Luis Rivera Pagán y el lenguaje teológico liberador/anticolonial

Voces Emergentes

Si algo se puede decir de la obra del Dr. Luis Rivera Pagán, como teólogo y académico de primer orden en Puerto Rico, es que su voz se ha dejado escuchar en una gran diversidad de ámbitos. Desde los debates sobre las armas nucleares y su impacto en el Caribe hasta el tema del matrimonio homosexual y el conservadurismo de ciertos sectores religiosos.

Lo que no se puede negar en la obra del Dr. Rivera Pagán es que su palabra siempre se ha alineado contra corriente. El aspecto más interesante de la voz del Dr. Rivera Pagán es que no habla desde ninguna cátedra, obispado, púlpito o posición de poder eclesial que le protegiera cuando alzó su voz en defensa de muchos sectores perseguidos. La voz del Dr. Rivera Pagán se levantó desde la academia, desde la calle primero, y desde la cárcel en algunas ocasiones.

Al escribir sobre la obra y contribuciones de Luis Rivera Pagán en el ámbito de la teología, y de las humanidades en general, no puedo evitar pensar en las palabras de Slavoj Zizek, un filósofo esloveno marxista y ateo que en un escrito suyo en defensa del ateísmo dice que “[l]a primera paradoja de la crítica marxista de la religión es que, algunas veces, es más subversivo debilitar a la religión desde dentro, aceptando sus premisas básicas y luego sacando sus consecuencias inesperadas…”.

Esta paradoja se detecta en los escritos de Luis Rivera Pagán. Obviamente no quiero alegar que sus escritos intentan debilitar intencionalmente a la religión pero sí quiero decir que sus escritos debilitan las bases de ciertas lecturas y narrativas religiosas coloniales. En ese sentido el teólogo Luis Rivera Pagán ejerce el peligroso oficio de hablar sobre Dios sabiendo que en cada palabra se desprende un poco el pensamiento hegemónico que se ha construido sobre los privilegios religiosos y por lo tanto constituye un acto subversivo.

Una visita somera, pero que requiere un estudio más detenido, de la obra del Dr. Rivera Pagán nos ayuda a visualizar cómo su tema principal, y constante, la violencia y el estado, han ido mutando a lo largo del tiempo. Pero esta mutación no ha implicado una disminución del compromiso con la palabra que derriba sino una sofisticación académica que le convierte en uno de los intelectuales más importantes de nuestra historia. Es por ello que podemos leer su primer libro, “A la sombra del Armagedón”, publicado en el 1988, como el mapa sobre el cual el resto de su teología se ha desarrollado. Pero este hecho no quiere decir que ese desarrollo haya sido una repetición constante de sus primeros temas sino más bien una reelaboración de sus propias posiciones, muchas veces incluso una reconceptualización de sus propuestas originales.

Ese primer libro sobre el Armagedón nuclear constituye una contribución original e

importante que aún hoy no ha sido estudiada con suficiente detalle. Por un lado es una reflexión filosófica sobre las epistemologías que dan paso a la posible destrucción nuclear de nuestra tierra, por otro lado es una reflexión teológica sobre las dimensiones religiosas del discurso armamentista de finales de la década de los ochenta. La primera lectura que hay que hacer de este libro es su contribución a lo que se conocerá posteriormente como los estudios decoloniales en América Latina. Este acercamiento teórico pretende posibilitar la construcción de un ethos latinoamericano a partir de la deconstrucción de las epistemologías imperiales que construyeron nuestra realidad colonial. En este sentido se trata de un primer intento de promover la descolonización ideológica de América Latina.

En su libro Rivera Pagán desmonta los mitos que sirvieron de fundamento para construir las narrativas legitimadoras del poder imperial nuclear. En su reflexión el autor nos recuerda que no podemos separar el ejercicio del poder de los imperios del poder nuclear ya que ambas manifestaciones son formas de ejercicio del mismo control colonial. Es por esta razón que esa primera reflexión, al menos en un libro publicado por el Dr. Rivera Pagán, es un preludio de la emergencia de una teoría crítica teológica/ filosófica destinada a promover la descolonización de Puerto Rico pero sin limitarse a dicho tema. En ese escrito hay un contenido narrativo, la recuperación de la historia como marco de reflexión teológica y filosófica, que le acerca a la reflexión de la teología de la liberación. En ese sentido la obra de Rivera Pagán, como teología y filosofía, es un intento por vencer al monstruo del que habló Mercedes Sosa, “sólo le pido a Dios/ que la guerra no nos sea indiferente/es un monstruo grande y pisa fuerte/la pobre inocencia de la gente”.

