Transparencia Internacional, Panamá y la doble vara en los análisis

Agenda Caribeña
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altLas banderas contra la corrupción se agitan hoy en los comentarios generados por la recién concluida conferencia de Transparencia Internacional (TI), que reunió en Panamá a mil 600 representantes de 130 países.

Al lema de Cero tolerancia a la impunidad, lanzado en Malasia en 2015, se unió el de Ahora es tiempo para la justicia, enarbolado en la 'Declaración de Panamá: la hora de la justicia, la equidad, la seguridad, la confianza', después de varios días de mesas, conferencias y denuncias.

TI demostró en ocasiones que prefiere atacar a gobiernos no afines con los intereses occidentales y también a los más empobrecidos, mientras que en su ranking de percepción de corrupción, en Estados Unidos y los países más desarrollados de Europa el indicador tiende a cero.

Sin embargo, el documento central de la XVII Conferencia Internacional contra la Corrupción afirma que cada vez el flagelo está más profundamente arraigado en la política y alimenta la piratería, el tráfico de personas y de drogas, además de la destrucción del medio ambiente.

Estos delitos vinculan estrechamente a los países que TI considera menos corruptos, porque el destino de los migrantes, el gran mercado de estupefacientes y los mayores centros contaminantes, están en sus territorios.

En evidente contradicción con las conclusiones del evento, el periodista estadounidense Jake Bernstein, en una de las presentaciones aseguró que, si Estados Unidos y la Unión Europea tuvieran la voluntad política, la corrupción y los grandes flujos ilegales de capital se eliminarían de inmediato.

Un panel que contó con algunos de los protagonistas que generaron el escándalo de los Papeles de Panamá, entre ellos Bernstein, confirmó que Nevada y Delaware, en Estados Unidos, y jurisdicciones bajo bandera británica, constituyen los mayores paraísos fiscales del mundo.

La Declaración obvia al movimiento estadounidense Ocupa Wall Street y su homólogo español Indignados, al referir que multitudes protestaron contra la corrupción y desigualdad, pero solo citó los ejemplos de Islandia, Brasil, Guatemala, Moldavia, Turquía, Ucrania y Corea del Sur.

En Panamá reflexionamos sobre el papel crítico que los medios de comunicación, y especialmente los periodistas de investigación, desempeñaron este año y serán fundamentales para denunciar a los corruptos y exigir justicia, dice el documento.

Esto es una clara alusión al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por su sigla en inglés), quien destapó los Papeles de Panamá, caso que dañó la imagen del país anfitrión, a pesar de que la mayoría de las personas y sociedades anónimas no eran panameños.

Y en un making off (cómo se hizo) varios ejecutores contaron cómo se fraguaron conspiraciones contra algunos de los implicados, a partir de la información extraída de forma fraudulenta al bufete transnacional de abogados Mossack-Fonseca, que tienen su casa matriz en esta capital.

Apoyado en vídeos y documentos, el periodista islandés Johannes Kristjansson contó a los presentes cómo él y su colega suizo Sven Bergman, prepararon todos los detalles de la entrevista que provocó la renuncia del primer ministro de Islandia, Sigmundur David Gunnlaugsson.

En el espíritu de la letra, los propósitos de TI y su convocatoria para debatir sobre cómo combatir la corrupción, aparenta el sano propósito de enfrentar el delito que más perjudica a las sociedades modernas, y es caldo de cultivo para el desarrollo del crimen organizado.

Pero no pocas veces enarbola banderas y bate palmas si el combate es contra gobiernos molestos al gran capital, y tal vez ese fue el móvil de premiar a los fiscales brasileños de Lava Jato, quienes favorecieron con su investigación las excusas para el golpe de estado parlamentario contra Dilma Rousseff.

Ahora el boomerang viene sobre ellos, y en la Conferencia a la que asistieron masivamente, reiteraron su amenaza de renunciar al caso, si finalmente se aprueba una ley que bloqueará la continuidad de esas investigaciones, que pueden involucrar también a los opositores de la legítima Presidenta destituida.

La realidad es que Transparencia necesita, para ser creíble, un cristal translúcido para actuar alejada de influencias políticas o de centros de poder, porque algunos de sus resultados hacen recordar el viejo adagio de que 'todo depende del color del cristal con que se mira'.