La crianza de cuervos (Cuarta entrega)

Caribe Imaginado

“Pero si son buenos… Todos, profesionales y algunos ya retirados. Son buenos, pero se van para buscar más dinero, ahora que los años comienzan a inmovilizarnos y a hacernos dependientes de ellos. ¿Irnos al frío? No, no es una alternativa real. Somos viejos.

El clima rompería nuestros huesos. Y, la tierra está muy lejos de esas manzanas de concreto donde quieren que vivamos. Eso no es bueno. Somos gente de aire fresco de brisa marina y de la montaña verde. ¿Acaso no comprenden que ya no sabemos estar en otro lugar, que no sea este paraíso y que la vida no la soportaríamos encerrados, con miedo, porque Ui no spic no inglich? Tanta bendición y siembra… Y, tanto fruto de soledad inesperada.

Al menos acá, están los viejos amigos de siempre, los recuerdos de las luciérnagas dentro de la casa, la buena tierra de la fruta dulce, el café de verdad y no esa agua e’ piringa que no sabe a na, el agua de manantial puro, los visitantes alados que vienen huyendo del frío, y el sol poderoso entre las hojas de los árboles.

Somos viejos y nos quedaremos en la casa en que los vimos crecer (y a sus hijos), junto al árbol que sembramos para ustedes. Allá solo iremos de visita y cuando no caiga nieve.”

Crédito foto: Ricymar Photography, flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)