Un año después, los acuerdos boricuas-dominicanos del 13E/2015

Caribe Imaginado

En el aeropuerto:

 

En mi infancia en la década de 1960, mi madre me llevaba al aeropuerto internacional de Carolina, a recoger o despachar a mis primos, tíos y tías, y familiares que vivían en la República Dominicana. Se trataba de un asunto complejo, pues y pese a tener los debidos papeles al día, siempre se tornaba en un sufrimiento.  Sobre todo, que mis familiares se sentían ofendidos y maltratados por la forma en que los agentes de inmigración federal los trataban.   Sobre todo que los acusaban de cosas extrañas como traer enfermedades contagiosas, o tener discapacidades mentales, o simplemente no tener sus papeles al día.

 

Muchos años después, comprendí como se constituyen los racismos en el Caribe.  Las islas que se sienten en mejor posición económica, y sobre todo que se sienten en mejor posición racial (más blancas) se perfilan y se sienten superior a las otras islas. Así las cosas, lo tortuoso de la experiencia de mi familia, me llevó a pensar, años después, en el valor de controlar nuestra migración y nuestros procesos nacionales de manejo de poblaciones ciudadanas y no ciudadanas.

Los acuerdos firmados:

 

El pasado 13 de enero de 2015, el gobierno de Puerto Rico bajo el gobernador Alejandro García Padilla, junto al presidente de la República Dominicana, firmaron un acuerdo marco de colaboración entre ambos países, a lo cual llamaron “acuerdo”.   No se trata del primer acuerdo de colaboración firmado entre ambos gobierno. No obstante, si se trata del primer “acuerdo” firmado con la intención de hacer un pronunciamiento en cuanto a lo que Puerto Rico es capaza de hacer.  En esta medida, el evento se firmó con la misma dignidad, profundidad mediática, y sobre todo solemnidad tal si Puerto Rico estuviese ingresando a la Organización de las Naciones Unidas.

 

Se firmaron 11 acuerdos, en adición al acuerdo marco, entre ambos gobiernos, concentrados en el área de seguridad, educación y comercio.  Estos acuerdos involucran al Departamento de Hacienda, Universidad de Puerto Rico, Departamento de Recursos Naturales, Departamento de Desarrollo Económico y Comercio, y a la Policía de Puerto Rico.  Varios jefes y jefas de agencias, tuvieron también la ocasión de firmar acuerdos con sus homólogos de la República Dominicana.

 

En esta medida, se trató de un asunto excepcional.  Bajo la condición colonial de Puerto Rico, y bajo el manto de la política exterior de los EE.UU., el gobierno de la isla sí puede firmar acuerdos internacionales con países con los cuales los EE.UU., tenga vínculos comerciales o que estén bajo un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Washington.  Lo curioso es que luego de 20 años en esta conversación, ningún gobierno desde Hernández Colón para acá, se ha adherido a los TLC.

Primera Aclaración - Fin del primer mito:

Un acuerdo bilateral es lo que Puerto Rico firmó en enero del 2015. Técnicamente esto es un acto de derecho internacional.  Como acto de derecho internacional, la firma de dichos acuerdos crea obligaciones tanto para el gobierno de Puerto Rico como para el gobierno de la República Dominicana. Se trata de negociaciones bilaterales y acuerdos bilaterales. Para un país que no goza de soberanía plena, se trata de su acto de mayor envergadura, y el cual en el Siglo 21, si tiene importantes implicaciones.  De repente se adentro en el imaginario nacional, el dato de que podemos firmar acuerdos con otros países que son soberanos.

315pm, el Voto a los Migrantes Indocumentados:

A eso de las 315pm del día 13 de enero de 2015, el gobernador Alejandro García Padilla pronunció una serie de ideas, que puestas en su conjunto constituyen un hito en su gobernación. Inició su alocución haciendo alusión a los derechos humanos de los inmigrantes indocumentados.  En particular, indicó que dada la “majadería de Washington” esos hermanos y hermanas no pueden tener una vida normal y potenciarse en el país que los ha acogido. Así las cosas, anunció que habría de legislar para darle derechos ciudadanos a los  inmigrantes regulares e irregulares, y permitirles votar en las elecciones de Puerto Rico, en particular por el puesto del gobernador. Esto luego de haber adelantado, que legislaría para que la banca que hace negocios en Puerto Rico, le permita a los inmigrantes indocumentados abrir cuentas bancarias, y ser sujetos de los beneficios bancarios como prestamos, líneas de crédito y otros asuntos.

