Se trata de una hermosa película. Dough (Dir. John Goldschmidt, Reino Unido, 2015) narra la película de un panadero judío, cuyo negocio va, económicamente hablando, de mal en peor. Ante esto la situación económica de perdida de negocio, y la renuncia del asistente panadero, es que se desarrolla la trama.
Nat (Johnathan Pryce) es el dueño, quien perdió a su esposa, y ante sus hijos que no le prestan real cuido, se siente solo. Mantiene la panadería como un baluarte, pese a que todo se quedó detenido en el tiempo. A la pérdida de su asistente, contrata a Shaun (Malachi Kirby) el hijo de la mujer que limpia la panadería.
El encuentro entre un judío, y un africano musulmán, es la película. A partir de ahí, como muchas películas que han tocado el tema de la multiculturalidad, este filme se desarrolla a partir de los choques de los valores y creencias de los contrarios. Es realmente hablando una película muy tierna.
Hay otros filmes que son similares y como Dough, dejan a uno con un sabor tierno a la buena vida. Hay otras películas similares que vienen a la mente sobre el tema de multiculturalidad a partir de los excluidos. Entre otras, mencionamos The intouchables (Dir. Olivier Nakache & Erik Toledano, Francia, 2011); y Freedom writers (Dir. Richard LaGravenese, EE.UU., 2007). Son todas películas donde los múltiples excluidos hacen alianzas y se relacionan a partir del respeto a la multiculturalidad.
El filme, su eje central, es el encuentro de las distintas culturas. No obstante, para el director Goldschmidt, otros asuntos relacionados al poder, el capital, el estado y la policía, se entremezclan, en aras de hacer un filme más interesante y cómico. Sin lugar a dudas, y esto no lo cuento, que los pasteles y donas de la panadería, a partir de la llegada de Shaun, salían bendecidos, lo cual cambió increíblemente las ventas en el negocio.
En fin, que se trata de una película muy linda que rinde un homenaje a la tolerancia. Deben verla. Se van a reír. También van a llorar de alegría. Aché para el judío y el musulmán.