Central Plata: Icono vivo en la memoria de los pepinianos

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La Central Plata abrió sus puertas en el 1910 en San Sebastián, Puerto Rico. Originalmente se iba a construir en el barrio Plata de Moca, pero luego se optó por ubicarla en San Sebastián. Fue fundada por un grupo de accionistas, pero al que se le atribuye su existencia es a Don Eduardo Giorgetti conocido como uno de los barones puertorriqueños de la economía azucarera. Su primer administrador lo fue Don José Méndez Cardona, suegro de un fenecido ex-alcalde de San Sebastián.

La Central Plata fue la fuente principal de empleo en San Sebastián durante el siglo XX. La mayor parte de la economía del Pepino se movía gracias a la Central. En la Zafra de 1968-1969, La Plata llegó a convertirse en la central número dos entre todas las centrales azucareras de Puerto Rico con mayor producción. Siendo solo superada por la Central Guánica. La Central Plata cerró funciones en 1996 por razones no muy claras. Se dice que la maquinaria eran unas antiguas y estaban en muy malas condiciones, otra versión es que Calidad Ambiental ordenó su cierre por contaminantes y por ultimo qué ya no generaba suficiente producto.

Son muchos los recuerdos que aún guardan los pepinianos de la Central. La mayoría de los abuelos o bisabuelos trabajaban en la central. Las escuelas locales llevaban a sus estudiantes a la central de excursiones a la central. En el 1983 los cortadores de caña ganaban un promedio de $100.00 semanales, no había dinero para pagarle, lo que hacían a veces era llevar estudiantes a cortar caña sin paga. Cuando los camiones transportaban la caña hacia la central las que caían a la carretera los niños las cogían y las chupaban. Cuando se acababa la zafra se celebraba por todo lo alto, la gente salía a la calle cantando “Se acabó la zafra, se acabó el melao, se quedó la gente comiendo pescao”.

A mi, desde pequeño me ha llamado la atención la historia y los edificios históricos. Actualmente vivimos en una sociedad en donde no se le da importancia a los edificios y construcciones que han sido importantes en nuestra historia. Algunos por ejemplo como El Fortín de San Gerónimo, El Faro Punta Borinquén o la Central Coloso son edificaciones con suma importancia histórica que se encuentran en el olvido y destruyéndose poco a poco con el paso del tiempo. Este ha sido el caso de la Central Plata. En el año 2009 en el Instituto de Cultura Puertorriqueña dio una autorización a una compañía de reciclaje para que demoliera el interior de la Central y vender todo el material como el hierro. Por siete años se ha paralizado varias veces y han vuelto a demoler. El municipio de San Sebastián llevó a la compañía al tribunal para tratar de parar la demolición, pero no se logró. Actualmente continua en paso lento la demolición.

Son muchos los pepinianos tristes por las condiciones en que se encuentra la central. Muchos han aclamado que paren la demolición y construyan un museo. Pero ya en esta etapa es imposible. La estructura está muy comprometida y frágil, sería muy costoso. Es muy lamentable que no protejamos ni conservemos nuestros monumentos históricos. Es muy triste, y frustrante pasar a cada rato por la Central y ver como poco a poco se deteriora con el tiempo y les arrancan sus piezas frente a ojos ciegos. Una edificación que tanto aportó a la economía y desarrollo del pepino, donde nuestros viejos se fajaban o sudaban la gota gorda para llevar las habichuelas a la mesa.