¿Tiene alguna oportunidad el Partido Libertario en los comicios de los EE.UU.?

Agenda Caribeña
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Los estadounidenses llegarán a los comicios presidenciales del 8 noviembre sin alternativas en las urnas y una predicción segura, un demócrata o un republicano será el 45 presidente estadounidense.

La recién celebrada convención nacional del Partido Libertario, en Orlando, Florida, provocó comentarios de que esa agrupación es una alternativa a los partidos tradicionales, nada más lejos de la realidad.

Aunque pueden restar votos a republicanos y demócratas, los libertarios no son una opción para llegar a la Casa Blanca, estiman expertos.

Al comentar la elección del exgobernador de Nuevo México Gary Johnson como candidato de ese partido, junto al también exgobernador de Massachusetts William Weld, como compañero de fórmula, el diario Politico estima que ambos pueden restar votos al republicano Donald Trump, nada más.

Durante las elecciones de 2012 una fórmula de ese grupo integrada entonces por Gary Johnson y Jim Gray obtuvo un millón 139 mil 562 votos, el uno por ciento de los estadounidenses que concurrieron a las urnas.

Ahora, según análisis de prensa, una boleta integrada por dos gobernadores republicanos pudiera restarle puntos en las urnas al virtual nominado de los rojos, Donald Trump, y también a la demócrata Hillary Clinton, ante la desconfianza generalizada por ambos.

Con Trump y Clinton como dos de los menos aceptados y que generan gran desconfianza entre los electores, muchos libertarios ven su fórmula como una alternativa para noviembre, ya que Johnson puede aparecer en las boletas de todos los estados.

La selección de Weld, un gran recaudador de fondos y con muchas conexiones, es considerada una gran ventaja para las aspiraciones de esta tercera vía para enfrentar la retórica de Trump.

Según dijo Ed Crane, el cofundador y expresidente del Instituto Cato, de tendencia libertaria, "podríamos levantar millones de dólares en fondos de campaña" para presentar una opción ante dos candidatos que son increíblemente impopulares dentro de sus propios partidos.

Para poder fijarse como una fuerza en el escenario electoral estadounidense, los libertarios están obligados a alcanzar un 15 por ciento de apoyo en las encuestas, algo que no logran desde 1992, y así poder participar en un debate donde estén Trump y Clinton, los casi seguro nominados de sus partidos.

Una encuesta publicada el 30 de mayo por la Universidad Quinnipiac encontró que si se tiene en cuenta un candidato de un tercer partido la carrera será aún más cerrada en noviembre. Por ejemplo, Clinton obtendría el 40 por ciento contra 38 Trump, mientras terceras opciones como Gary Johnson, del Partido Libertario, atraería el cinco por ciento del voto y Jill Stein, del Partido Verde, alcanzaría un respaldo del tres por ciento.

Citado por el diario Politico, Matt Kibbe, un funcionario que encabezó un súper PAC para el también libertario y exsenador Rand Paul, manifestó que muchos de los donantes importantes considerarían el billete Libertario si se demuestra su competitividad.

Hasta ahora, cuando Johnson fue incluido en algunos sondeos, obtuvo un 10 por ciento en una encuesta de Fox News, el 10 por ciento en una de Consult y el 11 por ciento en un muestreo de la Universidad de Monmouth en marzo, por lo que debe mejorar sus números para poder participar en debates nacionales junto a sus contrarios demócrata y republicano.

Sin descontar la erosión de votantes a las agrupaciones tradicionales, los de esa tendencia señalan que su objetivo no es tanto ganar la Casa Blanca, sino difundir sus ideas de un gobierno limitado, socialmente liberal, conservador fiscal, contra la guerra, entre otras.

Fundado el 11 de noviembre de 1971, los libertarios nunca estuvieron representados en el Congreso y aunque los miembros de su boleta fueron gobernadores, no lo lograron con esa agrupación sino bajo la sombrilla de los republicanos.

Su plataforma electoral se basa en elementos de la filosofía libertaria como la defensa de una economía capitalista de libre mercado (laissez faire), los derechos individuales, como la libertad de asociación y orientación sexual, y la propiedad privada.

También son partidarios de la libre circulación de personas entre países, y regulaciones mínimas a la migración.

Asimismo, algunos miembros del partido están a favor del aborto, por considerar que cada mujer debe decidir qué hacer con su cuerpo, mientras que otros se oponen, argumentando que el derecho a la vida de los nonatos debe ser protegido.

También se encuentra a favor de la portación de armas para defensa personal, la abolición de leyes que castigan la prostitución y la tenencia y consumo de drogas para uso personal, y se oponen al servicio militar obligatorio y al intervencionismo militar en naciones extranjeras.

La actual tendencia de las elecciones en Estados Unidos, por otra parte, puede ser un buen campo de cultivo para esta agrupación ya que muchos votantes buscan una alternativa real pues no están convencidos de votar por demócratas como Hillary Clinton y Bernie Sanders, ni por republicanos como Donald Trump.

Previsiblemente el grupo tiene este año el doble de intención de voto que los que consiguieron en 2012, cuando Johnson se enfrentó al demócrata Barack Obama y al republicano Mitt Romney.

En estas elecciones, Johnson podría hacer historia si consigue parte del voto republicano que no quiere jurar lealtad a Trump, quien ya consiguió el mínimo de delegados necesarios en las primarias para proclamarse candidato presidencial en la convención de este verano.

Las ideas de Trump no tienen sentido. La idea de la deportación es una de ellas. La inmigración es algo bueno y la noción de que se puede levantar un muro en toda la frontera es algo de locos, explicó Johnson durante una entrevista con NBC.

Pero, ese discurso también podría procurar a los libertarios votos en la izquierda que representa el senador Bernie Sanders, el rival de Hillary Clinton, que aboga por el fin de la política de las élites y de las millonarias donaciones.

La entrada de un tercer partido en las presidenciales estadounidenses, tradicionalmente cosa de dos organizaciones políticas, podría introducir un elemento de incertidumbre aún mayor en los comicios y restar apoyos a otros candidatos, pero, de eso a llegar a la Casa Blanca, hay un recorrido insalvable, al menos, por ahora.