Gustavo Esquina y el arte panameño hoy

Caribe Imaginado

En el poblado de Portobelo, en la costa caribe de Panamá, la figura del Cristo Negro se lleva toda la fama y gloria de la vida cultural de dicho distrito. Más aún, esta figura, ya inmortalizada por Ismael Rivera y la canción de El Nazareno, la Iglesia Católica y el culto pagano que le rinde todos los 21 de octubre el pueblo creyente, se llevan toda la fama y gloria de lo que pasa en dicha localidad.

Salvo, cuando uno va descubriendo los habitantes de Portobelo, pequeño poblado con una escasa población de 2000 mil habitantes, es que descubre que más allá del componente espiritual-religioso, también hay otras expresiones culturales que se están manifestando allí.

Este es el caso de la familia Esquina de la Espada, descendencia de Virgilio “el Gallo” Espada, quien a su vez es el padre de Virgilio “Yaneka” Espada. “Yaneka” un consagrado artista plástico dio vida, junto a su esposa a 10 hijos, de los cuales cinco se destacan hoy en la creación de las artes plásticas en Portobelo.

Uno de los más destacados hijos de “Yaneka” lo es Gustavo Esquina de la Espada. Este tiene su estudio en el propio poblado en una galería, modesta, aunque bien surtida, en el complejo turístico-hotelero, La Casa del Congo. Gustavo, lleva 20 años en el quehacer artístico, y su arte se vende tanto en Panamá, como en los EE.UU. y Europa.

Según Gustavo “Portobelo es un semillero de muchísimos artistas plásticos. De hecho cuando el Taller Portobelo empezó habían casi veinte pintores, pero aún así el arte se mantiene en estado de estancamiento porque las autoridades locales que deberían de ser los gestores e impulsadores del arte no colaboran con la causa artística”. Esta opinión que nos expone el artista plástico es consistente con la observación que uno hizo en Portobelo, donde el arte local tiene una gran potencialidad, no obstante, el mismo se encuentra pobremente expuesto a los turistas, nacionales e internacionales, que inundan diariamente el poblado de Portobelo.

Para Gustavo, pese a la calidad de su trabajo y sus hermanos, así como de otros artistas, la vida a partir del arte y la cultura, se encuentra bastante limitada aún. Según él “el movimiento de las Artes Plásticas en Portobelo, hablando le desde mi punto de vista es un movimiento aporte pro sobrevivencia, pero termina siendo mucho de todo lo cuestionado”.

El trabajo de Gustavo se inserta en la tradición cultural dominante en la costa caribe de Panamá, que se define como la cultura Congo. Según él “Yo vivo del arte y a su vez ayudó a que la cultura de los congos se mantenga viva, porque a través de la pintura anexo otro lenguaje que se mimetiza y sintetiza con la historia oral popular, bailes y danzas, enrriqueciendo más la parte visual”.

El trabajo que ellos hacen se llama Arte Congo, y el mismo rescata la herencia cultural de los antepasados afro-descendientes en la costa caribe de Panamá. Para Gustavo “el Arte Panameño porque la cultura Congo y todo lo que encierra en su conjunto, ya paso la primera fase en la UNESCO y en noviembre del próximo año puede ser declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad”.

Para Gustavo, su arte que es difícil de clasificar, es el mejor legado que él le puede ofrecer a sus descendientes como al pueblo Congo del cual forma parte. “Mi idea y deseos para el futuro porvenir del arte es que como elemento implícito en la cultura pueda formar parte la forma de vida de muchas otras personas, ya que es beneficioso multilateralmente”, nos indica Gustavo.

Gustavo desea que Portobelo se convierta en la Capital del Arte y la Cultura Afro Panameña. Éxito.