su gusto la selección de la lectura-en mi caso algo me llevó al relato “Georgette y él”- y comienza a trascender con la historia. Debo mencionar, que existe la totalidad de las estaciones del mundo en todo su contorno, ámbito, fascinación o sombra como lo es París durante la invasión de los nazis. Una estación te llevará a otra, y entre ellas la vida, lo que se vive de ella, y lo que se lleva a continuidad. Nos dice la autora que “Si bien cada relato tiene su autonomía relativa, se articulan en un todo conceptual y se relacionan hipertextualmente, por analogía. No se circunscriben solo a temáticas de la complejidad del amor/desamor de las parejas, sino que están inscritos en los contextos históricos de los paradójicos siglos XX y XI, y sus circunstancias geopolíticas convulsas y cambiantes”.

(Des)amores de Beatriz Navia, una entrega en nombre de novedad, inventiva, y por qué no, un encuentro de vida y palabra justamente desde ahí: desde la totalidad de las estaciones.