Es sin lugar a dudas la sorpresa de este verano. The meddler (Dir. Lorene Scafaria, EE.UU., 2016), versa sobre la relación humana entre una madre viuda, y una hija huérfana, que más allá de la vinculación biológica, las une el dolor ante la partida del esposo/padre. Lo interesante, no obstante, es que la película, no se nos ofrece desde una mirada falocéntrica, ni patriarcal, sino desde un toque y una psiquis feminista.
The meddler, o la entrometía si la nombráramos en boricua/castellano, fue pensada por la joven y talentosa Scafaria, para contar la relación de ella con su propia madre, sobre todo habiendo crecido en el seno de un hogar de inmigrantes italianos. En la película Scafaria, quien es actriz, guionista, directora de cine, ensayista y dramaturga, logra transmitir desde la mirada de una familia migrante griega, ante la pérdida del padre, como le va a la madre y a su hija.
La madre, Marnie Minervini (Susan Sarandon) quien vivía en Nueva York, se muda a Los Angeles a vivir cerca de su hija, Lorie Minervini (Rose Byrne) ante la muerte del padre. La forma de relacionarse, inoportuna para la hija quien es una libretista y dramaturga, no coincide con la necesidad de la madre de re-establecer su vida. Es un momento de mucha tensión.
No obstante, la madre va encontrando su razón de ser en la viudez, y además la vida le trae grandes momentos de satisfacción. La hija, en paralelo, va descubriendo que el hombre de su vida, no es el hombre de su vida. Y realmente hablando, la película es contada desde una alegría femenina que es contagiosa. La vida, en este filme, puede ser dulce, es solidaria, y sobre todo tiene un alto contenido de afecto.
Es una película para ser vista. Con su pareja, o sola, con su madre o sin ella. La va a pasar súper bien. Y al final de la película como diría James Brown, la vida se siente bien (¡feels so good!). Vamos, pa’l cine.