Recado a Fidel Castro

Caribe Imaginado

altYa sé que no debería decirlo

que no debo poner olas de luto en los labios

y echarte lágrimas a fuego lento;

tenerme prohibido decirte, héroe, comandante,

exclamar que en mi tierra hace mucho tiempo

no existen hombres como tú, que griten revolución;

más bien nuestros elegidos al gobierno

planifican su nueva odisea al robo, a la concubina

a comer bien en finos restaurantes, y hacer televisión;

más bien mi pueblo abraza los "Black Fridays"

y retrata sus tragos en un bar de moda,

con música a buen volumen, para no pensar,

y seguir enamorados en la hamaca esperando al americano

junto a las buenas fantasías del mantenido:

''nobody does it better"

Tan lejana Cuba, era lejanía desde que era niño

y los periódicos hablaban de ti,

hablaban de cómo enfrentabas al imperio

marchando con un pueblo que nunca te dejó solo

un pueblo en una sola raíz por las calles, y tú, su estrella;

tu voz en la piedra y cauce de lo que se liberaba

la gran ciudadela de tu antorcha encendida

la Cuba lejana, la de los mitos, los entuertos

la Cuba mancillada del bloqueo, las historias de terror


el democrático crimen del congreso americano

ya sé que no debe decirse, te admiraba;

hombre de estado, de rebelión, de templo saqueado

hombre que vio la muerte de 11 presidentes gringos

cada uno con su mentira y vómito

y tú, con el puño en alto en la guerra del patriarca

llevando como Bolívar, tu espada de regiones

regando ese pan de tu voz a los que dormían

sin siquiera la aspiración a llamarse libertad;

y siempre tan lejos, desde este Puerto Rico esclavo,

tan lejos tu pueblo, tu poesía, tu alborada,

¡qué dolor, esa Cuba lejana por la propaganda!

Buen viaje Comandante, me queda decir,

el mismo viaje que hiciste en tu barcaza ''Granma"

con 82 hombres, y con Ernesto Guevara,

buscando el absoluto de la historia, absolución o muerte,

poco importa, que me digan los colonizados lo que quieran

comunista, terrorista, mal agradecido, amigo del régimen

o el pobre diablo que muerde la mano del "amo''

de eso se trata esta historia: de no tener amos,

de ser primero y postrero, de ser único, y de todos,

y no doblar rodillas ante sacos de dinero

Ese fue el legado, Comandante

y lo sigo haciendo mío, como se hace

la eternidad del mar,

desde la más pequeña huella de las gaviotas.

¡Hasta la victoria siempre, Comandante!!