La economía de la violencia [vende y bien que vende]

Economia Solidaria

(San Juan, 1:00 p.m.) En la semana que sale culpable el policía asesino de George Floyd, en Mineápolis, EE.UU., tres jóvenes han sido asesinados en distintas ciudades de dicho país. En otras palabras, luego de las protestas sociales del 2020, luego de todos los fuegos y de todas otras muertes subsecuentes, el regimen de terror y violencia que viven las personas en los EE.UU., y los negros en particular, no ha sido modificado.  En otras palabras, los asesinatos de personas, en esencia afroamericanos y latinos, no ha disminuido.

Ante este cuadro, la convicción de Derek Chauvin, el policía de la ciudad de Mineápolis que salió culpable en el día de ayer por la muerte/asesinato de George Floyd,  se ve como una celebración. Se alcanzó la justicia.  Es en parte cierto pero en parte patético.  Es realmente hablando, muy triste, pues violenta fue la muerte de Floyd, como violento es el castigo, por toda una vida, a Chauvin.

Por lo tanto, la muerte continua de los jóvenes americanos, esencialmente sub-30, a manos de policías en todo ese país, es reflejo de una cultura machista que ha impuesto la economía sobre el cuerpo, su administración con la muerte, en lugar de con la vida.  Se mata, porque es natural. Es normal.

La convicción de Chauvin no representa un cambio de paradigma a menos que los EE.UU se inserte en un proceso de diálogo nacional sobre otro paradigma no retributivo ante el crimen. Un paradigma restaurativo podría ser la solución.  Pero eso requiere que pensemos menso en la justicia de la cárcel, y más en la justicia del perdón. Pensemos.