 

El voto de los inmigrantes se trata de una de las medidas más avanzadas propuesta al día de hoy por el gobernador Alejandro García Padilla.  Hace apenas dos semanas, en diciembre del 2015, se presentó la legislación para convertir la propuesta de enero 2015, en ley.

 

La misma es superior a todo el ordenamiento legal en los EE.UU., y no tiene referente equivalente en el Caribe o América Latina o en el mundo. En particular porque es concederle derechos ciudadanos a los no ciudadanos.  Es tratar como igual a una persona que por tener un estatus migratorio irregular, no se debería tratar de igual a un ciudadano.  Pero el gobernador García Padilla cambió las reglas del juego.

 

 

Segunda Aclaración - Fin del segundo mito:

 

Lo que no sabemos es el alcance de los poderes del Estado Libre Asociado. Todo indica, que nadie se había interesado, más allá de Luis Muñoz Marín hasta el 1964, en desarrollar dichos poderes.  En particular, siempre habíamos dicho que los problemas de migración y población, le pertenecen en lo relevante al gobierno de la metrópoli, Washington.  No obstante, y haciendo uso del derecho constitucional vigente en los EE.UU., el gobernador García Padilla decidió hacer una exploración particular. Ahora resulta, y ya veremos como sobreviven en los tribunales una vez se legisle, que nosotros si podemos regular, de forma positiva (comportamientos) ciertas áreas en el campo de la migración.

 

De repente García Padilla hace historia al darle poderes antes no explorados a la comunidad inmigrante en Puerto Rico. Esto ha sido consistente con su gobernación, en la cual desde el principio la comunidad dominicana en particular, ha recibido un trato justo y digno por parte del gobierno.

Tercera Aclaración - Fin del tercer mito:

 

Hay un comentario orquestado por la prensa corporativa y ciertos conductores de programas radiales en Puerto Rico, que ha reducido a Alejandro García Padilla a ser un “muchacho de mandados” y ser bastante incapaz en la toma de decisiones.  Realmente se trata de un rumor que se ha convertido en norma, y del cual no logra escapar el gobernador. No obstante, ante la movida de insertarse en la reforma migratoria de los EE.UU. nos parece que la sabiduría de sus actos, denotan ser mucho más interesante y compleja que lo que se le ha reconocido.

 

Alejandro García Padilla ha demostrado no ser el muchacho de mandados y sin personalidad que le han imputado.   Ha resultado ser mucho más capaz, listo y sagaz de lo que se le reconoce. De repente está ante el umbral de cambiar la conversación en la política de los EE.UU., en cuanto a los derechos de los migrantes.  Esto dice mucho, pues él ha actuado a la espera de que Washington supere sus majaderías.

 

En concusión:

 

Cuando mis familiares venían a Puerto Rico, años luego comprendí, que por falta de derechos ciudadanos eran maltratados.  Si algo me impuse como meta personal, fue el hecho de que siendo residentes legales o ilegales, todos y todas deberían ser tratados con dignidad.

 

Me parece curioso que la iniciativa surja ahora del gobernador del oficialista Partido Popular Democrático, Alejandro Garcia Padilla.  Los tiempos y los contextos han cambiado.  Pero me parece más curioso, que ni el independentismo y la mayoría de las izquierdas del país, con excepción del Partido del Pueblo Trabajador, nadie haya tomado postura a favor de ofrecerle derechos de paridad a las poblaciones migrantes, sean estas regulares o irregulares.

Lo cierto es que luego del 13 de enero de 2015, el país va cambiando, pese a que la mayoría de la población no lo quiera ver. Hoy hay decenas de estudiantes graduados y sub-graduados en la Universidad de Puerto Rico, provenientes de la República Dominicana, como parte de este acuerdo.

 

De otro lado, la industria del cine boricua, se ha convertido en un proyecto dominico/boricua, donde las co-producciones son la orden del día. Para muestras un boton: Los dominirriqueños (Dir. Eduardo Ortiz, Puerto Rico, 2015), es hoy por hoy la película más exitosa de las navidades, y en la misma se plantean ideas que el propio Hostos, Betances o Máximo Gómez, pudieron haber planteado. En otras palabras nuestro entorno ha cambiado.

 

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