Jamie Foxx tiene una virtud interesante. Criado por una abuela dogmática, aprendió a tocar piano. En su devenir como artista, siempre se ha perfilado como un artista con múltiples talentos. Ganador de un Oscar, por su actuación en Ray (Dir. Taylor Hackford, EE.UU., 2004), su capacidad de ser grande siempre está en potencia. Siempre. Lo que pasa es su inconsistencia.
Sleepless (Dir. Baran bo Odar, EE.UU., 2017) es el más reciente filme en el cual vemos a Foxx actuando en Puerto Rico. Su personaje Vincent (Jamie Foxx) es un policía común de una de tantas estaciones de policía donde la corrupción apremia. En este caso en las Vegas, aunque filmaron en Georgia. Está en una división de investigación especial, que nadie, ni su esposa Dena (Grabrielle Union), que lo dejó, ni su hijo Thomas (Octavious J. Johnson) que no lo entiende, comprenden porque se ha alejado tanto.
En la trama, que se desarrolla en un hotel de Las Vegas, Foxx acaba implicando a toda su familia, y a toda la estación de policía por descifrar el lio de la corrupción policiaca. En esta etapa la mujer vincula al departamento de investigación, Michelle Monaghan, la emprende contra él.
Al final, luego de 200 muertos, todos los policías corruptos presos, el hotel en fuego, la película tiene un final feliz, y Jamie Foxx/Vincent le indica a la oficial Monaghan, que él es un “buen policía”.
Para verla, ejerza su discreción. Hay mejor cine que esta película.