Ese monstruo del que habló Mercedes Sosa y el cual desmontó Rivera Pagán en su primera obra regresa de otra forma, como Jano, con otra cara pero igualmente espantosa en otros de sus libros. En el tiempo de las celebraciones del quinto centenario el Dr. Rivera Pagán se insertó, no accidentalmente sino como consecuencia lógica del camino que inició durante sus años como activista de la paz en el Caribe, en los debates sobre la conquista, el rol de la iglesia en la misma y la herencia colonial que le acompaña.

El libro “Entre el Oro y la Fe” no es el único libro publicado por Rivera Pagán sobre el tema de la conquista, pero siendo del 1995 me pareció más emblemático del desarrollo de su reflexión. En el mismo Rivera Pagán desarrolla su tesis sobre la conquista entendida como una empresa imperial que inaugura la modernidad con los debates sobre la humanidad de los indígenas. Ese inicio de la modernidad colocó a las Américas en el centro del desarrollo de las narrativas que legitimarían el poder colonial y que perdurarán hasta nuestros días. Pero el análisis del Dr. Rivera Pagán, desde la ética y la teología, pasando por una reflexión de teoría política impresionante, se convierte en el arma más importante a la hora de desmotar la narrativa colonial. Si se destapa, desde dentro como afirma Zizek, el trasfondo religioso y etimológico de la ideología imperial se puede desmotar su legitimidad. Ese desmontaje es el que efectúa el Dr. Rivera Pagán por medio de su reflexión acerca de la conquista.

La narrativa imperial, que se legitimó por medio del uso de las armas nucleares, y que se estableció por medio de la epistemología racionalista europea, era la misma

deconstruída por Rivera Pagán al analizar el discurso imperial/religiosos utilizado para legitimar el genocidio de los indígenas en América. En ese sentido la obra de Rivera Pagán, a pesar de moverse en tiempos históricos distintos, responde a las necesidades de su época y a la necesidad de retar la legitimidad del poder colonial en el Caribe. Si al finalizar la Guerra Fría Rivera Pagán reflexionó sobre la epistemología que legitimó el uso de las armas nucleares; a mediados de los noventa extendió dicha crítica a la teología que legitimó el exterminio indígena en el Caribe. Desde esta perspectiva la continuidad de la obra de Rivera Pagán es impresionante, sobre todo al analizar la forma en que se inserta en el momento histórico en el cual vive, practicando explícitamente la teología de la liberación, a la vez que extiende el ámbito académico de su obra.

Su última obra publicada, “Essays from the Margins”, constituye una extensión de su reflexión original, la amenaza contra la vida humana, y la necesidad de dar voz a los sin voz, pero ampliando el radio de acción. Palestina, el Medio Oriente, la Guerra contra el Terrorismo y los migrantes, son algunos de los temas sobre los cuales reflexiona el Dr. Rivera Pagán. En todos ellos se inserta desde la perspectiva del oprimido, como un ejercicio de rescate, no desde una posición de poder sino de solidaridad. Su reflexión sobre las mujeres del medio oriente se extiende a las reflexiones sobre la necesidad de la voz femenina, pero también sobre la importancia de salir de los espacios de victimización para recuperar la historia como espacio de liberación. Es, desde ésta perspectiva, que Rivera Pagán escribe para destruir los mitos que se han construido como legitimadores del sistema. Si la religión cumplió una función legitimadora en el pasado, en la pluma del teólogo Luis Rivera Pagán la misma recupera su dimensión profética. Esa dimensión profética contribuye a fortalecer una vida dedicada a la liberación de su pueblo.

La obra del Dr. Luis Rivera Pagán, teólogo que lucha con la paradoja de tener que derribar los mitos legitimadores del colonialismo desde dentro de la teología, constituye una de las aportaciones más importantes de la intelectualidad puertorriqueña al mundo. Los libros que he comentado en este escrito sólo son una mínima muestra de las aportaciones de la teología puertorriqueña a la construcción de un lenguaje teológico liberador/ anticolonial. Si bien es cierto que el Dr. Rivera Pagán ha escrito teología de la liberación también es cierto que sus aportaciones son las bases para una teología de la descolonización puertorriqueña que debería ayudarnos a darle sentido a la realidad que estamos viviendo en este momento. La recuperación de la historia y la necesidad de verla desde otras perspectivas son los aspectos que hoy debemos salvar de la aportación de Rivera Pagán y la esperanza de que surjan nuevos teólogos que le den continuidad a estas aportaciones desde posiciones fuera del poder eclesial.