¿Por qué la narrativa en los EE.UU. hace normal asesinar a un afroamericano?

Economia Solidaria

(San Juan, 1:00 p.m.) El mismo día que el ex-policía Derek Chauvin fue encontrado culpable del asesinato de George Floyd en Minneapolis, una menor de dieciséis años, Ma’khia Bryant, murió a manos de un policía en Ohio. ¿Qué tienen en común estos casos? Ambas víctimas eran negras.

Los policías se encontraban en la escena respondiendo un llamado al sistema de emergencias 911 referente a un altercado entre varias personas frente a una casa en el área sureste de la ciudad. El fatal disparo ocurrió, como revelan las cámaras de seguridad de los oficiales, luego de que Bryant intentara atacar a la otra adolescente con un cuchillo. Es evidente que los policías debían actuar para evitar que esto sucediese.

 Lo que debemos preguntarnos es: ¿por qué son tan comunes estas situaciones en las que personas afroamericanas mueren a manos de la policía? ¿Por qué no es el primer instinto de los oficiales intentar desescalar la situación?

 En algunos países del mundo aquellos que aspiran a convertirse en policías entrenan para eso durante años, en Estados Unidos al parecer con un par de semanas basta. En Minneapolis, por ejemplo, la academia de policía entrena a los futuros oficiales durante solo 16 semanas antes de asignarles un arma y enviarlos a la calle. Quizá es momento de reevaluar y reestructurar el entrenamiento que reciben aquellos que se quieren comprometer con velar por la seguridad de los ciudadanos.

 Hace una semana Daunte Wright, también afroamericano, fue asesinado por la oficial Kim Potter luego de que esta confundiera su arma de fuego con su taser. Son accidentes como este los que no podemos permitir que cometan aquellos que se suponen velen por nosotros y por el cumplimiento de la ley y el orden. No hay espacio para equivocaciones cuando del resultado depende la vida de la ciudadanía.