La noche que mi madre mató a mi padre no hubo un crimen perfecto

Cine caribe

altYa decía el destacado filósofo francés, Jean Baudrillard (N. 1929; M 2007), que el crimen nunca es perfecto. Para él no es perfecto, porque siempre deja rastro, deja una huella. Siempre tiene un referente original que es difícil de determinar o de olvidar. Para Baudrillard, el referente original desapareció, ya no lo nombramos; aunque, todos sabemos que sí existe o existió.

Hay algo muy Baudrilliano en la última película española que se presenta en Puerto Rico, La noche que mi madre mató a mi padre (Dir. Inés París, España, 2016). La misma a simple vista parece una ocurrente película cómica española, no obstante, los referentes a los cuales la película hace y no hace referencia son monumentales. En particular pensamos en la obra novelesca y luego cinematográfica inspirada en Agatha Christie, Muerte en el Nilo (Death on the Nile, Dir. John Guillermin, EE.UU., 1978); o en el hoy clásico filme Double Jeopardy (Dir. David Beresford, EE.UU., 1999). En todo caso, sí sabemos que hay un referente anterior, escondido en el filme La Noche que mi madre mató a mi padre.

La película de Inés París, una comedia, versa sobre la vida de la familia post-moderna, en la cual, hay más de un padre, una madre, un matrimonio, y hasta más de un amante. Esa es la parte, donde la película juega con los clichés, y luego los reprograma. Sí es posible haberse casado dos o tres veces, y tener hijos de un primer matrimonio, y ser madre o padre, de los hijos de la pareja de un segundo o tercer matrimonio. Ahora bien, como se cuidan, y como se desarrolla la economía, es el arte del proyecto de la familia post-familia.

En La Noche que mi madre mató a mi padre, Susana (María Pujalte) y Ángel (Eduard Fernández), viviendo en la vida post-matrimonio, tienen una casa de producción de cine, un guion, actores y actrices de segunda, pero no tienen un primer actor ni el dinero para hacer la película. Entre Ángel y Susana deciden invitar a un afamado actor y productor argentino llamado Diego Peretti (Diego Peretti) a cenar a la casa de Ángel e Isabel París (Belén Rueda), quien es la segunda esposa de él. A partir de ahí comienza la comedia, pues Isabel, incorpora a la cena a su primer marido y padre de su hijo, Carlos (Felé Martínez) y este trae a su novia y prometida, Alex (Patricia Montero).

Como una buena novela de Agatha Christie, o un buen filme de Alfred Hitchcock, pensando en The Rear Window (Dir. Alfred Hitchcock, EE.UU., 1954), la película de Inés París transcurre completamente en la residencia de Isabel y Ángel. El resto es sorpresa y usted debe ver la película

Buenas actuaciones, guion no original pero sumamente ocurrente y actualizado, y buena cinematografía. Es una película de calidad para toda la familia. Y sobre todo que, por momentos, se va a reír de lindo.