Llegaron los carnavales
con su comparsa de harapos.
bajo escandalosos trapos,
momo, llorando a raudales.
(1)
El pueblo, que está cansado
de padecer sin reposo,
ansía horas de gozo
en su vivir endeudado;
y aunque al pueblo lo han privado
de cosas elementales,
prefiere gastar sus reales
olvidando sus cadenas
pues, para aumentar sus penas,
¡Llegaron los carnavales!
(2)
Callará el pueblo su lengua
rumiando infeliz mendrugo
si bien su eterno verdugo
no descansa ni da tregua.
Irá el rico en una yegua
con su procesión de “sapos”
y al pueblo darán sopapos
desde el usurpado lomo:
viene llorando Dios Momo
Con su comparsa de harapos.
(3)
El pueblo, preso de histeria,
se vengará en la Avenida.
La rabia con la bebida
se jumarán en su arteria.
En un toldo, la miseria
su danza de esparadrapos
iniciará entre guiñapos
y máscaras de muñecas,
ahogando sus torvas muecas
Bajo escandalosos trapos.
(4)
Tras la dicha pasajera
vendrán amargos sabores.
Retornarán los dolores
después que la risa muera.
Las estufas de la espera,
¡apagados sus fanales!
soñarán con los cereales,
el pan, la carne y la harina,
mientras bebe en la cantina
Momo, llorando a raudales.
(Panamá, febrero de 1965)