Sausage Party – o el proyecto del sexo post-humano

Cine caribe


altBueno bueno. Si no le gusta el cine porno, no lo vea. Pero si le gusta ver el cine de dibujos animados, no debe ver Sausage Party. ¿Por qué? Porque se trata de una compleja, aunque divertida historia de productos perecederos en un supermercado, que adquieren vida y personalidad.

Y realmente hablando, y en particular a las salchichas calientes (hot dogs) y al pan que le acompaña, lo más que le gusta es el sexo.

Solo en la mente de actores y directores que combinan la identidad religiosa (ser judíos) con la identidad nacional (ser canadienses) se le habría ocurrido hacer un filme tan provocador como Sausage Party (Dir. Greg Tiernan & Conrad Vernon, EE.UU., 2016). En este filme en humor de dos jóvenes directores de la generación baby boomers (ambos nacidos en la década de 1960), Tiernan en Irlanda y Vernon en los EE.UU., se confunden con el buen humor de los guionistas de la generación J, casi todos judíos y casi todos nacidos en Canadá (Kyle Hunter, Ariel Shaffir, Seth Rogen y Evan Goldberg).

Entonces, en las festividades previas al 4 de julio, un supermercado se prepara para las compras que acompañan dicho día. Entonces, las salchichas y los panes, se confabulan para descubrir que existe en el “más allá”. Es decir, luego que los productos comprados salen de la tienda. En fin, que la película, realmente hablando, en dibujos animados, ocurre fundamentalmente en el supermercado, donde los productos al descubrir que el más allá fue una invención de los productos étnico-nacionales (indígenas) para mantener el poder, se diluye en una película de acción, con muertos, destrucción y mucho sexo.

Dicen que los directores Tiernan y Vernon, ambos consagrados en su oficio y, sobre todo, personas maduras, hicieron esta película, con el consejo y consentimiento de los jóvenes de la generación J, para burlarse de su patrono, Disney World (en particular Vernon, quien hace películas para dicha casa productora). Pero a saber cada cual.

Lo cierto es que Sausage Party es una película que raya en lo absurdo muchas veces, no es política correcta, es bastante racista en el manejo de las minorías, y sobre todo cree en las agresiones sexuales – por lo pronto entre los productos perecederos.

En fin, para la película más taquillera del mes de agosto, usted debe preguntarse por qué verla o no verla. Que cada cual decida. Pero por favor, no lleve a menores de edad. Es una película fuerte, muy fuerte.